Los cinco movimientos armados antisionistas que apoya Irán en el entorno de Israel
Teherán respalda además al régimen sirio de Asad aunque niega tener allí fuerzas
Irán amenaza con una represalia tras el ataque israelí en Damasco: «No quedará sin respuesta»
![Funeral del combatiente de Hezbolá en Beirut](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/04/02/hezbollah-RancJpJYfrzuSehg7C3gZiO-1200x840@diario_abc.jpg)
La extrema rivalidad entre Irán e Israel es reciente: se remonta al triunfo de la Revolución en 1979. Los historiadores la atribuyen en gran medida al estrecho lazo que unía al Estado hebreo con la dinastía persa de los Pahlavi, que Jomeini detestaba. Una de ... las primeras decisiones del nuevo régimen clerical iraní fue la ruptura de todos los vínculos con Israel, al que a partir de ese momento se denominaría a secas «el Estado sionista» ocupador de los «territorios palestinos».
Irán e Israel no se han enfrentado nunca directamente. El Estado judío lleva a cabo desde hace muchos años asesinatos selectivos de dirigentes de la élite militar jomeinista –como el último registrado en Damasco–, o de científicos que trabajan en el programa del arma nuclear iraní. El régimen de Teherán, por su parte, dirige su 'guerra por poderes' contra el Estado hebreo financiando y formando a los cuadros militares de una serie de movimientos armados del entorno árabe de Israel. Todos ellos tienen en común el antisionismo y el salafismo armado: un planteamiento de la lucha como yihad, guerra santa, que justifica también los atentados terroristas contra civiles.
Además del respaldo a cinco grandes grupos –dos en los territorios ocupados: Hamás y Yihad Islámica, uno en el Líbano, Hizbolá, uno en Irak, IRI, y uno en Yemen, los hutíes–, Irán ofrece su respaldo al régimen de Bachar al Asad, aunque oficialmente niega tener tropas de élite combatiendo en la guerra civil siria.
Movimientos radicales
En términos exclusivamente religiosos, el respaldo del régimen chií iraní a los dos movimientos radicales palestinos, vinculados a la corriente mayoritaria suní, constituye una anomalía. Pero el antisionismo, y en el caso de Hamás y la Yihad el antisemitismo, pasan por encima de otras barreras. Hamás sorprendió el pasado 7 de octubre con su ofensiva relámpago contra Israel –más de 1.200 víctimas en pocas horas–; en ese momento contaba con unos 30.000 milicianos. La Yihad Islámica, que también opera principalmente en la Franja de Gaza, disponía entonces de unos 8.000 hombres en armas.
Hizbolá, el movimiento chií libanés, es sin duda la auténtica 'criatura' del régimen fundamentalista iraní. Cuenta con unos 30.000 milicianos y está armado hasta los dientes con misiles persas. En Irak, la presencia iraní es sin embargo relativamente reciente: Teherán financia a cuatro milicias chiíes –una de ellas participa incluso en el Gobierno de coalición de Bagdad, Kataib Hizbulá– bajo el paraguas de la Resistencia Islámica Iraquí (IRI por sus siglas en inglés).
En Yemen, el apoyo de Irán al movimiento rebelde chií de los hutíes explica la osadía de estos en sus ataques contra los buques mercantes que navegan por el Mar Rojo.
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