Costa de Marfil, al borde de la guerra civil
La comunidad internacional trata de frenar el enfrentamiento entre los dos bandos
El ex presidente sudafricano Thabo Mbeki viajó ayer en «misión de urgencia» a la capital financiera de Costa de Marfil —Abiyán— para intentar frenar la crisis postelectoral que atraviesa el país. Una decisión política, auspiciada por la Unión Africana y que, lo cierto, no parece ser cuestión baladí. Sobre todo, ante un país que en la actualidad cuenta con dos presidentes y en el que ya se empiezan a escuchar los primeros tambores de guerra civil.
El pasado 3 de diciembre, el mandatario Laurent Gbagbo fue proclamado vencedor de las elecciones presidenciales por el Consejo constitucional con el 51,45% de los votos. Sin embargo, esta decisión —«dirigida» y a todos visos impopular, ya que el Consejo constitucional es afín al ideario político de Gbagbo— invalidaba los resultados entregados previamente por la Comisión electoral independiente, que daba ganador con el 54,1% a su rival político, Alassane Ouattara.
Ante este golpe de estado protagonizado por el mandatario saliente, las primeras reacciones no se han hecho esperar. En las últimas horas, a los primarios apoyos a favor de Ouattara de Guillaume Soro —primer ministro y líder de las Fuerzas Nuevas que ayer anunció la formación de un nuevo Gobierno a la medida de Outtara—, ya se han sumado los de la ONU, EE.UU., la UE y la Unión Africana.
Tras cinco años de guerra, en 2007, el ahora líder golpista —Laurent Gbagbo— y Soro formaron un Gobierno de unidad, al que el líder de la guerrilla norteña se incorporó como primer ministro, con la misión de realizar unos comicios libres y justos, que se han retrasado seis veces en cinco años.
Las elecciones del pasado noviembre fueron recibidas en el país africano con la esperanza de acabar con la crisis y así afrontar los problemas económicos del país. Ejemplo del desarrollo africano en los setenta y los ochenta, pero que en la actualidad se encuentra sumido en las miserias propias de su corrupción intrínseca.
La mediación de Mbeki no parece casual. «Curiosamente», fueron las presiones del ex mandatario sudafricano, quienes validaron, en 2005, la candidatura presidencial del ex primer ministro Ouattara, cuya exclusión por motivos «de nacionalidades» de la elección de 2000 sirvió de germen a la crisis marfileña.
Por ahora, cuatro muertos
La llegada de Mbeki, en un país que cuenta «de facto» con dos presidentes, la sombra de una nueva guerra civil se dibuja sobremanera. Desde la noche del sábado, Abiyán se encuentra sumida un enfrentamiento constante entre la Policía y centenares de correligionarios de la Agrupación de Hufuetistas para la Democracia y el Desarrollo (coalición que respalda a Ouattara). Unas escenas que también se han reproducido en la localidad de Grand-Bassam, a unos 15 kilómetros de la capital financiera. En unos disturbios que han causado ya cuatro muertos.
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