Irán intensifica su programa nuclear y ya tiene capacidad de producir varias bombas atómicas
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) lanza una alerta: la República Islámica enriquece uranio al nivel del 60%
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Irán está aumentando sus capacidades nucleares, desoyendo así a la Junta de Gobernadores del OIEA, la agencia nuclear de la ONU, que la semana pasada aprobó una resolución crítica con la República Islámica en la que desaprobaba su nula cooperación y prevenía contra la ... ampliación del programa. La moción presentada por Reino Unido, Francia y Alemania, a la que se opusieron China y Rusia, era la primera de este tipo desde noviembre de 2022. Según denuncia hoy el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán ha comunicado que está instalando más centrifugadoras en las instalaciones de enriquecimiento de Natanz y Fordow, tras calificar la resolución de «precipitada e insensata».
La OIEA subraya que Irán es el único país sin armas atómicas que enriquece uranio al nivel del 60%, cercano al necesario para desarrollar una bomba, y acumula existencias cada vez mayores. Además ha acelerado considerablemente su programa nuclear y dispone ahora de material suficiente para producir varias bombas atómicas. En las horas previas a comunicar la nueva instalación de centrifugadoras, Vladímir Putin mantuvo una conversación con el presidente en funciones de Irán, Mohammad Mojber, en la que ambas partes expresaron su interés en profundizar la cooperación bilateral, especialmente en las ramas de energía y transporte. «Ambas partes expresaron interés en continuar desarrollando la cooperación ruso-iraní, incluyendo la realización de prometedores proyectos conjuntos en las esferas de la energía y el transporte», informa el comunicado el Kremlin.
Mojber sigue la ruta de acercamiento a Moscú de su antecesor, Ebrahim Raisí, recientemente fallecido al estrellarse el helicóptero en el que viajaba.
La reacción de Estados Unidos a la alerta de la OIEA ha sido inmediata. Demuestra «claramente que las autoridades iraníes tienen la intención de seguir ampliando su programa nuclear, cuyo objetivo pacífico no es creíble», afirma una nota del Departamento de Estado, en la que las autoridades de Washington afirman que el informe «desmiente las afirmaciones del gobierno iraní, a las que responderemos adecuadamente si decide seguir adelante con estas acciones». Las autoridades de Teherán, continúa la nota, deben colaborar con la agencia «sin más demora».
Muerte de Raisi
La muerte de Raisi ha supuesto un revulsivo en el país y ha creado una oportunidad para los partidarios de la línea más dura, que lleva décadas dispuesta a fabricar bombas nucleares a pesar de la presión internacional. Incluso antes de la muerte de Raisi había indicios de que la posición de Teherán había empezado a cambiar y el reciente intercambio de hostilidades con Israel, un país con un arsenal nuclear no declarado pero ampliamente reconocido, ha servido de palanca.
«No tenemos ninguna decisión de construir una bomba nuclear, pero si la existencia de Irán se ve amenazada, no habrá otra opción que cambiar nuestra doctrina militar», dijo el mes pasado Kamal Kharrazi, uno de los principales asesores del líder supremo de Irán.
Varias fuentes confirman que Irán podría enriquecer uranio hasta el umbral de pureza del 90% requerido para una bomba en «medio día, o digamos, una semana». El Ayatollah Ali Khamenei ha pronunciado un discurso en el que ha avanzado que Irán «responderá a las amenazas al mismo nivel» que los ataques israelíes a las instalaciones nucleares de Irán.
Desde el régimen del prooccidental Sha Mohammed Reza Pahlavi, en los años 1960 y 1970, como durante la República Islámica antiestadounidense, en el poder desde 1979, Irán ha coqueteado con sus intenciones nucleares, pero nunca ha tomado la decisión de cruzar completamente el umbral de la militarización. Sin embargo, las reservas religiosas sobre la moralidad de las armas nucleares no son tenidas en cuenta por el nuevo liderazgo y dos décadas de tira y alfloja con Estados Unidos han creado una dinámica en la que Irán enriquece más uranio, ya sea como postura defensiva o como táctica de negociación, y gradualmente avanza hacia la capacidad de fabricar un arma que hasta ahora ni siquiera deseaba su Gobierno.
Hoy, Irán tiene miles de centrifugadoras avanzadas y una gran reserva de uranio enriquecido, lo que envalentona a bandos más belicosos dentro del régimen. Independientemente de quién gane las elecciones presidenciales del 28 de junio, está en juego la sucesión del líder supremo, y es probable que el el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) desempeñe un papel decisivo en la transición.
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