Grito de desesperación en las calles argentinas por la inflación sin freno
Miles de ciudadanos se manifiestan para reclamar una mejora en la economía
Argentina atraviesa una situación económica crítica y el grito de desesperación se hace sentir en las calles. Esta semana se dio a conocer un dato alarmante: en la primera mitad de 2022, la inflación ha superado el 36%, lo que da la pauta de que el incremento de precios interanual va a exceder las previsiones hechas por el Gobierno del presidente Alberto Fernández. Se espera que supere con creces el 60%.
La angustia de distintos sectores de la sociedad se percibe en todo el país, donde miles de ciudadanos se manifestaron para reclamar una mejora en la economía. La desesperante crisis económica ha llevado dos semanas atrás a la renuncia del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán. En el poco tiempo que lleva la nueva flamante ministra, Silvina Batakis, la situación no muestra señales de mejora.
Las protestas provienen de todos los sectores sociales. El pasado miércoles ha sido el sector agrícola quien ha salido a las calles bajo la consigna de pedir «reglas claras», a la vez que solicitaba una disminución de la presión fiscal. Con banderas albicelestes y pancartas que rezaban «por la Argentina», los agricultores se manifestaron en distintas regiones. El campo realizó un paro de actividades durante 24 horas, lo que produjo problemas de abastecimiento.
El Gobierno de Alberto Fernández también ha debido hacer frente a protestas por parte de movimientos de izquierda y organizaciones sociales. Ayer, miles de personas se dirigieron hacia la Plaza de Mayo para reclamar ayudas sociales y planes para el desempleo, además de manifestarse contra el acuerdo que el Gobierno ha firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La reclamación es clara: ayuda económica para desempleados y jubilados.
Exigencias
Los manifestantes exigieron al Gobierno que les proporcione 20.000 pesos (unos 148 dólares) para poder sobrellevar mejor la incesante subida de precios. A su vez, reclamaron un encuentro con la ministra Batakis para explicarle su situación y pedirle que se reconsidere el plan propuesto por el FMI de cara a la grave crisis económica que vive Argentina.
La solución que implementó Fernández fue sencilla: no asistir el jueves a la Casa Rosada argumentando que era el cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez. Pero la protesta lo siguió hasta la Quinta de Olivos, donde decenas de personas se acercaron para recordarle que dos años atrás había incumplido la cuarentena impuesta por él mismo, mientras que a muchos argentinos no se les permitió despedir a sus familiares fallecidos por coronavirus.
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