La guerra, la inflación y la inmigración alejan al Este de Alemania de los partidos tradicionales
«Avanzaremos mucho en la limpieza y la reconstrucción», dice Björn Höcke, líder en Turingia del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD)
Alemania blinda a los jueces del Tribunal Constitucional contra los partidos extremistas
![Sahra Wagenknecht, líder del BSW, hace campaña en Eisenach, en el estado de Turingia, Alemania](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/08/20/bsw-RxrMCVwC7gH4DCSoLP7owgJ-1200x840@diario_abc.jpg)
La inflación, la guerra de Ucrania, la delincuencia y la inmigración son los temas que más preocupan los habitantes de Turingia y Sajonia, según las mismas encuestas que avanzan una victoria sin precedentes de la extrema derecha en las elecciones regionales que ... se celebrarán el 1 de septiembre. Lo mismo ocurre en Brandemburgo, que votará tres semanas después.
El partido nacionalista, prorruso y populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), obtendrá más de un 30% y se situará seguramente en primer lugar en Turingia y en Brandemburgo, mientras que en Sajonia resiste la conservadora CDU con el 34% de los votos. Los sondeos son tozudos y vienen repitiendo estos pronósticos desde hace más de dos años, pero una novedad aparece en el horizonte del final de campaña: según publica hoy 'Forsa', otro partido populista, desde el flanco izquierdo, está escalando a toda prisa.
Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) es una escisión del partido Die Linke (La Izquierda) cuyo principal objetivo es «modificar la política alemana», además de limitar la inmigración, detener la ayuda a Ucrania, recuperar el motor de combustión y alejarse de la política climática. Fundado este mismo año por 44 miembros y con 1,4 millones de euros en donaciones como capital inicial, según declaró el tesorero de BSW, Ralph Suikat, aboga por salarios míminos y colectivos más altos, mejores prestaciones de desempleo y pensiones, relajar el freno a la deuda y gravar los activos e ingresos más altos. Con este programa, dentro de 10 días obtendrá el 13% de los votos en Sajonia y el 18% en Turingia.
La alianza entre estos dos partidos no es descartable, así lo han hecho saber varios de sus dirigentes, y sus resultados consolidan una nueva disociación de Alemania en dos países, electoralmente hablando. En la Alemania del Este tienden a desaparecer los partidos políticos de larga tradición democrática en favor de fuerzas muy minoritarias en el oeste. Y todo ello en un clima de tensión y violencia que supera a las fuerzas del orden locales.
«Avanzaremos mucho en la limpieza y la reconstrucción», ha avanzado, triunfal, el líder de la AfD de Turingia, Björn Höcke, el representante del ala más dura del partido y que ya obtuvo unos resultados inéditos en las pasadas elecciones europeas, a pesar de los escándalos por financiación rusa y china de su candidato Maximilian Krah y la relativización de las SS en varias declaraciones.
«Es un enfoque equivocado, AfD no sube a pesar de esas declaraciones sino precisamente gracias a ellas», corrige Volker Best. El ascenso de AfD y BSW se debe, según explica el politólogo de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg (Sajonia-Anhalt), a la herencia de la RDA, que dejó tras de sí una sociología particular. «Los votantes liberales de izquierda acomodados no están tan representados en el este», señala, «de las 20 ciudades alemanas más grandes, solo dos están en el este, Leipzig en el octavo lugar y Dresde en el duodécimo: es por eso que Los Verdes, por ejemplo, lo tienen mucho más difícil en el este que en el oeste». «Las estructuras autoritarias están mucho más ancladas y las declaraciones chovinistas y xenófobas solo son rechazadas por una minoría», continúa, especialmente en Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, una de cada dos personas desearía un «partido fuerte» y una «comunidad völkisch».
El asunto viene de lejos: «Estamos tratando con personas parcialmente socializadas en una dictadura comunista», se quejaba ya en 2021 el excomisario del Este del Gobierno alemán, Marco Wanderwitz, acallado entonces por demonizar la sociología oriental. Un estudio de la Universidad de Leipzig le ha dado recientemente la razón. «Muchas personas en el este de Alemania ya no quieren la participación democrática y la salvaguarda de los derechos democráticos básicos, sino la aparente seguridad de un estado autoritario», ha confirmado el director del trabajo, Oliver Decker, estas formaciones se ofrecen como un partido «fuerte» que por fin tomará medidas enérgicas contra la «inmigración masiva», la «locura woke», el «terror de las turbinas eólicas» y los «medios de comunicación mentirosos».
También es relevante la desaparición del mapa político del este alemán el Partido Socialdemócrata (SPD), del canciller Olaf Scholz, que según los sondeos obtendrá el 6% en Sajonia y el 7% en Turingia. Y aquí el motivo no se encuentra en la sociología, sino en la política fallida de su 'coalición semáforo', con liberales (FDP) y Los Verdes. A punto de cumplir tres años de legislatura y apenas ha logrado gobernar: con dos presupuestos generales tumbados por el Tribunal Constitucional y con un único asunto acordado sobre la ayuda a Ucrania que también acaba de claudicar presionado por esta campaña electoral. Tanto en Sajonia como en Turingia, una clara mayoría del 57 por ciento está a favor de que el gobierno federal reduzca el apoyo a Kiev contra Rusia.
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