Maduro afrenta a EE.UU. con el secuestro del yerno de Edmundo González

González Urrutia había sido recibido el lunes por Joe Biden en el Despacho Oval, donde presentó sus planes para la transición democrática en Venezuela. Al día siguiente, se disponía a informar de esos mismos objetivos a los republicanos en el Capitolio, incluyendo reuniones clave con estrechos aliados de Donald Trump en Washington. Sin embargo, mientras se preparaba para esos encuentros, en Caracas, hombres encapuchados interceptaron el vehículo de Rafael Tudares, yerno de González Urrutia, y lo secuestraron, llevándolo a la fuerza en una camioneta.

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El venezolano se mostró visiblemente afectado tras una primera reunión en el Senado de Estados Unidos. Al finalizar, estuvo acompañado por destacados legisladores republicanos que reafirmaron su compromiso de aumentar la presión sobre la dictadura de Nicolás Maduro, incluyendo la posibilidad de reinstaurar las sanciones levantadas por la administración de Joe Biden. Así lo declaró a ABC el senador Rick Scott.

En ese acto de apoyo a González Urrutia, los republicanos lanzaron una advertencia contundente al régimen chavista. El congresista Carlos Giménez, de Florida, señaló: «Tienen que saber que habrá consecuencias muy severas; no podrán seguir actuando con impunidad». La firmeza del mensaje reflejó el respaldo bipartidista en Washington a la causa democrática en Venezuela y la condena a la represión del régimen.

Antes de suspender completamente su agenda, González Urrutia se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, recientemente reelegido y uno de los principales aliados de Donald Trump en el actual ciclo político. Este encuentro fue un gesto explícito de apoyo republicano, en un momento en el que persisten dudas sobre la nueva estrategia de Trump hacia Venezuela en su próximo mandato.

Durante su primera presidencia, Trump adoptó una política de presión máxima contra el régimen de Maduro, llegando incluso a advertir sobre el uso de la fuerza para propiciar un cambio.

En contraste, Maduro está ahora intentando abrir vías de diálogo para evitar la reinstauración de las sanciones levantadas por Biden, especialmente las relacionadas con el sector petrolero, que son vitales para la economía del régimen. La reunión con Johnson reflejó el interés del grueso de los republicanos en mantener una postura firme frente a Maduro, mientras se evalúan las estrategias para el próximo periodo presidencial de Trump.

Existen algunas discrepancias dentro del Partido Republicano. El recién electo senador Bernie Moreno, de Ohio, expresó recientemente que cree que Donald Trump podría optar por abrir vías de diálogo con Maduro, calificándolo como un enfoque pragmático. Según Moreno, «Trump trabajará con Maduro porque será quien asuma el cargo el 10 de enero». Estas declaraciones contrastan con la postura tradicional de presión máxima defendida por otros líderes republicanos, generando especulación sobre un posible cambio en la estrategia hacia Venezuela.

En medio de estas incertidumbres, resultó notable que González Urrutia no se reuniera con Trump durante esta visita a Estados Unidos, dado que el presidente electo aún no ha asumido el cargo. Este miércoles, Trump tenía programada una visita al Capitolio para reunirse con legisladores de su partido, consolidando su agenda política previa a su toma de posesión.

Además, Trump ha recibido recientemente en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, a líderes políticos de alto perfil internacional, como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Al ser consultados, los republicanos en el Capitolio afirmaron no tener conocimiento de un cambio en la postura de Trump sobre Venezuela. Según el senador Rick Scott, la prioridad actual del presidente electo es preparar su toma de posesión y los decretos que planea firmar en su primer día de mandato.

Esto, sin embargo, no impidió que Trump ofreciera una rueda de prensa mientras González Urrutia visitaba el Capitolio. Durante su intervención, Trump abordó temas como sus planes para la anexión de Groenlandia y el control del Canal de Panamá, pero evitó hacer mención alguna a la situación en Venezuela, lo que dejó preguntas abiertas sobre sus planes sobre la crisis en ese país.

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González Urrutia habló solo brevemente con los medios y no avanzó planes concretos sobre su intención de presentarse en Venezuela para jurar el cargo el 10 de enero. Maduro ha declarado que tiene intención de iniciar un nuevo mandato tras el fraude electoral de las pasadas elecciones.

El venezolano visitó Argentina y Uruguay, y tras su paso por Washington, viajará a Panamá. Nueve expresidentes de la región han anunciado que acompañarán a González Urrutia a Venezuela el 10 de enero para su juramentación presidencial. Entre ellos se encuentran Andrés Pastrana (Colombia), Vicente Fox y Felipe Calderón (México), Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares (Panamá), Jorge «Tuto» Quiroga (Bolivia), Jamil Mahuad (Ecuador), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Mario Abdo Benítez (Paraguay).

«Entiendo que sí, que me van a acompañar en mi llegada a Panamá», afirmó González Urrutia al ser consultado sobre el respaldo de los expresidentes. Sin embargo, evitó ofrecer detalles adicionales sobre el itinerario o las medidas de seguridad que se implementarán en el marco de este evento.

Bajo intensas presiones y amenazas de extorsión por parte de la dictadura, González Urrutia abandonó Venezuela el pasado 7 de septiembre y se trasladó a España, tras denunciar que era víctima de «persecución política y judicial». Sobre él pesa una orden de captura emitida por el régimen de Maduro, que además ha ofrecido una recompensa de 100.000 dólares por información que conduzca a su arresto, una medida que refleja la creciente hostilidad hacia la oposición venezolana.

En su encuentro del lunes, Joe Biden expresó un respaldo abierto a González Urrutia, a quien ha reconocido formalmente como presidente electo de Venezuela. Durante la reunión, el mandatario saliente de Estados Unidos también advirtió sobre las posibles consecuencias de un aumento de la represión en Venezuela durante el nuevo mandato del régimen de Maduro.

Por otro lado, González Urrutia no se ha reunido con Marco Rubio, el senador de Florida designado por Trump como próximo secretario de Estado. Rubio ha sido un firme defensor de la causa opositora venezolana, desempeñando un papel destacado en el pronunciamiento de 2019 que buscó consolidar un cambio político en el país sudamericano. Su ausencia en las conversaciones de esta visita genera interrogantes sobre la futura coordinación con el nuevo gabinete.