Finlandia promueve la diplomacia de la sauna

«Cuando estás semidesnudo o, a veces, incluso completamente desnudo, eso permite una conversación más profunda», dice Mikko Hautala, embajador finés saliente en Estados Unidos

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El personal militar finlandés instala la bandera nacional finlandesa en la sede de la OTAN en Bruselas AFP

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

Una entrevista veraniega concedida por el embajador en Estados Unidos, Mikko Hautala, ya saliente, ha desvelado el secreto más guardado hasta ahora por la diplomacia de Finlandia. La embajada finlandesa en Washington ofrece una de las invitaciones más atractivas del sector, una sauna ... en la que los exclusivos interlocutores se relajan cubiertos por sólo una toalla.

«Cuando estás semidesnudo o, a veces, incluso completamente desnudo, eso permite una conversación más profunda», ha defendido Hautala, que asegura que la gente habla de manera diferente en la sauna que cuando está sentada en una mesa con una corbata alrededor del cuello o en algún evento oficial. «Tenemos una regla de oro que dice que todo lo que sucede en la sauna se queda en la sauna», asegura Hautala, que enfatiza que en la sauna se consigue un clima de plena confianza.

En el resto de los países occidentales, la diplomacia se lleva a cabo a través de cumbres internacionales, reuniones oficiales en la sede el gobierno, en cenas de Estado o en recepciones informales en salones de embajadas o en conversacions individuales, con martinis, en los vestíbulos de los mejores hoteles. En Finlandia, en cambio, el networking y las reuniones se realizan preferentemente desnudos en la sauna y la diplomacia conserva también esta forma centenaria de comunión e intercambio.

En la actualidad, Finlandia cuenta con 5,5 millones de habitantes y unos 3 millones de saunas, por lo que sus gobiernos no dudan en extender esta costumbre en sus relaciones con el extranjero.

Concretamente en la embajada de Washington se llevan a cabo dos tipos de eventos de la «Sociedad de la Sauna Diplomática». En algunos de ellos, el personal de la embajada reúne a un grupo de quince a veinte personas, que comienzan la noche con una sauna y luego disfrutan de bebidas y bocadillos tradicionales finlandeses, como pan de centeno y salmón.

Otra variedad, más íntima, consiste en que el embajador organiza sesiones de diplomacia en la sauna de su propia residencia privada, con capacidad para solo diez personas. El apartamento también cuenta con una piscina donde refrescarse después. A estas sesiones de sauna ha asistido, entre otros, Marie Royce, subsecretaria de Estado durante la administración Trump, además de numerosos periodistas, senadores y académicos.

La creciente influencia internacional de Finlandia se refleja en el hecho de que las reuniones de sauna diplomática son muy concurridas. «Mucha gente está tratando de conseguir una invitación y es muy deseada», confirma Robbie Gramer, periodista de 'Foreign Policy', que recibe numerosas preguntas por parte de los empleados del Departamento de Estado, el Pentágono y el Congreso de EE.UU., deseosos de una invitación a la «sociedad de sauna diplomática».

La embajada de Finlandia en Londres cuenta también con una sauna muy solicitada. El periodista de la 'BBC', James Landale, uno de los afortunados invitados, describe el ritual: «primero te reúnes en la embajada, tomas los brindis, luego vas a la sauna, primero las mujeres y luego los hombres, y finalmente te reúnes para tomar bebidas refrescantes y bocadillos». Landale reconoce que «el éxito de la diplomacia a menudo se basa en la intimidad y la confianza, sentarse con o sin ropa mínima actúa como un suavizante, acelerador y pegamento social incluso más efectivo que un par de vasos de cerveza o varios prosecos», pero también admite que los diplomáticos británicos vienen siendo bastante más reacios que los norteamericanos prefieren a menudo negociar vestidos y con una taza de té.

La embajada de Finlandia en Berlín cuenta incluso con dos saunas en la terraza que comparten las embajadas nórdicas, con vistas al Tiergarten. «Al principio, los visitantes usan toallas, pero como hay poca luz terminan sintiéndose más cómodos desnudos», revela uno de sus funcionarios.

Sanna Kangasharju, exconsejera de medios en la Sociedad Finlandesa de Sauna de Washington, justifica «hay mucha competencia entre las embajadas para obtener el interés de la gente y esta es la mejor herramienta para un dialogo diplomático». Confirma que el presidente Joe Biden ha recibido una invitación pero no desea comentar si la aceptó o no.

La discrección es quizá la más estricta norma de protocolo en la diplomacia de la sauna, así como la regla que prohíbe discutir mientras se suda: lo educado es hablar solamente de asuntos amables para crear la confianza que más tarde hará su servicio durante las negociaciones. Porque la sauna diplomática tiene sus reglas: primero te duchas y te cambias. Llevas tu propio bañador o toalla, aunque después se deja libertad de actuación. Los hombres sudan con los hombres y las mujeres con las mujeres. Al entrar, te proporcionan una «toalla para el trasero», para que te protejas del calor y te sientes sobre ella. El termómetro de la sauna marca una temperatura de unos 80 grados.

El Ministerio de Exteriores de Finlandia confirma que todas las embajadas, consulados y residencias finlandeses tienen su propia sauna y que, cuando los finlandeses llegan a zonas de conflicto, como Egipto o Afganistán, una de las primeras cosas que hacen es construir una sauna. El método ha desmotrado largamente su eficacia.

Los políticos soviéticos visitaban los saunas finlandeses durante la Guerra Fría y Finlandia logró mantenerse neutral. En 1960, el primer ministro soviético Nikita Khrushchev llegó a Finlandia para el cumpleaños del presidente Urho Kekkonen y estuvo de fiesta en un sauna hasta las cinco de la mañana. Poco después de eso, los rusos accedieron apoyar la relación de Finlandia con el oeste. Y en 2005, cuando Vladimir Putin visitó Helsinki, tomó una sauna con el marido de la presidenta finlandesa,Tarja Halonen, y lo describió como «una experiencia maravillosa».

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