El Gobierno italiano se siente «traicionado» por la elección de un español para el Flanco Sur de la OTAN

Este domingo, el encargado de expresar la rabia del Ejecutivo italiano ha sido Crosetto: «Le escribí un mensaje muy duro a Stoltenberg. Me enfureció y habrá consecuencias en términos de relaciones personales. La suya fue la traición de un principio: fue Italia la que había luchado por introducir el papel de enviado para el Flanco Sur, y, en la cumbre de Washington, treinta y dos dirigentes estuvieron de acuerdo con nosotros. Dentro de veinte años, los 2.500 millones de habitantes de África serán el principal problema de la Alianza Atlántica, porque se convertirán en un ejército en manos de los países que ya han comenzado a ocupar el continente en los últimos años: Rusia y China».

En una entrevista a 'La Stampa', el ministro Crosetto valoró la decisión del secretario general de la Alianza como una venganza: «Stoltenberg no quiso nombrar un representante para el Flanco Sur. Tuvo que incluirlo en la resolución porque Italia lo quería, y por eso se vengó dando el papel a un español, un funcionario que ya hace otro trabajo, vaciando de hecho el objetivo político que nosotros buscábamos y aprobado en la cumbre de la OTAN: su comportamiento me parece terrible. Terminó sus nueve años al frente de la OTAN de la peor manera posible».

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Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma

Stotelberg dejará el cargo de secretario general de la Alianza el próximo 31 de octubre y será relevado por Mark Rutte, ex primer ministro de los Países Bajos. Crosetto espera que, con Rutte, el cargo de representante de la OTAN para el Flanco Sur sea para un italiano: «Espero que se lo entreguen a la mejor persona, no por lógica burocrática interna ni por simpatía política. Y espero que se tenga en cuenta a quienes deseaban firmemente que se estableciera este cargo: Italia».

Cabe destacar que ningún otro país europeo está haciendo en los últimos tiempos una política tan activa en África como el Gobierno italiano. De hecho, a finales de enero, Meloni presentó en Roma, con veinticinco jefes de Estado y de Gobierno africanos, además de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el llamado Plan Mattei, concebido como un «un puente para el crecimiento común». Se trata de un proyecto dotado con 5.500 millones de euros, y considerado fundamental por el Ejecutivo italiano, entre otras cosas, para frenar los flujos migratorios.