La fuerza defensiva de Hizbolá frente a Israel: «La organización terrorista mejor equipada de la historia, una entidad formidable»

Y es que cualquier paso en falso puede dar lugar a una guerra total que, según los expertos, la gran mayoría no quiere. Con incidentes violentos concentrados en torno a la Línea Azul o 'Blue Line' (la demarcación entre el Líbano e Israel, establecida por la ONU) y los Altos del Golán. Con la presencia española en la zona fronteriza, Andrea Tenenti, portavoz y jefe de comunicaciones estratégicas en el Líbano de UNIFIL esclarece a ABC que el mayor temor es «un error de cálculo».

No en vano los ataques transfronterizos se elevan a más de 7000 desde el 7 de octubre de 2023, contabiliza ACLED. Como advirtió el líder de Hizbolá, Hassan Nasrallah: «Ustedes se expanden, nosotros nos expandimos. Ustedes se intensifican, nosotros nos intensificamos».

Ante esa posibilidad empieza a imperar la pregunta de cuáles son las capacidades de Hizbolá. Las fuerzas de Hamás palidecen en comparación. «Hizbolá ha trabajado para aumentar su arsenal de misiles, mejorar sus aptitudes militares y se ha convertido quizás en la organización terrorista mejor equipada de la historia», según reconoce abiertamente la propia IDF (Fuerzas de defensa israelíes). La IDF concluye que «El amplio inventario de misiles, el armamento sofisticado y la tecnología avanzada de la organización posicionan a Hizbolá como una entidad colosal».

El temor a un error de cálculo tiene precedentes. El conflicto entre Israel y Hizbolá de 2006, como recuerdan los expertos, se produjo después de una operación de secuestro transfronterizo de Hizbolá. «Este no anticipó que su operación desencadenaría una guerra total, y su líder, anunció más tarde que no habría llevado a cabo la operación si hubiera sabido que se produciría una guerra.

El dilema de Israel está, para el CSIS, en que «Israel también podría esperar, lo que evitaría una guerra en estos momentos con Hizbolá, pero esto supondría arriesgase a un conflicto más grave en el futuro con un enemigo que está mejor armado y es más capaz y que podría controlar el momento de una guerra en su beneficio». Y matiza que, tras los eventos del 7 de octubre, es probable que la tolerancia de Israel al riesgo haya cambiado y los líderes israelíes podrían decidir que incluso una pequeña posibilidad de que Hizbolá atacase a Israel debe ser anticipada.

Hizbolá que significa «Partido de Dios» es un partido político y también un grupo militante libanés que mantiene estrechos vínculos financieros y políticos con Irán y el régimen sirio de Assad. La IDF describe que bajo el liderazgo de Nasrallah ha ganado legitimidad política en el Líbano. No obstante, el colapso económico libanés, con hiperinflación, supone un contexto precario para las operaciones de este grupo. Además, con frecuencia se lo identifica como un agente iraní, el Departamento del Tesoro de EE.UU. en 2018 calculó que Irán proporciona a este grupo más de 700 millones de dólares anuales. A ello se suma el apoyo del narcotráfico.

Asimismo, funcionarios saudíes y de los Emiratos Árabes Unidos indicaban que los militantes de Hizbolá han trabajado con las fuerzas hutíes en divisiones de desarrollo y lanzamiento de cohetes. Las fuerzas de Hizbolá en Siria e Irak también operan con varias milicias chiítas. Para los expertos estadounidenses el aumento de las relaciones entre estos grupos presenta riesgos para la difusión de tecnología y conocimientos sobre misiles. Creando un puente terrestre que permite que las armas vayan de Irak a Siria y de ahí a Hizbolá en el Líbano. Esto contrasta con la forma de operar de Hamás, donde las armas y las personas deben ser contrabandeadas a través de túneles desde Gaza.

El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) y la IDF estiman que tiene hasta 22.000 combatientes activos y alrededor de 20.000 reservas. Nicholas Blanford, experto del Atlantic Council, aumenta más su número, dijo a 'Al Jazeera' que el grupo tiene hoy al menos 60.000 combatientes. Mientras el líder de Hizbolá afirmaba en 2021 que contaban con 100.000 combatientes. Y si bien su principal proveedor de armas es Irán, también muchas de sus armas son de modelos rusos o chinos.

El CSIS establece que la habilidad táctica, la experiencia de combate y la voluntad de lucha hacen de él un enemigo que va aprendiendo rápido. La IDF destaca que la unidad de élite Radwan de Hizbolá es particularmente conocida por su capacidad de combate y su importancia estratégica en los conflictos de toda la región. «Esta unidad en particular, que se estableció con la ayuda de la fuerza Quds de Irán, está encargada de realizar incursiones en Israel y de planificar la toma de territorios y comunidades israelíes. Incluye varios miles de agentes altamente entrenados», afirman. A ello se añade que cuenta con más de 150.000 cohetes y misiles capaces de penetrar profundamente en el territorio de Israel.

