Los conservadores del Reino Unido cierran su congreso en plena lucha de poder tras su derrota electoral

Jenrick centró su discurso en la necesidad de reformar el partido y prometió una «nueva era» tory. Jenrick, quien ha buscado posicionarse como una figura con la elegancia política de David Cameron pero alineado con las políticas nacionalistas más en la línea de Nigel Farage, se presentó como el «nuevo Thatcher», dispuesto a rescatar al partido y al país del declive.

En su discurso, Jenrick habló sobre su padre, un trabajador de la metalurgia, y trazó un paralelismo con la figura de Margaret Thatcher y las difíciles circunstancias de 1974, comparándolas con las de 2024. Para él, los conservadores deben convertirse en el «sindicato de las personas trabajadoras», defendiendo los intereses de los hombres y mujeres comunes que, en sus palabras, no tienen «lobbies exigiendo sus llamados derechos». Propuso además abandonar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, una posición que los presentes aplaudieron con entusiasmo.

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Por otro lado, Kemi Badenoch también captó la atención, aunque no por los motivos que esperaba. Durante una entrevista con Times Radio, cuestionó si el nivel actual de pago por maternidad en el Reino Unido era adecuado. Badenoch respondió que los pagos actuales resultaban excesivos, un comentario que fue rápidamente criticado. Aunque posteriormente aclaró su postura en redes sociales, señalando que «ninguna madre con tres hijos cree que el pago por maternidad es excesivo», el daño ya estaba hecho. Su oponente, Robert Jenrick, no perdió la oportunidad de destacar su apoyo inquebrantable a las madres trabajadoras.

A pesar de estos deslices, Badenoch no se quedó atrás en su discurso, asegurando que haría «retorcerse» a Rachel Reeves y «sudar» a Keir Starmer si llegara a liderar el partido. Se mostró crítica con la política de «cero emisiones netas», alegando que el plan actual es totalmente «adicto a los subsidios estatales» y que perjudica a la economía, y aprovechó para enfatizar su escepticismo sobre la estrategia ambiental del gobierno.

James Cleverly, por su parte, ofreció un tono diferente, hablando con optimismo sobre el futuro del partido y subrayando la importancia de ser «más normales» en la política. Cleverly enfatizó que, aunque los conservadores han perdido poder, no deben avergonzarse de su legado sino todo lo contrario. Recordó los logros del partido en temas como la educación, la energía limpia y el Brexit; y criticó duramente al Partido Laborista, describiéndolo como una formación llena de «borrachos de poder» y a los que acusó de mentir y engañar al público británico.

Tom Tugendhat también hizo un llamamiento apasionado por un cambio dentro del partido. Habló de la necesidad de un liderazgo renovado y de soluciones reales para los problemas a los que se enfrenta el país. Uno de sus puntos clave fue la inmigración, y prometió establecer un límite legal de 100.000 migrantes anuales, al tiempo que subrayó la importancia de solucionar los problemas estructurales en educación y para reducir la dependencia de extranjeros.

A pesar de las tensiones internas y los diversos enfoques sobre el futuro del partido, el ambiente en el congreso fue optimista. Tras la aplastante derrota electoral, muchos conservadores habían pensado que estarían fuera del poder durante una década o más. Sin embargo, la situación ha cambiado, y algunos creen ahora que podrían volver al poder antes de lo previsto. Las críticas hacia el gobierno de Keir Starmer, especialmente en torno a la aceptación de miles de libras en donaciones y las restricciones en la subvención por calefacción para diez millones de pensionistas, han dado un respiro a los conservadores. Para algunos, la administración laborista podría estar perdiendo apoyo más rápido de lo que se esperaba, lo que abriría la puerta a una pronta recuperación 'tory'.

Por otro lado, Starmer aprovechó una visita a Bruselas para recalcar su compromiso de restablecer una relación «estable y positiva» entre el Reino Unido y la Unión Europea. En su encuentro con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Starmer subrayó que la ciudadanía británica desea un liderazgo pragmático y sensato en lo que respecta a sus vecinos más cercanos. El mandatario enfatizó que, en tiempos convulsos, la cooperación es clave para mantener la estabilidad y la seguridad en la región.