El equipo de Trump investiga que los candidatos a vicepresidente no tengan escándalos
Entre los finalistas hay grandes críticos convertidos en aliados leales, todos ellos figuras destacadas dentro del nuevo Partido Republicano con amplia experiencia en el Capitolio
Ochenta años después, los últimos de Normandía recuerdan su sacrificio
![En vídeo: Trump vuelve al Capitolio y destaca "unidad" de republicanos | Foto: De izquierda a derecha, J. D. Vance, Marco Rubio, Byron Donalds, Tim Scott y Elise Stefanik](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/06/16/vices-Rkg3gbviaci4GiSo6zouI7L-1200x840@diario_abc.jpg)
Las encuestas le sonríen. Las aportaciones económicas a su campaña se han convertido en un torrente de dinero tras su condena en un juicio por fraude. Tiene a la práctica totalidad de su partido detrás, con las filas prietas. Ha demostrado que no hay escándalo ... que pueda con él. Y su siguiente decisión de camino a una Casa Blanca en la que se ve inquilino de nuevo en enero es ver quién va a ser su número dos.
La campaña de Donald J. Trump ya ha solicitado documentación a una serie de posibles candidatos a la vicepresidencia, según estos mismos han admitido en días recientes. Entre los finalistas hay grandes críticos convertidos en aliados leales, todos ellos figuras destacadas dentro del nuevo Partido Republicano con amplia experiencia en el Capitolio. Esta lista de posibles compañeros de candidatura refleja el esfuerzo de Trump por equilibrar su influencia populista con una base de apoyo más amplia y consolidar su posición de cara a las elecciones de noviembre.
Lo primero que quiere Trump es una demostración de lealtad casi ciega. La razón es que quien fue su número dos entre 2017 y 2021, Mike Pence, acabó distanciándose de él cuando le presionó para que tuviera «coraje» y se negara a validar los resultados de las elecciones de 2016 por una serie de falsas denuncias de fraude electoral que los juzgados han rechazado una y otra vez. Aun cuando una turba saqueó el Capitolio gritando que iba a ahorcar a Pence, Trump nunca le perdonó su decisión y le ha convertido en un proscrito en el partido que aspiró a liderar tras ser gobernador del estado de Indiana.
Los candidatos con más enteros en este momento son dos senadores: Marco Rubio de Florida y J. D. Vance de Ohio. Los dos son conversos al trumpismo, criticaron duramente al jefe antes de 2017, pero hoy se cuentan entre sus mayores defensores, aun después de su condena, que han criticado por ser una persecución política. A ambos, junto al gobernador de Dakota del Norte Doug Burgum, les ha pedido la campaña del expresidente informes y datos personales para comprobar antecedentes y todo el papeleo necesario para este proceso.
Críticos reconvertidos
Vance es de Ohio. En 2016 publicó un libro titulado 'Hillbily, elegía rural', que se convirtió en un fenómeno por explicar la desafección de la empobrecida América rural e industrial con el globalismo y las elites políticas. Netflix hasta lo adaptó al cine, con actuaciones de Amy Adams y Glenn Close. En 2020 ganó las primarias y elecciones al Senado y allí ha pasado de crítico de Trump a admirador y defensor sin matices ni reparos. Es hoy uno de sus mayores defensores en televisión, alguien que traduce el trumpismo con una imagen impecable y gran elocuencia.
En el caso de Rubio, Trump tiene la opción de alguien que moviliza el voto latino, sobre todo el cubano, una comunidad a la que pertenece el senador, y de Florida. Rubio ha sido una estrella emergente durante casi dos décadas, y tiene la ventaja de que es alguien versado en política exterior que habla un español perfecto. Su principal problema es que en las primarias presidenciales de 2016 fue muy, muy crítico con Trump, le acusó de ser un provocador teñido de color naranja, que tenía unas manos diminutas -algo que molesta mucho al expresidente- y entre cuyos grandes logros sólo tenía bancarrotas. Trump no se cortó, y le respondió con uno de sus apodos. Le llamaba «pequeño Marco». Semejantes ataques son oro para la campaña demócrata, y son sin duda un elemento a considerar por la campaña republicana. También tiene el impedimento de que los dos están registrados en Florida, y la ley dice que los dos candidatos a la presidencia y vicepresidencia por un partido no pueden ser del mismo distrito electoral. Rubio debería buscar otro estado o Trump debería volver a Nueva York, donde estaba empadronado en 2015.
