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El FBI frustra un complot iraní para asesinar a Donald Trump

Un funcionario anónimo de la Guardia Revolucionaria paramilitar del país asiático ordenó vigilar al multimillonario y matarlo

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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump EFE

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El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado cargos federales contra tres personas relacionadas con una supuesta trama orquestada por las autoridades iraníes para asesinar al virtual ganador de estas últimas elecciones, el magnate republicano Donald Trump, según ha adelantado este viernes la agencia de noticias Associated Press.

Un funcionario anónimo de la Guardia Revolucionaria paramilitar de Irán ordenó a un contacto el pasado septiembre elaborar un plan para vigilar y, en última instancia, matar a Trump, de acuerdo con una denuncia penal presentada en un tribunal federal de Manhattan.

Se trata de Farhad Shakeri, a quien el funcionario de la Guardia Revolucionaria pidió liquidar también a un ciudadano estadounidense de origen iraní residente en Nueva York. Mientras este sigue prófugo, sus dos compinches, Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, han sido detenidos.

En caso de que Shakeri no lograse orquestar un plan antes de los comicios del pasado 5 de noviembre, Irán pausaría el complot hasta después de las elecciones. De perder en las urnas, tal y como el funcionario de la Guardia Revolucionaria esperaba, consideraba que sería más fácil asesinar a Trump entonces.

Por su parte, Shakeri ha asegurado al FBI que no planeaba proponer un plan para asesinar al empresario dentro de los siete días que el funcionario le había concedido de plazo.

«Una grave amenaza»

«Hay pocos actores en el mundo que representen una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como lo hace Irán», ha dicho el fiscal general del país norteamericano, Merrick Garland, que ha detallado que entre los detenidos hay dos ciudadanos de Nueva York, que habrían sido contratados por un agente de la nación persa.

El Departamento de Justicia ha descrito a Shakeri como un activo de la Guardia Revolucionaria iraní residente en Teherán emigrado a Estados Unidos cuando era niño y expulsado en 2008, o en torno a esa fecha, tras ser condenado por robo.

Shakeri, Rivera y Loadholt han sido acusados de intento de asesinato por encargo, conspiración para cometer asesinato y blanqueo de capitales. La suma de estos tres delitos pueden conllevar penas máximas de hasta 40 años de cárcel.

Por su parte, Shakeri, del que se cree que está en Irán, ha sido acusado de terrorismo y de violar las leyes de sanciones, que podría suponerle otra pena de cárcel de hasta 60 años.

El complot, destapado unos días después de que Trump venciese a Kamala Harris, refleja lo que funcionarios federales han descrito como esfuerzos continuos por parte de Irán para atacar a trabajadores del Gobierno estadounidense en suelo estadounidense.

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