La invasión de Ucrania acelera la creación de una defensa europea propia
Si repite mandato, Ursula von der Leyen ha propuesto crear por primera vez el puesto de comisario europeo de Defensa en la próxima legislatura
EE.UU. anuncia un paquete de ayuda para Ucrania valorado en 5.600 millones de euros
![Tropas suecas de los socorristas participan en un entrenamiento en una base militar en Kungsangen](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/04/27/suecos-Rjmz70SM3dAua2dfp09ArfL-1200x840@diario_abc.jpg)
Si hay un aspecto que los fundadores de la Unión Europea quisieron dejar al margen, este es el de la defensa. Con la sombra de la Segunda Guerra Mundial todavía presente y cientos de miles de soldados norteamericanos estacionados en Alemania, los dirigentes europeos ... creyeron que podían reducir tranquilamente sus ambiciones militares.
Lo más parecido a una cooperación militar real fue la creación, en 1992, del Eurocuerpo, una unidad militar basada en Estrasburgo y formada inicialmente por unidades francesas y alemanas y a la que sucesivamente se han unido España, Bélgica o Polonia, y que a efectos operativos ya ha participado en varias operaciones internacionales. En 2017 se creó el mecanismo de Cooperación Reforzada Permanente de Defensa (PESCO) que permitía a los países que así lo han decidido, colaborar más estrechamente en proyectos militares basándose en mecanismos institucionales de la Unión. Ese camino languidecía hasta que la guerra de Ucrania ha despertado de repente la necesidad de contar con cierto grado de defensa europea autónoma.
Tras los bombardeos
Los bombardeos sobre Ucrania han sido una de las principales razones por las que ahora Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea y candidata a repetir puesto, ha anunciado que en la próxima legislatura piensa crear el puesto de comisario de Defensa, algo que hubiera sido probablemente imposible si los británicos aún fueran miembros de la UE. También la inestabilidad de la política norteamericana y la posibilidad de que Donald Trump pueda volver a la Casa Blanca y poner en duda la solidez del vínculo transatlántico, ha hecho cambiar de opinión a muchos dirigentes.
El pasado 19 de marzo, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, anunció claramente en un comunicado a los europeos que «debemos prepararnos para la defensa y pasar a una 'economía de guerra'. Ha llegado el momento de asumir la responsabilidad de nuestra propia seguridad. Ya no podemos contar con otros o estar a merced de los ciclos electorales en EE. UU. o en otros países».
Teniendo en cuenta que prácticamente todos los miembros de la UE lo son al mismo tiempo de la Alianza Atlántica (Malta, Irlanda, Chipre y Austria no lo son), la cuestión de un enfoque militar puramente europeo ha sido siempre un tabú. Y eso explica las razones por las que el Estado Mayor de la UE, que existe desde 2001, siga siendo una minúscula estructura que apenas sirve para dirigir las operaciones conjuntas en el exterior o que la Agencia Europea de Defensa (AED) pensada para fomentar la cooperación industrial en este área, no se han desarrollado apenas. De hecho, casi el 80% del gasto en material militar del conjunto de los países va a parar a fabricantes no europeos, sobre todo norteamericanos.
![](https://static.abc.es/media/infografias/2024/04/gasto-militar-paises/gasto-militar-paises-size-S.png?v=1714125624050)
Gasto militar por países
En porcentaje del PIB
2022
2023
1,6
Polonia
3,8
2,6
Grecia
3,2
2,2
Estonia
3
2,1
Lituania
2,8
2,07
Reino Unido
2,5
2,2
Letonia
2,25
1,8
Francia
2,1
1,3
Italia
1,6
1,2
Alemania
1,5
1,1
España
1,5
Fuente: Comisión Europea y OTAN / ABC
![](https://static.abc.es/media/infografias/2024/04/gasto-militar-paises/gasto-militar-paises-size-M.png?v=1714125625090)
Gasto militar por países
En porcentaje del PIB
2022
2023
Polonia
3,8
España
Grecia
3,2
2,6
1,5
1,6
Estonia
Alemania
3
1,1
2,2
1,5
1,2
1,3
2,1
1,6
2,8
1,8
Lituania
Italia
2,07
2,1
2,2
2,5
2,25
Reino Unido
Francia
Letonia
Fuente: Comisión Europea y OTAN / ABC J.Torres
El 'efecto' Putin
Después de que Vladimir Putin decidiera invadir Ucrania, todo esto ha cambiado de forma radical. La mayoría de los países, sobre todo los que se consideran más vulnerables, como Polonia o los bálticos, han multiplicado sus gastos militares y la propia Comisión Europea ha aceptado convertir el sacrosanto Fondo para la Paz, un instrumento financiero destinado formalmente a evitar conflictos en países muy vulnerables, en una fuente de financiación para la compra de armamento para los ucranianos. Con la última ampliación el mes pasado, la cantidad real invertida en ayuda militar a Ucrania alcanzó los 11.000 millones de euros, una cifra estratosférica en los usos comunitario. Y el Estado Mayor Europeo ha empezado a actuar para organizar el adiestramiento de soldados ucranianos.
En el aspecto político, los sucesivos consejos europeos han reiterado con todo tipo de formulaciones su apoyo ilimitado a Kiev y la determinación de acelerar la cooperación militar. Von der Leyen también ha dicho que los 27 deben realizar compras conjuntas de material militar «con el modelo que con éxito logramos incrementar para las vacunas y el gas natural».
Así las cosas, parece claro que existe un consenso sobre la necesidad de comunitarizar hasta cierto punto la política de defensa, pero no pasa lo mismo a la hora de decidir qué modelo utilizar. Al principio de la guerra resultaba muy conveniente enviar a Kiev todo el material de origen soviético y por tanto compatible con los arsenales ucranianos, que tenían los países del este, de modo que se aceleró su transición hacia los estándares de la OTAN. Pero en cuanto esos equipos se consumieron, los europeos han tardado más de medio año en ponerse de acuerdo para enviar las municiones para los cañones occidentales que ellos mismos fabrican y que también enviaron a Kiev. La promesa de proporcionar un millón de obuses se cumplirá mucho más tarde de lo previsto y solamente gracias a que un pequeño país como Chequia ha recorrido todos los almacenes del mundo en busca de ello. A la hora de proclamar que el dinero europeo debe gastarse en fábricas europeas todos han estado de acuerdo. Pero cuando había que definir a cual de ellas y había que encargar el pedido, el consenso ha sido menos evidente.
Francia, el país faro
En las últimos meses, varios países, encabezados por Francia, han hecho propuestas de diferentes modelos para hacer frente a esta necesidad de cooperación militar. Francia es, de alguna manera, el país faro, ya que es el único de los europeos que cuenta con armamento nuclear propio, con el que podría garantizar una fuerza de disuasión. Alemania, sin embargo, no quiere ser en ningún caso irrelevante y sus autoridades están dejando atrás el peso de complejos históricos, a pesar de que este no es el mejor momento económico para aumentar los gastos militares.
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