El tercer candidato con más enteros es el gobernador Burgum, según ha filtrado la campaña de Trump. Es alguien desconocido, que sería el primer vicepresidente de su estado, Dakota del Norte, que apenas tiene 779.000 habitantes. Se presentó a las primarias de su partido y se retiró discretamente sin insultar a Trump. Eso le acercó al candidato, que le ve como alguien que no le haría sombra, alguien que sería una apuesta segura muy en línea con lo que fue Mike Pence en 2016.
Según estima Michael Bender, que es corresponsal político de 'The New York Times', Trump está buscando a alguien que «muestre lealtad pero no le eclipse, alguien que no esté activamente buscando promocionar su propia imagen, ya que Trump no busca un sucesor, no es uno de esos candidatos a presidente que esté buscando a alguien que vaya a tomar el relevo, especialmente en un segundo mandato, quiere a alguien que tenga buena imagen, que aparezca en televisión, que sea bueno, pero no demasiado bueno».
Consciente de que el gran atractivo en su candidatura es él mismo, Trump busca además a alguien que sea ajeno a escándalos. El caso de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, es un clarísimo ejemplo. Fue una de las grandes candidatas, apareció en varios mítines, parecía ser quien tenía más enteros. Primero una serie de escándalos y acusaciones de infidelidad le hicieron un daño relativo, pero no mortal. El golpe real fue autoinfligido, en un reciente libro de memorias contó una extraña anécdota de cómo mató a un perrito que tenía como mascota porque no era lo suficientemente agresivo. Eso se la ha llevado por delante, y el candidato ha marcado distancias con pocos miramientos.
En un punto, Trump estudió elegir a una mujer, para ganarse un poco del voto femenino, que ha oscilado más hacia Biden y los demócratas después de la sentencia del Supremo de 2022 que anuló el derecho a abortar hasta que el feto sea viable. Sigue habiendo alguna mujer en el radar del expresidente, como la diputada de Nueva York Elise Stefanik, pero no ha recibido ninguna petición de información por parte de la campaña hasta la fecha.
Si hay algo en lo que Trump es experto es el drama propio de los programas de telerrealidad que le hicieron famoso en la cadena NBC. Le gusta mantener el suspense hasta el último momento. De momento, la fecha de anuncio es mitad de julio, durante el congreso del Partido Republicano que tendrá lugar en Milwaukee, la mayor ciudad de Wisconsin.
Buenos sondeos
De momento, las encuestas colocan a Trump por delante. Y no sólo en intención de voto general. En los estados clave su distancia se agranda, por razones muy variadas. Un reciente sondeo de USA Today/Suffolk University muestra que el apoyo a Trump entre los votantes negros en Michigan y Pennsylvania ha aumentado, superando los niveles de 2020.
En Michigan, el apoyo de los votantes negros a Trump ha subido al 15%, mientras que en Pennsylvania ha alcanzado el 11%. Eso le serviría para ganar en ambos y llevarse la presidencia. Aunque Biden sigue siendo la primera o segunda opción para la mayoría de estos votantes, un número significativo prefiere candidatos de terceros partidos como Cornel West o Robert F. Kennedy Jr., o están indecisos. Este cambio podría afectar las dinámicas electorales en estos estados cruciales para las elecciones presidenciales de 2024. Ya en 2016, la fuerza de terceros candidatos como Jill Stein y otros le costó a Hillary Clinton la victoria en esos estados.
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