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EE.UU. bombardea decenas de posiciones de milicias pro-iraníes como represalia por el ataque en Jordania

Al menos 30 personas han fallecido en Siria e Irak, los dos países atacados

Mueren tres soldados estadounidenses en un ataque con drones en una base militar en Jordania

Soldados estadounidenses transportan el ataúd de uno de sus compañeros fallecidos en Jordania EUROPA PRESS
Javier Ansorena

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El ejército de EE.UU. ejecutó ayer una operación militar contra decenas de posiciones de milicias pro-iraníes en Irak y Siria. Es el comienzo de la esperada represalia tras el ataque con dron que sufrió una de sus bases en Jordania el pasado fin de semana, en el que fallecieron tres soldados y resultaron heridos otros cuarenta.

La operación afectó a 85 objetivos en estos dos países de Oriente Medio relacionados con la Guardia Islámica Revolucionaria de Irán y contra milicias locales apoyadas por Teherán, según informó el Comando Central del ejército de EE.UU.

Desde que se produjo el ataque en Jordania, Joe Biden prometió ir a por los responsables del ataque. Y, pocas horas antes del ataque, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, advirtió en una comparecencia de tono agresivo que «es hora» de acabar con la capacidad militar de esas milicias para evitar ataques en el futuro. «Ellos tienen fuerza militar», dijo el líder del Pentágono. «Yo tengo mucha más».

El momento elegido para el ataque es significativo. Se iniciaron a las cuatro de la tarde de Washington (medianoche del viernes al sábado en Siria e Irak), poco después de que Biden acompañara a las familias de los militares fallecidos en la llegada de los cadáveres a la base aérea de Dover, en Delaware.

La operación estadounidense tuvo como objetivo siete instalaciones de estas milicias, tres en Irak y cuatro en Siria, contra las que se lanzaron 125 municiones de precisión en ataques aéreos, tanto con drones como con naves tripuladas. Se centraron en puestos de mando de las milicias, centros de almacenaje de munición y posiciones de lanzamiento de ataques. El bombardeo se extendió durante poco más de media hora e incluyó el uso de un bombardero B-1B que voló a la zona desde territorio estadounidense.

La agencia oficial de noticias de Irak aseguró que al menos diez personas habían fallecido en los ataques estadounidenses. Apenas doce horas después del ataque, el número de víctimas mortales ya ha subido a 30 en ambos países, confirma Europa Press.

«Nuestra respuesta ha comenzado hoy. Continuará en momentos y lugares que elegiremos», dijo Biden en un comunicado sobre la operación militar. Durante esta semana, altos cargos de la Administración Biden habían detallado que la represalia a las milicias pro-iraníes no se reduciría a un ataque y se desarrollaría en varias fases.

«EE.UU. no busca conflicto en Oriente Medio ni en ningún otro lado del mundo», añadió el presidente de EE.UU. «Pero todos aquellos que busquen hacernos daño deben deben saber lo siguiente: si haces daño a un estadounidense, responderemos».

La respuesta militar coloca a Biden en una situación delicada. Por un lado, algunos sectores de legisladores republicanos y demócratas le exigen que mantenga una posición de fuerza con Irán, el principal enemigo de EE.UU. en Oriente Medio y que está agitando el avispero de la región a través de sus milicias. Por otro, Biden no quiere devolver al ejército de EE.UU. a los frentes de Oriente Medio, después de décadas de guerras interminables, y en un momento en el que el intervencionismo militar estadounidense en el mundo ha perdido mucho favor en el electorado.

Biden ya ha mostrado el apoyo firme a Israel en su respuesta militar contra los ataques terroristas de Hamás -otro grupo entrenado y apoyado por Irán- del pasado 7 de octubre, ha atacado a las milicias hutíes de Yemen -también pro-iraníes- que atacan barcos comerciales en el Mar Rojo y se ha enzarzado en escaramuzas con los grupos que operan en Siria e Irak. El ejército de EE.UU. mantiene contingentes en Siria e Irak dentro de una operación para evitar el resurgimiento de Daesh.

La actual respuesta militar es una prueba de liderazgo en un momento en el que se inicia la campaña para su reelección.

«No estamos en busca de una guerra con Irán», aseguró el consejero de seguridad nacional de Biden, John Kirby, en un encuentro con la prensa tras la operación militar. Kirby aseguró que los ataques seguirán durante los próximos días.

Además de la operación militar, EE.UU. golpeó a Irán este viernes con una nueva ronda de sanciones económicas. Las anunció el Departamento del Tesoro y afectan a una agencia gubernamental iraní acusada de perpetrar ciberataques y a entidades de Irán y Hong Kong implicados en conseguir materiales y tecnologías para el programa de drones iraní.

En el frente diplomático, el secretario de Estado, Antony Blinken, anunció que la semana que viene regresará a Oriente Medio para «seguir trabajando con nuestros socios en cómo lograr una paz duradera en la región».

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