Grecia y Turquía abren una nueva página «amistosa» en sus relaciones bilaterales
El encuentro entre Mitsotakis y Erdogan en Atenas tuvo lugar en un clima de cordialidad, en el que ambos presidentes manifestaron su intención de limar asperezas
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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aterrizaba hoy en el aeropuerto de Atenas a las 10 de la mañana, hora local, para participar en el V Consejo de Cooperación de Alto Nivel Grecia-Turquía. La última vez que el líder turco visitó Grecia ... fue en 2017, bajo el mandato del líder del partido de izquierda radical, Alexis Tsipras. La expectación era grande, pues desde entonces los desencuentros y el cruce de acusaciones entre ambos países ha sido el día a día. El caluroso apretón de manos entre Erdogan y el ministro de Exteriores griego, Yorgos Yerapetridis, despejaba cualquier duda sobre la apertura al diálogo entre los dos rivales históricos del este de Europa.
Tras ser recibido en el palacio Presidencial con la presidenta de la República Helénica, Katerina Sakelaropulu, el líder turco se reunió con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis. Al mismo tiempo, los principales ministros de ambos países mantuvieron encuentros para trazar líneas de colaboración entre Atenas y Ankara sobre cuestiones relacionadas con el control de fronteras, la migración, la crisis energética y planes de actuación ante las catástrofes naturales y educación, entre otras cuestiones.
«No hay ningún problema entre nosotros que no sea irresoluble. Siempre y cuando nos centremos en el panorama general y no acabemos como aquellos que cruzan el mar y se ahogan en el río», declaró Erdogan en la rueda de prensa que sucedió a la reunión con Mitsotakis. «La geografía y la historia han dictado que vivamos en el mismo barrio. Pero siento una responsabilidad histórica de aprovechar esta oportunidad para acercar a los dos estados, tal como lo están nuestras fronteras», replicó Mitsotakis.
Entre las cuestiones donde ambas naciones tienen posturas históricas irreconciliables destacan: la delimitación de sus plataformas continentales, el trazado de las denominadas Zonas Económicas Exclusivas (ZEE), las violaciones del espacio aéreo y las cuestiones chipriota y migratoria. Sin embargo, en este encuentro, ambos líderes tomaron la decisión de no sacar a relucir ninguno de estos temas, porque siempre han impedido un clima favorable al diálogo entre los dos países rivales. «Será mucho más beneficioso si miramos las cosas desde la perspectiva del vaso medio lleno», declaró el líder turco durante la reunión con Sakelaropulu, poco antes de reunirse con Kyriakos Mitsotakis.
Diplomacia de terremoto
Las difíciles relaciones de ambos países se templaron el pasado mes de febrero, cuando tras el terremoto que asoló Turquía y Siria dejando más de 50.000 víctimas mortales, Grecia fue de las primeras naciones en enviar ayuda a su país vecino. Por su parte, Turquía también tendió la mano a Grecia durante los devastadores incendios forestales y las grandes inundaciones del pasado verano. Desde entonces, y salvo durante las campañas electorales en ambos países, cuando los dos líderes mostraron posturas radicales en lo referente a la reclamación de sus derechos soberanos en el Egeo, las relaciones diplomáticas se han descongelado, abriéndose una nueva vía para el diálogo entre Atenas y Ankara.
Tras la cumbre bilateral, Grecia y Turquía firmaron la Declaración de Atenas, una declaración de intenciones para seguir manteniendo buenas relaciones de vecindad, al mismo tiempo que se refuerzan las relaciones diplomáticas entre ambos. Este documento, no obstante, no se trata de un acuerdo internacional vinculante para las partes conforme al derecho internacional, sino más bien de que ambos se abstengan de realizar «cualquier declaración, iniciativa o acción que pueda poner en peligro el mantenimiento de la paz y la estabilidad en su región», al mismo tiempo que hace hincapié en tratar de «resolver cualquier controversia que surja entre ellos de manera pacífica», como prevé la Carta de las Naciones Unidas.
Como colofón, se han firmado 15 acuerdos relativos a turismo, energía, comercio, investigación, educación y transporte, entre los que destacan la creación del interconector eléctrico entre Rodopi (Grecia) y Babaeski (Turquía) y aumentar el volumen del flujo de energía en 600 MW en ambos sentidos, o la cooperación para hacer frente a inundaciones, incendios forestales o sequías o la lucha contra la pesca ilegal, entre otros.
Agenda positiva
A pesar de las cuestiones más difíciles en las relaciones bilaterales siguen abiertas, prevalece un espíritu de cooperación y pacifismo, la denominada 'agenda positiva', y que aboga por la creación de un clima de diálogo y buenas relaciones diplomáticas entre Grecia y Turquía. La única cuestión peliaguda de las relaciones entre Atenas-Ankara que salió a reducir en el encuentro, fue el de la minoría musulmana de la región de Tracia, al noreste de Grecia, donde ambos países siguen sin ponerse de acuerdo.
Sin duda, la visita de Erdogan a Atenas supone un paso hacia adelante entre las relaciones entre Atenas-Ankara. Queda por ver si el acercamiento podría favorecer la mejora de las relaciones entre Turquía y la Unión Europea.
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