La comunidad árabe de Míchigan: «Vamos a tumbar a Biden»
El voto árabe en este estado podría ser determinante para la reelección del presidente demócrata en 2024
El alcalde musulmán de una ciudad de Michigan prohíbe la bandera LGTBIQ+ en los edificios públicos tras el apoyo del colectivo: «¿Esta es su forma de agradecérnoslo?»
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![La comunidad árabe de Míchigan: «Vamos a tumbar a Biden»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/12/02/foto-uno-Ry2JN5KtVNTMe4OoDqzPnmM-1200x840@abc.jpg)
Nada más puramente americano que Dearborn, en Michigan, una ciudad industrial a las afueras de Detroit. Aquí nació Henry Ford, aquí inventó la industria del automóvil, pieza central de la idiosincrasia de EE.UU., aquí montó la mayor factoría del mundo -Ford River ... Rouge-, que todavía hoy escupe más de mil coches todos los días.
Nada más puramente americano que su calle principal, la avenida Michigan, donde sobrevive la actividad pese al ocaso industrial y al impacto de Amazon en el comercio. El banco local en un edificio 'art déco'. El 'diner' abandonado que parece sacado de un cuadro de Edward Hopper. Edificios civiles suntuosos. Y una ristra de tiendas, restaurantes y gasolineras sobre aceras vacías. Aquí se camina poco.
Pero Dearborn, con algo más de cien mil habitantes, es también una rareza en EE.UU. Es la única ciudad de mayoría árabe del país. Es el 54%, según el último censo oficial, aunque algunas estimaciones lo elevan hasta el 70%. El 'fahsa' -un guiso yemení de cordero- borbotea en uno de las decenas de restaurantes de Yemen o Líbano. Los letreros en árabe están por todas partes. Los pañuelos cubren la cabeza de muchas de las pocas mujeres que se ven en la calle. Hay decenas de tiendas de hiyab y ropas modestas. El alcalde es árabe y el Eid (fin del mes de Ramadán) es festivo local. Aquí está la mayor mezquita del país, el Centro Islámico de América, un mamotreto con dos grandes minaretes y cúpulas doradas, donde las madres recogen a sus hijos después del colegio, en medio de una lluvia fría.
Esto también es puramente americano, en el país de la promesa de la libertad de credo, de las oportunidades con independencia del origen, la raza o la religión. Pero la guerra en Gaza ha distinguido a Dearborn y las comunidades árabes e islámicas en los alrededores de Detroit, con una importante presencia de personas de origen palestino, del resto del país. Aquí se vive y se reacciona a la guerra de una forma diferente. Y con consecuencias que pueden ser decisivas para el futuro político de la primera potencia mundial. En concreto, para la reelección de su presidente.
«Vamos a tumbar a Joe Biden», dice Osaba Siblani, una de las voces más influyentes de la comunidad árabe de Michigan, activista político y fundador y editor de 'Arab American News', el mayor periódico árabe del país. Lo dice con gravedad y seguridad y se refiere a la elección presidencial del año que viene. «No va a ganar. No, al menos, en Michigan», pronostica desde Galata Sweets, una pastelería turca que acoge un acto de recaudación de fondos para enviar ayuda humanitaria a Gaza, uno de los muchos actos y protestas celebrados en Dearborn desde el comienzo de la respuesta militar de Israel a los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre.
Estado bisagra
«No nos sentimos representados por este Gobierno», añade Siblani sobre la posición de la Administración Biden respecto a la guerra en Gaza. El presidente de EE.UU. se ha declarado sionista, ha insistido en el «apoyo inquebrantable» a Israel y, sobre todo, se ha alineado con el Gobierno de Benjamin Netanyahu en el rechazo al alto el fuego que exigen la ONU, los países árabes de la región y el sector izquierdista de su partido. Y que aquí en Dearborn es un clamor entre la población árabe.
Noganar en Michigan sería muy peligroso para Biden. Es uno de los 'estados bisagra' en las presidenciales, donde todo se decide en la media docena de ellos donde las fuerzas entre demócratas y republicanos están parejas.
En 2016, Donald Trump ganó aquí a Hillary Clinton por 10.000 votos. La remontada de Biden en 2020 -le ganó al multimillonario neoyorquino por 150.000 votos- fue clave para su victoria. Aquel año, el 80% del voto árabe se fue con el candidato demócrata, un electorado determinante en Michigan. Los 300.000 árabe-americanos de Michigan son un 3% de la población, de largo el porcentaje estatal más grande del país, y Biden no puede permitirse perder ese voto. Sobre todo, por su debilidad actual: la encuesta de finales de octubre de 'The New York Times' y Siena College fue devastadora para Biden en Michigan: Trump obtenía un 48% de los apoyos, frente al 45% del presidente.
![Situada en Dearborn, Michigan, es la mezquita más grande de América del Norte y el templo chií más antiguo de EE.UU. La institución se remonta a 1963, aunque la mezquita actual se inauguró en 2005. Destaca en el 'skyline' de la ciudad por sus dos grandes minaretes y sus cúpulas doradas](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/12/02/centro-islamico-U74833262043VRx-624x350@abc.jpg)
«Sensación de miedo»
«Tenemos una gran sensación de traición», dice Nada Al Hanooti, directora ejecutiva de Emgage Michigan, una organización que busca impulsar la participación política de la minoría árabe y musulmana. Como tantos otros árabes demócratas, se implicó en la elección de 2020: fue de puerta en puerta pidiendo el voto por Biden, impulsó el registro de votantes demócratas, persiguió donaciones y apoyos… «Esperábamos que lo que pasa ahora viniera de Trump; de Biden esperaba que nos defendiera», critica sobre la retórica de la Administración Biden sobre la guerra en Gaza, a la que califica de «dañina y divisora».
