El Congreso de EE.UU. impulsa una ley contra el antisemitismo cuestionada por sus límites a la libertad de expresión
Las protestas pro-palestinas en las universidades están provocando un debate en EE.UU. sobre las fronteras del discurso de odio
La policía entra en Columbia y desocupa el edificio tomado por activistas pro-palestinos
![Un par de manifestantes duermen bajo un muro cubierto de pancartas cerca de un campamento instalado por estudiantes y activistas pro-palestinos en el campus de la Universidad de California](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/05/02/manifestacion-R2cMlPlEMxUDv2fTBVQzvoI-1200x840@diario_abc.jpg)
¿Criticar a Israel o al sionismo es antisemita? Las protestas pro-palestinas en las universidades están provocando un debate en EE.UU. sobre las fronteras del discurso de odio, entre cánticos habituales como 'Desde el río hasta el mar Palestina será libre' (para algunos, ... un llamamiento a la destrucción de Israel) o pancartas en las que se asemeja a Israel con los nazis.
Con buena parte de la atención del país puesta en los desórdenes en los campus, el Congreso ha decidido tomar cartas en el asunto. Este miércoles por la noche, la Cámara de Representantes aprobó por una amplia mayoría la Ley de Concienciación sobre Antisemitismo, que amplía una concepción del antisemitismo más allá de ataques a judías y lo lleva hasta determinados ataques al estado de Israel.
La ley, que todavía tiene que obtener el visto bueno del Senado, incluiría una definición del antisemitismo a nivel nacional en la línea de la que recoge la Alianza Internacional para la Rememoración del Holocausto. Por ejemplo, es antisemita «decir que la existencia del estado de Israel es un proyecto racista», «aplicar dobles estándares» a Israel que no se exigen en otro países democráticos o «comparar las políticas contemporáneas israelíes con las de los nazis».
La propuesta ha sido liderada por el diputado republicano Michael Lawler, de Nueva York, un estado donde, a la vez, vive la mayor comunidad judía del país y que ha sido el germen de las protestas pro-palestinas. El objetivo de la ley es «hacer rendir cuentas a los gestores de universidades que no quieran atajar el antisemitismo en sus campus». El mecanismo: el Departamento de Educación suspenderá los fondos públicos que reciban las universidades si no se enfrentan a esos discursos de odio.
Críticas
La ley fue aprobada por una mayoría de 320-91, incluidos 133 votos de diputados demócratas, mayoría también en su bancada. Pero eso no ha evitado importantes críticas desde diferentes sectores. Organizaciones de derechos civiles, como la Unión de Libertades Civiles de América, o columnistas como Jonathan Chait, que es judío, han criticado el ataque que supone a la libertad de expresión, uno de los pilares de la democracia estadounidense.
Entre los diputados que se oponen está el demócrata Jerry Nadler, que se definió como un «sionista profundamente comprometido», pero que considera que la ley «amenaza con atacar a la expresión protegida por la Constitución». En el otro extremo político, en la facción radical de los republicanos, también ha habido disidentes. Los republicanos Matt Gaetz y Marjorie Taylor Greene votaron en contra porque consideran que la ley puede declarar como antisemita afirmaciones como «los judíos mataron a Jesús».
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