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Federico X será proclamado Rey como espejo de la nueva Dinamarca

Margarita II abdica en favor de su primogénito tras más de medio siglo de reinado. El nuevo Rey encarna una versión de la monarquía más accesible

El referéndum sobre la Monarquía que la joven Margarita ganó en Dinamarca: «Estaba muy confusa»

Federico de Dinamarca y su esposa Mary saludan desde el balcón del castillo de Amalienborg EFE
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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«Cuando llegue el momento, pilotaré el barco», aseguró en 2022 el Príncipe Federico, en el discurso de celebración del medio siglo de su madre en el trono. «Te seguiré, como tú seguiste a tu padre». Hoy, a sus 55 años, se dispone a cumplir esas palabras. Apasionado por el medio ambiente y el deporte, con enorme facilidad para relacionarse con todo tipo de personas, encarna una nueva versión de la monarquía, más moderna y accesible.

A la espera de que anuncie su lema, la escueta frase con la que desde hace 500 años los reyes daneses definen por adelantado la clave de su reinado, cabe prever que Federico X se desenvuelva como un monarca fuera de la hornacina y de la seguridad y el hermetismo de Christianborg. Hace ya muchos años que dejó claro en voz alta: «No quiero encerrarme en una fortaleza, quiero ser yo mismo, un ser humano».

Hasta llegar a este punto, en el que asume la responsabilidad de su destino, Federico ha protagonizado una evidente evolución. En su adolescencia y primera juventud, seguramente debido a su natural timidez, se sintió enormemente incómodo con la atención mediática y con las limitaciones de su posición. Coqueteó con la idea de escapar de su fortuna y buscó emociones alternativas en los coches rápidos y la vida desenfrenada.

A principios de los 90 y mientras se graduaba en la Universidad de Aarhus y pasaba una temporada en Harvard, bajo el seudónimo de Frederik Henriksen, daba todavía la impresión de cierta falta de madurez, a pesar de que era el primer miembro de la realeza danesa en completar la formación universitaria. No fue hasta su paso por las tres ramas del Ejército de Dinamarca cuando se pudo apreciar palpablemente el cambio. Sirvió en el Cuerpo de Hombres Rana de la Marina, unidad cuyo entrenamiento es conocido como uno de los más duros del mundo. Fue apodado por sus compañeros como 'Pingo' (Pingüino) y fue uno de los 300 reclutas que pasaron todas las pruebas. Ahí es donde se siente como pez en el agua, en la naturaleza y rodeado de gente.

A cielo abierto

Si en los salones y en los discursos no despliega todo su potencial, en la actividad física y a cielo abierto sí muestra aplomo y liderazgo. Y esa imagen es uno de los motivos por los que los daneses siguen confiando en un 82% en la monarquía. En 2000 participó en una expedición de esquí de cuatro meses y 3.500 kilómetros a través de Groenlandia, emulando a los legendarios exploradores daneses. Ha corrido seis maratones. Anualmente participa en la Royal Run, una carrera popular en la que se codea con miles de corredores para fomentar un modo de vida saludable.

Aunque habla correctamente francés, inglés y alemán, y aunque ha recibido formación diplomática en varios puestos en la embajada de Dinamarca en París y en la misión de Dinamarca ante las Naciones Unidas en Nueva York, su talento se basa más bien en esa capacidad para mostrarse como uno más, tan demandada por las sociedades actuales.

Una familia con Mary

Y en esta faceta aparece sin duda complementado y reforzado por su esposa, Mary Donaldson, una plebeya procedente de Australia que tuvo que aprender de cero la lengua y las constumbres del país y que hoy es un amado icono para los daneses. Juntos han impuesto un nuevo estilo. Sus hijos han sido los primeros de la familia real en ser confiados a una guardería pública y en estudiar después también en colegios públicos. Escuchan música pop, bromean entre ellos, son una pareja moderna con los mismos retos que todas las demás. «Las fotos de Navidad de 2023 de la pareja real con sus cuatro hijos los muestran tomados de la mano y caminando uno junto al otro, como iguales en su relación», describe la corresponsal real de la televisión pública danesa DR, Cecilie Nielsen, que asegura que «es muy simpático y no es perfecto, su personalidad ha calado en el corazón de los daneses».

«La principal prueba de que está preparado para el cargo es la decisión de la Reina de abdicar», enjuicia el historiador danés Bo Lidegaard, que recuerda que «sólo hubo una abdicación en Dinamarca, hace 900 años». Desde el anuncio, todos los hoteles están llenos y es imposible conseguir un billete de avión con destino a Copenhague para este fin de semana, ciudad en la que se espera una marea humana dispuesta a escuchar sus primeras palabras como Rey.

Federico IX, con quien suelen comparar a su nieto, jugó un papel modernizador, que trasladó a la monarquía a un nuevo modo de estar en el mundo. «Pienso que este Federico será también un modernizador y un unificador, consciente de situarse por encima de las disensiones de la sociedad», intuye Lidegaard. «Paradójicamente, no es un ciudadano, está fuera del debate político, pero es sin duda el espejo de Dinamarca».

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