Huelga en la televisión pública italiana contra la injerencia del Gobierno Meloni en la información
El paro fue convocado por la organización sindical de izquierda más poderosa en el servicio público (USIGRAI), que agrupa a casi 1.600 periodistas de la Rai entre un total de 2.000
Contener los flujos ilegales de inmigración, la gran obsesión de Giorgia Meloni
La huelga de los servicios informativos de la Radiotelevisión italiana (RAI) se ha convertido en un campo de batalla política, con un duelo entre sindicatos que no tiene precedentes. El paro fue convocado por la organización sindical de izquierda más poderosa en el servicio ... público (USIGRAI), que agrupa a casi 1.600 periodistas de la Rai entre un total de 2.000. Su motivación de la huelga es para reivindicar su autonomía y libertad de información frente a los «intentos de censura» por parte del Gobierno de Giorgia Meloni.
La RAI decidió responder oficialmente contra las manifestaciones de la huelga, explicando que «el sindicato ofrece noticias falsas que dañan la imagen de la empresa, por razones ideológicas y políticas, lo que nada tiene que ver con los derechos de los trabajadores». La batalla, con trasfondo político, se desarrolla también a golpe de comunicados.
En un vídeo de sesenta segundos (el máximo permitido para la representación sindical), USIGRAI señala, entre los motivos de la protesta, la gestión de la dirección sobre el personal y el «intento de censurar un monólogo sobre la Fiesta de la Liberación de 25 de abril», del escritor Antonio Scurati, autor de una trilogía sobre el dictador Benito Mussolini: «Preferimos -escribe el sindicato USIGRAI- perder uno o más días de sueldo que perder nuestra libertad, convencidos de que la libertad y la autonomía del servicio público son un valor para todos. Y RAI es de todos».
La batalla política en la RAI viene de muy lejos. Siempre que ha llegado al poder un nuevo gobierno ha intentado controlar en mayor o menor medida el servicio público. La invocación «fuera de la RAI los partidos políticos de RAI» se ha escuchado siempre, señalando al mismo tiempo que se debía aspirar al modelo de la BBC, la televisión pública italiana, un objetivo nunca alcanzado. Durante buena parte de los últimos treinta años, la televisión pública ha estado gobernada mayoritariamente por la izquierda, mientras que otras culturas políticas siempre se han encontrado en minoría o en el ostracismo.
'TeleMeloni'
Con la llegada al poder de Giorgia Meloni (septiembre 2022), cuyo partido Hermanos de Italia, nunca tuvo representación en el Consejo de administración, las cosas han cambiado. La izquierda difícilmente asume la pérdida de su posición dominante y acusa a la primera ministra de convertir la RAI en TeleMeloni. El diario La Repubblica, de izquierda, reconoce que siempre los partidos estuvieron presentes en la RAI, pero ahora ve una diferencia en el Ejecutivo de Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia: «Este Gobierno va mucho más allá de cualquier otro anterior, dada la prevalencia absoluta de un partido en los altos cargos del servicio público, especialmente en los de información».
Desde el Gobierno y los medios de la derecha, se ataca así al sindicato USIGRAI y a la oposición: «Con datos en la mano, la oposición política nunca tuvo tanto espacio y visibilidad en los canales de la RAI» -escribe el diario Il Giornale, de derecha. «La huelga de hoy -añade- nos hace sonreír más que preocuparnos, y no sólo porque es engañosa y política: los periodistas de la Rai se encuentran entre las categorías más protegidas, privilegiadas e intocables en el mundo del trabajo».
La izquierda ha adoptado una oposición muy clara de apoyo a los periodistas en huelga de la RAI y duras críticas al Gobierno Meloni. La resume así el periodista Sandro Ruotolo, senador del Partido Democrático, del que es responsable de información: «Nunca antes había sucedido que la alta dirección deslegitimara al sindicato más representativo de la Rai, Usigrai. Es parte de una estrategia más general de los directivos de TeleMeloni para desacreditar a quienes se oponen a la propaganda de la primera ministra, acusando al sindicato de periodistas de involucrarse en política y dañar a la empresa. Precisamente, sus dirigentes apoyaron el nacimiento de un sindicato amarillo [en referencia a UNIRAI]. Estamos del lado de los periodistas en lucha», concluye el senador del PD.
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