Draghi regresa a la política europea por reclamo de Von der Leyen
'Supermario', como se le conocía durante su época de presidente del BCE. regresará a las cancillerías para explicar sus tesis sobre los desafíos de la UE
Meloni afirma en su visita a Lampedusa con la presidenta de la Comisión Europea: «Hay que parar las salidas ilegales»
Von der Leyen no da pistas sobre su futuro en la Comisión Europea
![Mario Draghi en octubre de 2022, en Roma](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/09/17/DRAGHI-RyRyerKM9mQbaZdbu5ABYdI-1200x840@abc.jpg)
«El mundo necesita líderes con la visión de Mario Draghi». Este elogio a uno de los italianos más prestigiosos en el mundo lo hizo Henry Kissinger, el célebre ex secretario de Estado de EE.UU., poco antes de cumplir 100 años el pasado ... mes de mayo, al entregarle un premio en Nueva York. Curiosamente, Mario Draghi (Roma, 76 años) es definido en Bruselas como «un Henry Kissinger más joven». Esta credibilidad de la que goza 'Supermario', como también es conocido, la pretende explotar la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.En su discurso sobre el estado de la Unión en el Parlamento Europeo, el miércoles de la pasada semana, definió al exprimer ministro italiano y expresidente del Banco Central Europeo como «una de las grandes mentes económicas europeas».
La presidenta de la Comisión ha encargado a Draghi una tarea clave para el futuro de la Unión Europea: «Elaborar un informe sobre el futuro de la competitividad europea», que debe lidiar con grandes desafíos relacionados con el empleo, la inflación y el escaso crecimiento.
Una buena noticia
El retorno de Mario Draghi a Europa es un soplo de aire fresco y una buena noticia porque con la ayuda de quien siempre se consideró «un hombre al servicio de las instituciones», en la UE se volverá a hablar de alta política cuando nos enfrentamos a unas de las peores y más delicadas fases de la política europea, sin un claro liderazgo. Pedro Sánchez llegó a comentar públicamente: «Draghi es un maestro; cuando él habla en el Consejo europeo, todos estamos callados y escuchamos».
Cuentan algunos medios que Ursula von der Leyen llamó a Draghi después de leer su artículo en 'The Economist', publicado el 6 de septiembre. Mario Draghi daba la alarma sobre el destino de Europa y advertía de que la Unión no puede pensar en volver a las reglas fiscales del pasado, porque correría el riesgo de no tener futuro. El expresidente del Banco Central Europeo iniciaba así su artículo: «¿Puede sobrevivir una unión monetaria sin una unión fiscal? Esta pregunta ha acechado a la zona del euro desde su creación». En su artículo, explicó lo que a su juicio se debe hacer para evitar el declive.
Este artículo en 'The Economist' ha sido la señal del regreso, por todo lo alto, del expresidente del BCE. En realidad, desde que Mario Draghi abandonó en octubre 2022 el Palacio Chigi, sede de la jefatura del Gobierno italiano, solo ha ofrecido tres discursos públicos tras meses de silencio: en junio, en el MIT de Boston; en julio, en la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de EE.UU, con sede en Cambridge; y la pasada semana, en 'The Economist'. Todas sus intervenciones giraron en torno a un tema fundamental: «El futuro de Europa», la necesidad de «un proceso político real» para una integración más fuerte, empezando por las reglas fiscales. «Europa -explicó Draghi- se enfrenta ahora a desafíos que requerirán inversiones considerables, incluidas las de defensa, la transición verde y digital. Por el momento, sin embargo, la Unión no tiene una estrategia federal para financiarlos, y las políticas nacionales no pueden hacerse cargo porque las normas fiscales y de ayuda estatal limitan la capacidad de los países para actuar de forma independiente».
Reforma inevitable
Draghi imagina ya una reforma inevitable de las instituciones europeas. Según el ex primer ministro italiano, «la antigua Unión Europea ya no existe», porque han cedido los pilares sobre los que se basaba su prosperidad: «EE.UU. por la seguridad, China por las exportaciones, Rusia por la energía». El grave problema es que la futura Unión aún no existe, y la perspectiva de su ampliación a los países balcánicos y a Ucrania, sin haber llevado a cabo las reformas, podría tener un desenlace fatal. A este respecto, Draghi ha escrito: «Cuando la Unión se expanda a los Balcanes y Ucrania», será necesario «evitar repetir los errores cometidos en el pasado al ampliar nuestra periferia sin fortalecer el centro».
Parece claro que el encargo de Von der Leyen a Mario Draghi forma parte del gran juego político que ya se ha abierto de cara a las elecciones europeas de junio del próximo año. La presidenta de la Comisión confía en un resultado en el Europalarmento de Estrasburgo que le permita repetir su mandato. Von der Leyen se encamina a ser candidata para sucederse a sí misma. Según algunos medios italianos, el siguiente paso en esta estrategia sería la candidatura de Draghi a la presidencia del Consejo Europeo, el puesto que ocupa el belga Charles Michel. Desde esta presidencia se gobiernan las reuniones de los líderes de los Veintisiete. Un escenario que no es imposible, aunque el propio Mario Draghi se muestra escéptico en este momento: hoy es difícil imaginar las condiciones políticas para un acuerdo en torno a su nombre tras las elecciones europeas.
Crisis, guerras, pandemias...
Desde luego, Mario Draghi no se postula ni para presidir la Comisión ni el Consejo Europeo. Los aspectos más técnicos del mandato del ex presidente del BCE aún no están definidos. Con su nuevo encargo, el exprimer ministro italiano volverá a viajar a las cancillerías europeas, para explicar su tesis de que las instituciones europeas se deben reforzar con nuevas reglas para que los Veintisiete puedan afrontar los desafíos globales y evitar que Europa quede marginada de la escena mundial y se vea condenada a la irrelevancia. La redefinición de las políticas presupuestarias -escribió en 'The Economist'- garantizaría finanzas creíbles y permitiría a los Estados reaccionar ante graves crisis o acontecimientos inesperados, como la pandemia, la crisis energética y la guerra en Ucrania, «'shocks' que son demasiado grandes para que un país solo pueda gestionarlos».
Mario Draghi salvó el euro en el 2012 con su célebre frase «whatever it takes» («cueste lo que cueste», se hará todo sea necesario), cuando era presidente del Banco Central Europeo. Ahora Europa lo llama para una tarea muy complicada: salvar a Europa de su declive, recuperando su competitividad.
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