Intento de robo electoral en Guatemala
Presión de la derecha para sacar al socialdemócrata Arévalo de la segunda vuelta
Guatemala irá a una segunda vuelta presidencial, entre la conservadora Sandra Torres y el progresista Bernardo Arévalo
Tres candidatos buscan el voto huérfano, tras la cancelación del favorito a las presidenciales de Guatemala

La orden de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala de no oficializar los resultados de las elecciones generales del pasado 25 de junio solo puede verse como un intento de 'corregir' la voluntad popular, logrando que eventualmente el candidato del presidente Alejandro Giammattei pase a la segunda vuelta. Para ello, una «revisión» de las actas de votación debiera desbancar a Bernardo Arévalo, del partido socialdemócrata Semilla, quien sorprendió quedando en segundo lugar, tras la conservadora Sandra Torres, de UNE.
Vista la utilización de jueces y fiscales y el deterioro democrático protagonizado por Giammattei, el intento de pucherazo electoral es muy creíble, por lo que enseguida la comunidad internacional –desde la OEA a la UE, pasando por el Departamento de Estado norteamericano– se ha volcado en denunciar la maniobra. El Tribunal Supremo Electoral, muy influido por Giammattei, ya demostró su parcialidad echando de la carrera de las presidenciables a varios candidatos con claras posibilidades. Por su parte, la fiscal general, Consuelo Porras, se ha significado en la persecución de antiguos jueces y fiscales y periodistas que han cuestionado actuaciones gubernamentales, generando temor a contradecir los intereses oficialistas.
Dada la dispersión de voto y el elevado número de personas insatisfechas con el sistema político y la oferta partidista (hubo un 17,4% de votos nulos y un 7% de voto en blanco, por lo que casi una cuarta parte de quienes votaron evitó respaldar a ningún candidato), el apoyo a cada presidenciable fue mínimo. Sandra Torres obtuvo un 15,86% y Bernardo Arévalo un 11,78%. Por eso, cuando se presenta a Arévalo como el gran triunfador de la primera vuelta –ciertamente fue una sorpresa que quedara por delante del oficialista Manuel Conde, de Vamos (7,84%)– hay que recordar que en términos absolutos apenas superó el apoyo de uno de cada diez votantes. No obstante, de cara a la segunda vuelta del 20 de agosto, Arévalo está en buenas condiciones para atraer una importante parte del voto de protesta. Torres, en cambio, cuenta con un notable rechazo: el 41,3% de los guatemaltecos han dicho que nunca votarían por quien fue esposa del presidente Álvaro Colom (2008-2012) y simboliza algunos de los vicios políticos del 'establishment'.
Con una votación tan baja, diríase que un 'retoque' en el reparto de votos no sería tan complicado. No obstante, quitar unos 100.00 votos a Arévalo y añadírselos a Conde no es tarea fácil, máxime cuando va a haber un gran escrutinio internacional. La orden que la Corte de Constitucionalidad ha trasladado al Tribunal Supremo Electoral se refiere únicamente al cotejo de actas, y no a un nuevo recuento de votos. La alegación presentada por varios partidos de derecha se refiere a un millar de actas, de las algo más de 120.000 actas procesadas, con lo que en realidad no parece haber margen para ningún cambio sustancial. En estas circunstancias, la manera más normal de alterar el resultado electoral sería con una repetición de la primera vuelta. Eso, no obstante, tendría un importante coste de reputación internacional; además, la publicidad alcanzada ahora por Arévalo fácilmente le llevaría a mejorar notablemente el apoyo social, con lo sería muy difícil evitar que en cualquier caso pasara de nuevo a una segunda vuelta. Las elecciones al Congreso, que se realizaron el mismo día, no han sido de momento cuestionadas: allí ganó el oficialista Vamos (39 puestos), seguido de UNE (28) y Semilla (23).
Quitar unos 100.00 votos a Arévalo y añadírselos a Conde no es tarea fácil, máxime cuando va a haber un gran escrutinio internacional
Hijo de un presidente de buen recuerdo –Juan José Arévalo (1945-51) fue el primer presidente elegido democráticamente y gobernó antes del colapso democrático del golpe contra Árbenz de 1954– el candidato de Semilla, nacido en el exilio, desarrolló su carrera profesional fuera de la política hasta que en 2018 creó su propio partido como respuesta al renacido ambiente de corrupción política. Las protestas sociales por la corrupción ya supusieron en 2015 la caída de Otto Pérez Molina; en aquel contexto se creó la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Guatemala (CICIG), dependiente de la ONU, pero la creciente presión de esa comisión sobre el 'establishment' político llevó a su boicot en 2018 por parte del presidente Jimmy Morales, cuyo entorno familiar también comenzó a ser investigado, y a su disolución en 2019.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete