Identificar los tatuajes de las bandas criminales, clave en los controles militares en Ecuador

En torno a su particular World Trade Center, en la Avenida Francisco de Orellana, y los barrios del centro de esta urbe de 2.650.288 habitantes, la presencia policial es discreta, pero el despliegue militar es notorio en puntos estratégicos como el aeropuerto o la zona comercial de la Bahía, entre la avenida Malecón y Olmedo, recorridos por soldados con el rostro cubierto y fusil en bandolera. La mayoría de establecimientos están cerrados.

No se andan con miramientos: los sospechosos son sometidos a un exhaustivo registro de ropa, teléfonos móviles (para ver sus últimos mensajes) y demás enseres. En el cacheo se incluye la identificación de sus tatuajes, una especie de documento de identidad que podría delatar su pertenencia a una banda criminal. Tras los violentos sucesos de principios de esta semana, Ecuador declaró 'terroristas' a 22 bandas, cuyos miembros se marcan la piel con dibujos de animales (lobos, tigres, águilas, lagartos) que simbolizan su orgullo de tribu.

Guayaquil marca la tendencia de un país en estado de excepción cuyo Gobierno ha ordenado el despliegue de unos 22.400 militares en todo el territorio, que patrullan por tierra, mar y aire, que vigilan las calles de las ciudades y realizan operaciones en las cárceles, mientras el estupor y el miedo crecen en una población que recibe cada día a través de las redes sociales nuevos vídeos de asesinatos y saqueos, no siempre reales. En entrevista con Radio Sucesos, Pabel Muñoz, alcalde de Quito, señaló que en la capital «hubo 53 alertas de emergencia de las cuales 18 han sido ciertas». La desinformación también juega un importante papel en la escalada de pánico.

«Ceder ante el mal, ¡jamás!, luchar incansablemente ¡siempre!», dijo ayer el presidente Daniel Noboa en una alocución. «Quisieron infundir temor, pero despertaron nuestra ira. Creyeron que someterían a todo un país y se olvidaron que las fuerzas armadas están entrenadas para la guerra», advirtió el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, según informa AFP. El país no está en pausa, pero muchos comercios se mantienen cerrados, el transporte público circula con menor frecuencia de la habitual, universidades y escuelas atienden clases de manera virtual y prima el teletrabajo.

Entretanto, continúa la búsqueda de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, cabecilla de Los Choneros, fugado de la prisión Regional. El martes huyó de la cárcel otro jefe criminal, Fabricio Colón Pico, uno de los líderes de Los Lobos, acusado de secuestro y de planificar el asesinato de la fiscal general.

Mientras Costa Rica, Panamá y República Dominicana condenaron en un comunicado conjunto la violencia de los grupos criminales y expresan su apoyo al Gobierno de Noboa y a la defensa del Estado de derecho en Ecuador, el expresidente Rafael Correa instó al actual mandatario a «no ceder» ante la presión del crimen organizado y propuso la creación de un Gobierno de unidad nacional para hacer frente a la crisis. «Lo primero que hubiera hecho (…) es rodearme del mejor equipo de gente. Noboa puede contar con nosotros», dijo Correa a la agencia Efe desde Bélgica, donde reside.