También tienen misiles antibuque y antitanque. En la última guerra entre Israel y Hizbolá, en 2006, usó misiles antitanque contra edificios y búnkeres de tropas israelíes también. «Más soldados de infantería israelíes murieron por armas antitanque que en combate cuerpo a cuerpo». señalaba Anthony Cordesman, exanalista de seguridad nacional estadounidense. Y actualmente Hizbolá ha situado sus fuerzas en la zona entre la Línea Azul y el río Litani. Imágenes geolocalizadas indicaban que sus misiles antitanque han atacado a las fuerzas israelíes desde sitios de lanzamiento ocultos.

A ello se une que el lanzamiento indiscriminado de cohetes, en particular desde lanzacohetes pequeños los hacen fácilmente transportables. Para el CSIS su gran cantidad los convierte en armas terroristas eficaces. Además, la mayoría de los sistemas de misiles antiaéreos de Hizbolá ofrecen sólo un área de protección relativamente pequeña, pero obligan a los aviones israelíes a volar a mayor altura, lo que reduce la capacidad de Israel para atacar con precisión objetivos terrestres. Y exige a Israel a recurrir en mayor medida a las fuerzas terrestres en caso de conflicto.

Precisamente Hizbolá prefiere las guerras terrestres en su propio territorio montañoso a los bombardeos desde el aire, aunque los oficiales militares israelíes siempre han manifestado su preocupación por la posibilidad de que Hizbolá adquiera defensas aéreas más sofisticadas. En cualquier caso, una cosa está clara para especialistas como Blanford «creo que hoy Hizbolá tiene la capacidad de infligir el mayor daño a Israel desde que se estableció el Estado judío en 1948».

Para el CSIS uno de los puntos fuertes de este grupo es que sus fuerzas consisten principalmente en infantería ligera, que históricamente ha sido entrenada y construida para el sigilo, la movilidad y la autonomía. Empleando una versión de lo que Estados Unidos llama «mando de misión», que faculta a los subordinados para tomar decisiones independientes en el campo de batalla en función de la intención de un comandante.

«Este diseño de fuerza ha permitido a Hizbolá operar eficazmente en condiciones de abrumadora potencia de fuego israelí. En 2006, por ejemplo, sus unidades de cohetes fueron diseñadas para establecer un sitio de lanzamiento, disparar y dispersarse en menos de 28 segundos, basándose en equipo preposicionado, refugios subterráneos y bicicletas de montaña para lograr una ventana de exposición tan pequeña», señala el CSIS. Y sigue actualmente aprovechando este enfoque obligando a las FDI a trasladarse a territorio más urbanizado, donde sus combatientes pueden aprovechar posiciones ocultas y fortificadas.

También cabe destacar que Hizbolá ganó experiencia en la realización de operaciones de armas combinadas en Siria que le ha dado acceso a capacidades y competencias utilizadas por los ejércitos convencionales. Para el CSIS, Hizbolá ahora puede realizar maniobras coordinadas de fuerzas más grandes, emplear artillería de supresión.

Al uso de tecnología hay que sumar que los operadores de drones de Hizbolá han recibido entrenamiento del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Quds de Irán. Y podrían utilizar sus drones para detectar, vigilar y atacar a las fuerzas israelíes o para abrumar sus defensas aéreas mediante ataques en enjambre, posiblemente en combinación con cohetes y misiles. Una táctica limitada por las avanzadas capacidades de Israel en la guerra electrónica.

Globalfirepower sitúa al ejército de Israel en el puesto 18 entre 145 países enumerados. Tienen unos 646.000 efectivos militares, incluidos 169.500 miembros activos del ejército, la marina y paramilitares, junto con 465.000 reservas. Cuenta con cinco submarinos de clase Dolphin y un sistema defensivo de Israel que va desde la Cúpula de Hierro a la Honda de David. Y dispone de 601 aviones militares constituyendo para los especialistas una de las «fuerzas de combate aéreo más poderosas del mundo».

Sin embargo, para el CSIS ni siquiera una derrota decisiva de Hizbolá llevaría a la destrucción del grupo, dadas sus profundas raíces en el Líbano y el fuerte apoyo que recibe de Irán. Y destacan que Israel posee una capacidad considerable para la guerra contra Hizbolá, pero el grupo libanés sería verdaderamente «un enemigo formidable».