Los cristianos de Siria celebran la Navidad entre el temor y la esperanza

Acuden a las iglesias, pero la quema de un árbol de Navidad desata protestas

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Portando cruces, manifestantes cristianos protestan en Damasco contra la quema de un árbol de Navidad EFE

Por primera vez después de trece años de sangrienta guerra civil, los cristianos de Siria celebran la Navidad en paz. O, al menos, con toda la paz que pueden tener en un país musulmán regido por una guerrilla islámica cuyo líder, Ahmad al ... Sharaa (antes conocido como Abu Mohamed al Jolani), procede de Al Qaida. Tras tomar el poder, este prometió respeto para todas las religiones, pero la sempiterna amenaza islamista pende sobre los cristianos y hace que conmemoren el nacimiento de Jesús entre el temor y la esperanza.

Divididos entre ortodoxos y católicos de la iglesia greco-melquita y latina, los cristianos han pasado de 1,5 millones de personas (10 por ciento de la población) en 2011 a solo 300.000 (2 por ciento) por la guerra y la persecución islamista. Aunque su credo fue respetado por la dictadura de los Assad, tampoco se libraron de su feroz represión política y han festejado su caída como los que más.

En general, los cristianos están acudiendo sin problema a las iglesias, rezando con devoción y posando felices ante los nacimientos y árboles de Navidad que decoran sus fachadas bajo las nuevas banderas de Siria. Más allá de las promesas de las autoridades, hay gestos para la esperanza. Entre ellos, los que cuenta el párroco de la iglesia de san Francisco de Asís en Alepo, Bahjat Karakach, en la agencia Asia News de información católica. Según relata, «grupos de jóvenes musulmanes permanecen frente a las iglesias para repartir flores a los cristianos que entran. En cada flor hay una nota que dice: Juntos podemos reconstruir nuestro país».

Pero eso no significa que no haya incidentes religiosos. En Suqaylabiyah, un pueblo cristiano cerca de la ciudad de Hama, unos vándalos quemaron un árbol de Navidad el lunes por la noche, lo que provocó protestas en Damasco.

Por desgracia, ha habido episodios más graves. En Wadi al Nasara, conocido como el valle de los cristianos en la región de Homs, una pareja ortodoxa fue asesinada el 13 de diciembre. Aunque se especuló con la hipótesis de un robo, no se descarta el móvil religioso porque el marido fue decapitado. Pero tampoco el político por la conexión de los ortodoxos con Rusia, odiada por su apoyo a los Assad.

En Hama, unos guerrilleros fueron detenidos por disparar contra una iglesia ortodoxa y un cementerio cristiano sufrió destrozos. En Damasco, los controles en las calles han pedido a algunas mujeres cristianas que se cubran la cabeza y a los conductores que retiren de sus coches sus símbolos religiosos, como cruces. Aunque «algunos signos de la islamización se están volviendo evidentes» según el padre Karakach, lo realmente milagroso es que no haya empezado la caza al cristiano. Aún.

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