Al Hanooti, que es de origen palestino, retrata un ambiente de gran tensión en Dearborn desde el comienzo de la guerra. «Está siendo traumático», dice sobre vecinos que en muchos casos han llegado a EE.UU. huyendo de guerras y persecución. Habla de una «sensación de miedo», de «semanas dolorosas» con amenazas y medidas de seguridad adicionales en colegios y mezquitas, de aumento de islamofobia y de haber aprendido la «dura lección» de que «la Primera Enmienda (el texto constitucional que establece la libertad de expresión) no aplica a la comunidad árabe y musulmana, no aplica a nadie que se atreva a defender los derechos de los palestinos».
Una encuesta de Emgage de comienzos de mes refleja el enfado del electorado musulmán con Biden. Mientras que el 80% del voto musulmán fue para Biden en 2020, ahora solo el 5,2% de los sondeados en diez estados dicen que le volverían a apoyar. Además de Michigan, hay estados, como Pensilvania, donde el electorado árabe, aunque sea muy minoritario, puede tener impacto si el resultado es muy ajustado.
![Imagen principal - Nada Al Hanoot, Alabas Farhat y Osama Siblani, representantes de la comunidad musulmana de la ciudad](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/12/02/imagenuno-U38788648787ldY-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Nada Al Hanoot, Alabas Farhat y Osama Siblani, representantes de la comunidad musulmana de la ciudad](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/12/02/imagendos-U24226865001SNw-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Nada Al Hanoot, Alabas Farhat y Osama Siblani, representantes de la comunidad musulmana de la ciudad](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/12/02/imagentres-U55683062861YyH-278x329@abc.jpg)
Reconducir la situación
¿Puede reconducir la situación Biden de aquí a noviembre del año que viene? «No, no hay absolutamente nada que pueda hacer, han muerto demasiados inocentes», responde Al Hanooti.
Es una opinión que respalda Zahraa Al Rafesh, una joven de origen iraquí de 21 años, fundadora de la organización Mujeres Árabes Unidas y que recauda fondos para Palestina en Dearborn. «No hay nada que pueda justificar esto», dice, tocada con un hiyab, sobre los números de civiles y menores muertos en Gaza, según las cifras de Hamás, a quien no se olvida de condenar por sus ataques terroristas. Pero habla de «genocidio» en Gaza, de «tener el corazón roto», de sentirse amenazada y censurada. «No puede pasar que mueran cientos de niños, seas de la religión o del lado que seas», incide Saleh, encargado de Yemen Cafe, en Hamtramck, una localidad de 28.000 habitantes al norte de Detroit, todavía más musulmana y árabe que Dearborn: el único municipio de EE.UU. en tener todos sus concejales musulmanes (los izquierdistas demócratas lo celebraron como un signo de pluralidad en EE.UU.; este verano, lamentaron que el alcalde prohibió que ondeara la bandera arcoíris durante las celebraciones del orgullo gay).
Alas al odio
«Mi familia encontró aquí el sueño americano», dice Alabas Farhat, hijo de inmigrantes libaneses y diputado estatal demócrata por el distrito que engloba a Dearborn. «Vemos matanzas de gente que se parecen a nosotros y la reacción de nuestros líderes es preocupante, es descorazonadora», lamenta sobre el humo de un 'adeni chai', un té yemení especiado y potente, sentado en una mesa de Qahwah House, una cafetería popular de su ciudad. Más que a Biden, se refiere a los líderes republicanos que piden que Netanyahu «acabe el trabajo» en Gaza o deje la Franja «convertida en un aparcamiento».
«Esas declaraciones dan alas al odio, a la división, tienen consecuencias», critica sobre su impacto en la islamofobia, creciente, como el antisemitismo, en todo Estados Unidos. «Yo mismo recibo amenazas de muerte todos los días», asegura.
Farhat reconoce que los árabes demócratas como él se sienten decepcionados con Biden y su gestión de la guerra en Gaza, que no han tenido voz y que eso tendrá consecuencias electorales. Pero todavía no da la espalda a Biden: «Nunca es demasiado tarde para hacer lo correcto, para buscar un acuerdo de paz». Quizá lo dice porque teme la encrucijada en las presidenciales de 2024: no apoyar a Biden será favorecer a Trump, el candidato republicano aparente, que nada más llegar al poder en 2017 impulsó un veto a la llegada de a EE.UU. de personas de países de mayoría musulmana. Y Trump, además, tiene un mensaje potente para la comunidad árabe y musulmana: con él al volante, EE.UU. no entró en ninguna guerra.
De vuelta en Galata Sweets, entre vecinos vestidos con el pañuelo palestino y bandejas de 'baklava', Siblani asegura que a los árabes de Michigan no les pesará facilitar la Presidencia de Trump: «Es demasiado tarde para que nos convenza Biden. ¿Va a poder devolver la vida a todos esos niños? Entonces, no tendrá nuestro voto. Nos vamos a abstener en las presidenciales, solo votaremos a quien se lo merezca. Biden necesita ser castigado».
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