Una encuesta de YouGov sugiere que Sunak ganó su primer debate electoral frente a Starmer

El debate se centró en temas cruciales como el NHS (el sistema nacional de salud), el costo de vida, la educación y la inmigración, reflejando las preocupaciones más urgentes de los votantes británicos. Desde el principio, ambos líderes se mostraron determinados a defender sus posiciones y atacar las de su rival, lo que llevó a varios momentos en los que la moderadora, Julie Etchingham, tuvo que pedirles que bajaran la voz y dejaran de interrumpirse.

En sus declaraciones iniciales, Keir Starmer describió las próximas elecciones del 4 de julio como una decisión entre el «caos» de los conservadores o el «pasar página» de los laboristas. Por su parte, Rishi Sunak prometió recortar impuestos, proteger las pensiones y reducir la inmigración, afirmando que los conservadores tienen un «plan seguro» para el futuro.

Sunak, el líder conservador, centró gran parte de su argumentación en las posibles subidas de impuestos si el Partido Laborista llegase al poder. En uno de los momentos más destacados, señaló: «En tiempos inciertos, no se puede votar por un líder incierto». Argumentó que votar por Starmer sería como darle un «cheque en blanco» a los laboristas sin saber qué harán con él. Por otro lado, Starmer enfatizó los fracasos del gobierno en áreas como la inmigración y el NHS, intentando posicionarse como el líder que puede traer cambios necesarios y positivos, aunque sin mojarse en cuanto a la fórmula que utilizará para conseguir los cambios prometidos.

El intercambio se volvió especialmente acalorado cuando se discutieron las listas de espera del sistema nacional de salud y la gestión económica del país. Ambos líderes no dudaron en interrumpirse y lanzarse acusaciones, lo que llevó a que Etchingham tuviera que intervenir varias veces para mantener el orden. «Dejen de gritarse el uno al otro», fue una de las advertencias repetidas de la moderadora.

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A pesar de la intensidad del debate, Sunak logró marcar puntos importantes al insistir en que Starmer no tiene un plan claro. El líder tory fue mordaz al cuestionar repetidamente qué haría Starmer si llegase al poder, algo que el laborista no pudo responder de manera convincente en varios momentos. Esto, combinado con la insistencia de Sunak en que cualquier voto a otros partidos sería un voto para los laboristas, en clara referencia a Reform UK, cuyo líder es el arquitecto del Brexit, Nigel Farage y que amanezca con robar votos de la derecha, lo que le permitió mantener una posición defensiva sólida.

La encuesta de YouGov, que dio a Sunak una ligera ventaja, sugiere que el público vio al líder conservador como el ganador del debate. Sin embargo, la estrecha diferencia de solo dos puntos porcentuales indica que el electorado sigue muy dividido, y cabe recordar que la mayoría de las consultas recientes dan como rotundo ganador de las generales a Starmer tras 14 años ininterrumpidos de gobierno tory.

En su declaración final, Sunak enfatizó la necesidad de elegir un futuro seguro con los conservadores, mientras que Starmer trató de capitalizar las acusaciones por parte del primer ministro, calificándolas repetidamente como «desesperadas» o «basura». A pesar de no ser brillante, Starmer logró presentarse como un posible primer ministro capaz de mantenerse firme en un debate directo, lo cual puede ser suficiente para mantener el liderazgo en las encuestas preelectorales.

La participación de otros líderes, como los de los Liberal Demócratas, el SNP, Reform UK y los Verdes, en entrevistas en vivo después del debate, añadieron una capa adicional de análisis y discusión. Sin embargo, la noche fue claramente sobre Sunak y Starmer, dos líderes considerados tradicionalmente como poco carismáticos, pero que demostraron estar dispuestos a luchar apasionadamente por cada voto.

Aunque Sunak fue considerado el ganador por un pequeño margen según la encuesta de YouGov, el debate reveló a dos líderes combativos que están preparados para pelear hasta el último momento de esta campaña electoral que Sunak empezó con una convocatoria sorpresiva. Con sólo un mes antes de que los votantes acudan a las urnas, el panorama sigue siendo incierto y cada debate, discurso y declaración contará en la batalla por el liderazgo del Reino Unido en un momento especialmente delicado.