Giorgia Meloni reafirma su apoyo a Ucrania pero rechaza el envío de tropas italianas

Giorgia Meloni no escondió sus perplejidades ante el plan de rearme europeo, comenzando por el nombre Rearm, que según la primera ministra engaña a los ciudadanos: «Reforzar la defensa no significa sólo comprar armas», subrayó. Meloni dejó claro que no habrá recortes en gastos sociales para dedicar ese dinero a defensa: «Italia no tiene intención de quitar un solo euro en los gastos de cohesión», aclaró. La primera ministra italiana, que pretende hacer de puente entre Bruselas y Washington, ha reflejado en el discurso su pragmatismo, con un difícil equilibrio entre la posición de la Unión Europea y la de Estados Unidos, en un intento por mantener su buena relación con Donald Trump. El líder de Hermanos de Italia ha reiterado que no hay seguridad si se separa a la Unión Europea de Estados Unidos: «No es posible imaginar una garantía de seguridad duradera que divide a Europa ya los Estados Unidos».

Giorgia Meloni volvió a apoyar con firmeza a Ucrania, respaldando al mismo tiempo «los esfuerzos del presidente Donald Trump» para encontrar una solución a la guerra en Ucrania. En cuanto al envío de tropas a Ucrania, resaltó que «nunca ha estado en la agenda». Calificó la propuesta de Gran Bretaña y Francia como «muy compleja, arriesgada y poco efectiva». De esta forma, Giorgia Meloni dejó claro que Italia no formará parte del contingente militar europeo. Seguramente, el Gobierno podía cambiar su posición si esa iniciativa se hiciera bajo la bandera de las Naciones Unidas. Con esta decisión, Giorgia Meloni ha querido contentar a la Liga de Matteo Salvini, simpatizante del presidente ruso Putin y totalmente contrario al envío de soldados italianos a Ucrania. Además, en este punto, el discurso de Giorgia Meloni ha estado muy orientado hacia sus votantes.

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Una encuesta reciente de YouGov mostró que el 45 por ciento de los italianos estaba en contra de que las fuerzas de paz estuvieran desplegadas en Ucrania, frente al 36 por ciento a favor. Los sondeos coinciden en que la opinión pública italiana se ha cansado de la guerra. Una encuesta reciente de Ipsos encontró que solo el 32 por ciento de los encuestados apoya a Ucrania, en comparación con el 57 por ciento en las semanas posteriores a la invasión por parte de Rusia en 2022. Alrededor del 54 por ciento ahora se considera neutral, frente al 38 por ciento de hace tres años.

Por otro lado, Giorgia Meloni expresó también su preocupación por los impuestos arancelarios de Donald Trump y abogó por evitar represalias. «El panorama es complejo y está en constante evolución»; por ello, se debe negociar para encontrar «un posible terreno común y evitar una 'guerra comercial' que no beneficiaría a nadie, ni a Estados Unidos ni a Europa».

Uno de los puntos más destacados de su intervención fue la crítica a la sobrerregulación en la Unión Europea. «Si Europa piensa en sobrevivir pensando en seguir hiperregulando todo en lugar de liberar las muchas energías que tiene, no sobrevivirá Es la política la que debe marcar el rumbo, no la burocracia: necesitamos un verdadero proceso de simplificación». «El tema central del Consejo Europeo -prosiguió Meloni- será sin duda la reactivación y el fortalecimiento de la competitividad, que significa disponer de los medios y recursos necesarios no sólo para no depender de otros, sino también para ser capaces de defender nuestros valores y nuestra visión a nivel internacional».

A última hora de este martes, por 109 votos a favor, 69 contrarios y 4 abstenciones, se aprobó la resolución de la mayoría gubernamental que llevará Meloni al Consejo Europeo. Se articula en 12 puntos. No menciona el plan de rearme lanzado por la presidenta de la Comisión Europea y reitera, entre otras cosas, el apoyo a Ucrania «durante el tiempo que sea necesario, sin perjuicio de la esperanza de una rápida conclusión de las negociaciones de paz». Además, establece el compromiso del gobierno con «una política de defensa que fortalezca las capacidades operativas de los estados nacionales europeos en el marco de la OTAN».

Giorgia Meloni se detuvo también en los precios de la energía, que en Italia «son demasiado altos», y representan «un freno a nuestra competitividad», por lo que «es necesario intervenir». Meloni reiteró su rechazo al Pacto Verde Europeo: «Debe quedar claro que pretendemos evitar un nuevo Pacto Verde con un nombre diferente. Seguiremos insistiendo en una política industrial eficaz, capaz de combinar los objetivos medioambientales con la competitividad, denunciando los excesos ideológicos que desgraciadamente hemos visto y denunciado en el pasado El Pacto Industrial Limpio presentado por la Comisión va en esta dirección».

Los partidos de la oposición han sido muy críticos contra el discurso de la primera ministra. Elly Schlein, líder del Partido Democrático, mayoritario en la izquierda, ha señalado que «las posiciones que ha adoptado Meloni en estas semanas van en contra de los intereses nacionales desde diferentes puntos de vista». Algunos senadores consideran a Meloni una «vasalla» del presidente estadounidense. Así lo ha expresado Riccardo Magi, de +Europa: «Meloni habló mucho de Trump, descargando a Europa y, políticamente, ha entregado a Italia totalmente en manos de Estados Unidos.