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Un desertor de Wagner pide perdón a los ucranianos: «Les ruego que no me condenen»

Critica la brutalidad interna del grupo mercenario que fusilaba a los que se oponían a la guerra, querían abandonar o se negaban a cumplir órdenes. Expertos ponen en duda que cruzara en solitario una frontera

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Andrei Medvedev, en una captura de vídeo
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Centroeuropa

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Las unidades paramilitares Wagner, que reclutan a buena parte de sus miembros en las cárceles rusas, llevan a cabo los ataques más feroces en el frente ucraniano y se encargan de aterrorizar a la población civil a base de crueldad y barbarie. Un desertor de sus filas pide ahora perdón a los ucranianos: «Les ruego que no me condenen y por todos los medios les pido perdón«. Se trata de Andrei Medvédev, de 26 años, que logró en enero cruzar clandestinamente el helado río Pasvik, que separa Rusia de Noruega, y que se ha ofrecido a las autoridades del país para testificar sobre los crímenes de guerra en Ucrania a cambio de asilo.

Aunque por motivos de seguridad había permanecido oculto, ha comparecido ahora por primera vez en público en una entrevista concedida a la cadena noruega NRK (https://www.nrk.no/nyheter/tidligere-wagner-soldat-ber-om-unnskyldning-til-ukrainere-1.1627780) para dirigirse a los que hasta hace solo unas semanas eran sus enemigos y sus víctimas.

El encuentro tuvo lugar en el Egertorget, en el centro de Oslo. «Para vosotros soy un sinvergüenza y solo quiero pediros que consideréis que me di cuenta de eso, aunque tarde, y que me volví en contra», han sido sus palabras. Medvédev relata que tuvo dos razones por las que quería desertar y huir. Indicó que se dio cuenta de que la guerra rusa contra Ucrania, estaba «mal, completamente mal», así como la brutalidad interna del grupo de Wagner.

Dice que no dudaron en matar a los que se oponían a la guerra y que, en caso de que alguien se negara a cumplir las órdenes, era fusilado según las leyes de la guerra. Además, Medvédev afirma que hubo varios de estos casos en los que los intentos de deserción se castigaron con la muerte durante los diez días que estuvo en un campo de entrenamiento del grupo Wagner. «El servicio de seguridad de Wagner llegó con dos hombres movilizados que se negaron a luchar. Luego reunieron a varias personas, las alinearon y los fusilaron en público. Así es como construyen una cultura de supervivencia», dice.

Ahora se encuentra en un albergue para solicitantes de asilo en Oslo. Ha declarado su voluntad de testificar sobre cualquier crimen de guerra que haya visto durante su despliegue en Ucrania, en los que asegura que él mismo no estuvo involucrado.

Los investigadores noruegos han determinado que Medvedev tiene estatus de testigo y permanece a la espera de la decisión de las autoridades de inmigración. Tras su llegada a Noruega y su presentación ante las autoridades, Medvedev fue detenido sin que la policía proporcionase los motivos exactos de su arresto. Su abogado Brynjulf Risnes denunció hace dos semanas las «violaciones de las normas de seguridad».

Dice que cruzó la frontera mientras le disparaban

El ruso declaró en los interrogatorios que estuvo luchando en Ucrania con el grupo Wagner durante cuatro meses, antes de desertar en noviembre, y explicó que había cruzado la frontera ruso-Noruega en el Ártico la noche del 12 al 13 de enero, mientras guardias rusos con perros le disparaban. También se mostró dispuesto a declarar sobre la brutalidad del grupo Wagner, testimonio considerado potencialmente valioso para arrojar luz sobre la cuestión de los crímenes de guerra de los que se acusa a Rusia en Ucrania.

Durante la detención y, siempre según su abogado, permaneció en un lugar secreto hasta que fue liberado en el centro de detención de extranjeros de Trapum con la condición de que se mantenga en un lugar específico, ha informado Jon Andreas Johansen, oficial de policía a cargo de asuntos de inmigración. «La persona en cuestión fue detenida en virtud de la ley de inmigración y estamos estudiando su ubicación definitiva». Tanto la Policía como su abogado han descartado su extradición a Rusia. Según la ONG Gulagu.net, que se entrevistó en enero con el exmercenario, teme por su vida si lo devuelven a su país.

No descartan que se trate de un espía

«Él no está acusado de nada», insiste su abogado, aunque para las autoridades noruegas hay preguntas abiertas sobre las circunstancias de su huida. Varios expertos ponen en duda que Medvedev lograse cruzar en solitario una frontera que está bajo fuerte vigilancia y no descartan que se trate de un espía. Su petición de perdón ante las cámaras humaniza al desertor ante la población noruega, pero la comunidad ucraniana en el país tampoco se fía.

Natalia Lutsyk, que dirige la Asociación Ucraniana en Noruega, dice que es demasiado pronto para empezar a perdonar. «Me gustaría pensar que se necesitan varias décadas, si no varias generaciones, solo para comenzar a olvidar y perdonar las palabras que se han usado y los horrores que hemos visto, tanto de lejos como de cerca», ha declarado al a NRK, «cambiar ahora de bando significa poco, las heridas siguen demasiado abiertas». Medvedev asegura que no ha presenciado crímenes contra la población civil ucraniana.

«Necesitamos saber qué ha hecho antes de concederle credibilidad para decidir si es culpable o inocente»

Natalia Lutsyk

Dirige la Asociación Ucraniana en Noruega

Sin embargo, se arrepiente de haber estado involucrado en el grupo Wagner. «Me he enfrentado a ello», alega en su defensa. Pero Lutsyk insiste en la necesidad de que las autoridades noruegas y ucranianas logren averiguar qué ha hecho realmente Medvédev en Ucrania antes de concederle credibilidad. «Cuando sepamos lo que ha hecho, podremos decidir si es culpable o inocente», ha dicho

El exmiliciano accedió a reunirse con el periodista Jan Espen Kruse de la NRK solo y sin medidas de seguridad a su alrededor, a pesar de que todavía teme por su vida en suelo noruego. Vestía pantalones de chándal grises y una sudadera con capucha, además con una chaqueta negra. «La Policía noruega, por supuesto, vigila todos mis pasos por seguridad, pero en general no la necesito», comentó a los reporteros, dando a entender que confiaba en su propio entrenamiento para defenderse.

Tom Røseth, director del Colegio de Defensa de Noruega, considera sin embargo que está en peligro. «El jefe del grupo Wagner ha confirmado de alguna manera que era parte del grupo, por lo que debemos suponer eso», advierte, aunque asume que será, posiblemente, procesado.

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