Haley se resiste a tirar la toalla: «La carrera está lejos de haber acabado»

Javier Ansorena

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24/01/2024 a las 05:33h.

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Nikki Haley salió derrotada este martes en las primarias de New Hampshire. Su camino hacia la nominación del Partido Republicano para la presidencia de EE.UU. es más que complicado. Necesita tumbar a Donald Trump, que ha ganado las dos primeras batallas electorales -Iowa y New Hampshire- y le saca una distancia sideral en las encuestas. Muchos republicanos han exigido a la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU que suspenda la campaña para que el partido se arremoline alrededor de Trump de cara a la elección general de noviembre contra Joe Biden.

Haley dejó claro que, de momento, tiene otros planes. «Las primarias de New Hampshire son las primeras del país, no las últimas», dijo en un discurso el martes por la noche, cuando ya estaba claro que perdería esa batalla (en Iowa, la semana pasada, se celebran caucus, reuniones vecinales para la elección de candidatos). «Esta carrera está muy lejos de estar acabada. Quedan docenas de estados a los que ir», dijo con efusividad.

Pese a la derrota, Haley compareció con tono triunfalista. A esas alturas de la noche, sus resultados superaban las expectativas de las encuestas, que habían pronosticado una victoria más amplia para Trump. Con el avance del escrutinio, la diferencia se quedó muy cerca de lo que marcaban las encuestas. Pero buscó agarrarse a un clavo ardiendo para confiar en que puede alargar la disputa de las primarias, en las que el expresidente sigue siendo favorito absoluto. Es decir, para convencer a votantes, donantes y medios de que todavía tiene una ventana abierta a la victoria.

Más que nunca, Haley fue al ataque contra Trump. Aseguró que es hora de «dejar atrás el caos y la negatividad» que acompañan al expresidente. Volvió a poner en cuestión la capacidad mental del multimillonario neoyorquino, que cumplirá en junio 78 años y le retó a enfrentarse con ella en un debate, algo a lo que Trump se ha negado durante toda la campaña.

Pero, sobre todo, Haley defendió que la razón de no entregarse a Trump es porque es un candidato perdedor. «Con Donald Trump, los republicanos han perdido casi todas las elecciones que han estado disputadas», recordó. «Perdimos el Senado, perdimos la Cámara de Representantes, perdimos la Casa Blanca. Perdimos en 2018, en 2020, en 2022. El secreto peor guardado en política es todo lo que desean los demócratas que su rival sea Donald Trump. Saben que Trump es el único republicano en el país al que Biden puede derrotar. La nominación de Trump significa una victoria para Biden y una presidencia para Kamala Harris».

Haley tendrá que esforzarse mucho para convencer con estos argumentos al electorado de la siguiente gran batalla electoral, sus vecinos de Carolina del Sur, donde ella se crió y donde se convirtió en la política más relevante del estado. Trump tiene allí mucha ascendencia y domina con fuerza en las encuestas. «La gente de Carolina del Sur no quiere una coronación, quiere una elección. Y se la vamos a dar, esto no ha hecho más que empezar».

Incluso con un gran resultado allí, que es improbable, Haley tendrá que seguir remontando a Trump, favorito en todas las grandes batallas republicanas.