Hunter Biden, hijo del presidente de EE.UU., imputado por posesión ilegal de armas
Según el Tribunal de Delaware uno de los cargos que se le imputan está relacionado con la posesión de un arma de fuego mientras consumía sustancias
Hunter Biden, el hijo del presidente, más cerca de la imputación
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Hunter Biden, el hijo del presidente de EE.UU., Joe Biden, ha sido imputado en Delaware por cargos de posesión de armas de manera ilícita. Se le acusa de tres delitos, todos relacionados con la posesión de un arma mientras era consumidor de sustancias narcóticas.
Dos de los cargos se deben a que, cuando compró un revólver Colt Cobra en octubre de 2008, Hunter aseguró en la documentación oficial que debía rellenar para la adquisición que no eran consumidor de sustancias ilícitas en ese momento. El tercer cargo es por posesión de aquel arma mientras consumía esas drogas.
La imputación de Hunter, un quebradero de cabeza para el presidente de EE.UU., en el inicio de su campaña de reelección, se produce dos meses después de que se rompiera un acuerdo que sus abogados habían alcanzado con la Fiscalía para establecer un acuerdo de culpabilidad. La jueza que supervisaba el caso, Maryellen Noreika, consideró que no estaba clara uno de los puntos del acuerdo, que eximiría a Hunter de persecución por otros posibles delitos, como evasión fiscal, cometidos en la misma época.
Tras el colapso de ese acuerdo de culpabilidad, que los republicanos criticaron como muy beneficioso para Hunter, el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, decidió nombrar al fiscal que lideró la causa, David Weiss, como investigador especial. Es un cargo que se establece para circunstancias especiales -como cuando el acusado tiene relevancia política, como es el caso de Hunter- y que permite al fiscal proseguir la investigación con la máxima autonomía.
La imputación conocida este miércoles no impide a Weiss añadir cargos por delitos fiscales -Hunter no hizo declaración de renta varios años- o, lo que es más peligroso para el actual presidente, ampliar la investigación a las actividades y negocios llevados a cabo por el hijo de Biden en Ucrania y China. Una posibilidad es que se investigue si Hunter incumplió la Ley sobre Registro de Agentes Extranjeros, que exige que se notifique cuando se hace ‘lobby’ para determinadas compañías extranjeras.
Esto último es lo que tiene más sensibilidad política y más posibilidad de amenazar a Biden y sus opciones de reelección. Donald Trump, que es el rival esperado de Biden en las presidenciales del año que viene, y sus aliados acusan al actual presidente de corrupción por esas actividades de su hijo.
Cuando Biden era vicepresidente, durante la presidencia de Barack Obama, Hunter fue fichado como miembro del consejo de administración de Burisma, una energética de Ucrania. Según los republicanos, era una estrategia corrupta de la empresa para evitar investigaciones, en la que los Biden se implicaron. Trump y sus aliados también acusan a los Biden de llevarse millones de dólares de negocios de Hunter en otros países, como China, y acusan al presidente de estar al corriente de ello y servir como arma de prestigio para que Hunter cerrara acuerdos.
Después de meses de presiones por parte del ala ‘trumpista’ de los republicanos, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, accedió esta semana a iniciar una investigación para el ‘impeachment’ o juicio político del presidente. Es un empeño que caerá en saco roto -los demócratas tienen la mayoría en el Senado- pero que servirá para desgastar a Biden de cara a las elecciones y para colocarle en el mismo nivel que Trump, que sufrió dos ‘impeachments’ -uno relacionado con presiones políticas a Ucrania para investigar a los Biden, el otro con el asalto al Capitolio de enero de 2021- durante su mandato.
Defensa del padre
Biden ha tratado de mantenerse al margen de las investigaciones de su hijo, pero, en las escasas ocasiones que ha hablado de ello, ha sido para defenderlo. «Primero de todo, mi hijo no ha hecho nada malo», dijo en mayo en una entrevista en MSNBC. «Tengo confianza en él, tengo fe en él».
«Tiene un impacto en mi presidencia porque me hace sentirme orgulloso de él», añadió, en una declaración de fortaleza familiar que buscaba tranquilizar a algunos, pero que nadie se cree. Hunter se ha convertido en el talón de Aquiles de Biden. Es el menor de los dos hijos que tuvo con su primera mujer, Neilia, que falleció en 1972 en un accidente de coche, pocas semanas después de que Biden fuera elegido senador por primera vez, en una tragedia a la que Hunter y su otro hermano sobrevivieron, pero no su hermana pequeña, Naomi.
El hermano mayor, Beau, fue el modélico: fiscal general de Delaware, con paso por el ejército y brillante futuro político. Pero falleció por un cáncer de cerebro en 2015. Hunter era el díscolo y sus fotografías consumiendo droga y con contenido sexual llenaron las páginas de los medios sensacionalistas de EE.UU.
El problema para Biden es que los juicios de Hunter embarrarán todavía más la campaña de las presidenciales. En ella se mezclarán los juicios de Trump, el ‘impeachment’ de Biden y el procesamiento de su hijo.
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