«Desnudadlos. Mantenedlos desnudos si no siguen las órdenes»
Las consignas del Ejército británico contravienen la Convención de Ginebra, aconsejando que se provoque humillación, desorientación, agotamiento y miedo a los detenidos
Manuales del Ejército británico aconsejan que en los interrogatorios se provoque inseguridad, humillación, desorientación, agotamiento, ansiedad y miedo a los detenidos. El prisionero debe ser desnudado antes de ser cuestionado y mantenido así durante todo el interrogatorio “si no sigue las órdenes”.
Estas consignas, desveladas este martes por “ The Guardian ”, contravienen la Convención de Ginebra para el trato de prisioneros de guerra y en algunos casos se han elaborado después incluso de que soldados británicos hayan sido sometidos a juicio en el Reino Unido por abuso a detenidos en Irak.
Las instrucciones en el seno del Ejército se han sucedido a pesar de que los tribunales han advertido que el Ministerio de Defensa “parece aceptar que se trata de un discutible caso de algo sistemático ”. Así, en un documento creado en 2005 dirigido a interrogadores militares, se les dice: “Desnudadlos. Mantenedlos desnudos si no siguen las órdenes” .
Otro manual de la misma época aconseja usar vendas en los ojos para aumentar la presión sobre los prisioneros . La Convención de Ginebra de 1949 prohíbe toda “coerción física o moral”, con mención expresa a cualquier coerción utilizada para obtener información.
La privación de los sentidos es «legal»
En otras consignas de 2008 se sugiere que a los cautivos se les mantenga en condiciones de incomodidad física e intimidación. Se asegura que la privación de los sentidos es legal si existen “válidas razones operacionales”, además de remarcar la conveniencia de la desnudez.
Material más reciente invita también a vendar los ojos, poner orejeras y colocar esposas de plástico . Asimismo, se indica que si bien a los detenidos se les debería permitir dormir ocho horas cada 24, no se les debería autorizar a dormir más de cuatro horas seguidas. Se recomienda decir a los interrogados que permanecerán incomunicados a menos que respondan a las preguntas.
Las denuncias sobre estas prácticas, que ya aparecieron en los tribunales británicos a raíz de la tortura hasta la muerte de un recepcionista de hotel en Basora en 2003 (el caso fue juzgado posteriormente), volverán a ser examinadas por la Justicia a partir del próximo mes.
A comienzos de noviembre abogados representantes de cien iraquíes detenidos e interrogados entre marzo de 2003 y abril de 2007 acudirán a la Corte Suprema denunciando sus casos. Muchos de ellos han quedado al descubierto con la filtración realizada por la web de Wikileaks la pasada semana.
Esos casos incluyen 59 alegaciones de que los detenidos fueron cubiertos con capucha; 11 relativas a descargas eléctricas, 122 sobre privación del sentido del oído, 52 por privación de sueño, 131 por privación de la vista, 39 por desnudez forzosa y 18 por despertar a los detenidos con vídeos pornográficos visionados en el ordenador.
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