El fuego cruzado entre Santos y Montenegro intensifica la campaña electoral en Portugal
El líder conservador recreó la Alianza Democrática (AD), entre el CDS-PP, el PPD-PSD y los monárquicos, para dar «esperanza y confianza» a un «Portugal más próspero y justo»
Pedro Nuno lanza su propuesta electoral con más salarios y vivienda
Dirigiéndose a todos los portugueses, ante una sala abarrotada en la Casa de la Aduana do Porto, Montenegro recreó la Alianza Democrática (AD), entre el CDS-PP, el PPD-PSD y los monárquicos, para dar «esperanza y confianza» a un «Portugal más próspero y ... justo».
Citando a Sá Carneiro, líder histórico, Montenegro ve en la AD «un proyecto de gobierno para Portugal». De sus promesas electorales, comenzó señalando la necesidad de frenar la emigración de los jóvenes, para después referirse a la generación trabajadora «tantas veces masacrada y olvidada» en su búsqueda de un empleo digno. Enfatizó la promesa de aumentar el valor de las pensiones, garantizando «una renta mínima de 820 euros para todos los pensionistas al final de la legislatura».
«Portugal está en una encrucijada», afirma Montenegro, añadiendo que el país se está recuperando de «todas las experiencias socialistas de los últimos ocho años».
Inestabilidad
Nuno Melo, líder del CDS-PP, subió al escenario y culpó a la gestión de Costa por la inestabilidad, con la dimisión de 14 miembros del Gobierno en dos años, las interminables esperas en la sanidad pública, la falta de médicos, la pobreza, las fronteras descontroladas y la elevada presión fiscal sobre trabajadores y empresas. Llamó a Pedro Nuno Santos «la cara del desastre inmobiliario», mientras el líder socialista intervenía en el Encuentro Nacional del PS en Lisboa.
Allí, Santos empezó saludando a Costa e inauguró un nuevo ciclo político. Se acercó a la izquierda, afirmando al PS como el partido heredero de «los valores del 25 de abril, la empatía, la cooperación, la generosidad, el respeto mutuo y la reciprocidad«, trazando la línea divisoria con la «derecha individualista».
Para Portugal, quiere «el máximo, de la calidad de vida, la seguridad y la innovación». Y hace promesas como un «salario mínimo de 1.000 euros» al final de la próxima legislatura, una subida de las pensiones más bajas, con una «reforma de las fuentes de financiamiento de la Seguridad Social». Lanza otra sorpresa, la implantación de dentistas en la sanidad pública y la «subida de los salarios de entrada a los profesores».
El socialista quiere «un país en el que la vivienda no sea un bien de lujo» y en el que el Estado dé respuestas «a la población desfavorecida, pero también a la clase media».
Para la economía, apuesta en «cambiar el perfil de especialización» de las empresas mediante incentivos públicos, para generar «mejores salarios e impuestos que financien un Estado del Estado del Bienestar avanzado». Acusa a la derecha de «inexperiencia y falta de preparación», refiriéndose a la construcción del nuevo aeropuerto de Lisboa y a la incapacidad para tomar decisiones políticas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete