Cómo China y Rusia están colonizando Iberoamérica
Con su presencia en los países suramericanos, chinos y rusos intentan devolver a Washington la estrategia de rivalizar en su área de influencia
Surinam, el primer país de América ahogado por los créditos de China
![El presidente brasileño, Lula de Silva, visitó a su homólogo chino, Xi JInping, en Pekín el pasado mes de abril](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/05/09/lula-xi-jinping-R244UVHduBryxPsrHDFi0zJ-1200x840@abc.jpg)
Durante décadas, China se ha sentido físicamente cercada por la alianza de Estados Unidos con los países de la llamada 'primera cadena de islas' de Asia-Pacífico (Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas) y por el resto de estrechas relaciones comerciales y diplomáticas que Washington ... mantiene con otros vecinos de la región. Si Pekín quiere sacarse de encima la presión de EE.UU. en el mar del Sur de China, de igual modo Rusia busca terminar con la aproximación a sus fronteras que ha estado llevando a cabo la OTAN con su ampliación a territorios que fueron de la Unión Soviética.
La respuesta de Xi Jinping y de Vladímir Putin pasa por pagarle a Washington con la misma moneda, y aunque para ellos resulta difícil acorralar a EE.UU. en América del Norte, al menos intentan devolverle la estrategia de rivalizar en su área de influencia.
Así, China ha desplazado a EE.UU. como principal socio comercial de Suramérica, en cuya economía ha adquirido cada vez mayor peso mediante créditos millonarios (que cargan a los países beneficiarios con una alta deuda) y una creciente penetración de empresas chinas en variedad de sectores. Rusia se ha focalizado en Centroamérica y el Caribe, el 'patio trasero' más próximo de EE.UU., con iniciativas que incluyen la cooperación militar.
Hasta ahora, Moscú había sigo algo más osado en las formas y más directo en su expresión de amenaza, pero la reciente 'crisis de los globos chinos' muestra que a medida que una confrontación por Taiwán puede acercarse, Pekín se aproxima más en sus movimientos al propio EE.UU.
China en Latinoamérica
En veinte años el comercio entre China y Latinoamérica se ha multiplicado por 30, pasando de 17.000 millones de dólares en 2002 a 315.000 en 2019, con previsión de que alcance 500.000 millones en 2025. China ha importado básicamente materias primas –de petróleo a minerales y soja–, por lo que su relación ha sido sobre todo con Suramérica. Centroamérica y el Caribe, más dependiente de la economía norteamericana, ha mantenido a EE.UU. como referente comercial.
Créditos y préstamos
Desde 2005, los bancos estatales de China han otorgado a los gobiernos de la región un total de 136.500 millones de dólares en créditos, más que los concedidos por todas las organizaciones internacionales juntas. Casi la mitad han sido para Venezuela (60.000 millones); siguen Brasil (31.000), Ecuador (18.200) y Argentina (17.000). Esas sumas se entregaron muchas veces a cambio de petróleo y otras materias primas, durante el 'boom' de las 'commodities'.
Terminado ese 'superciclo' en 2014, China ha concedido recientemente menos créditos a gobiernos, y en cambio ha aumentado los préstamos de sus bancos comerciales para financiar la compra de empresas locales y su expansión. Por esta vía, desde 2005 China ha realizado 62 préstamos, de los cuales 36 corresponden a operaciones en Argentina y nueve en Brasil.
Si bien EE.UU. y la Unión Europea (y España como mayor exponente) realizan más inversiones que China en Latinoamérica, la particular obediencia que las empresas chinas deben prestar a su gobierno hace que muchas veces estas se vean con desconfianza.
Los fondos procedentes de China se destinaban inicialmente a infraestructuras públicas, pero la madurez de la presencia china en los distintos países ha supuesto un progresivo desplazamiento de la financiación hacia otros sectores: ha habido fuertes inversiones en minería y, más recientemente, en servicios de distribución de electricidad, gas y agua.
Infraestructuras y producción energética han ido de la mano en la construcción de embalses. En Brasil, compañías chinas poseen total o parcialmente 17 presas; en Perú, 4; en Colombia, 2, y en Bolivia gestionan una. Esas instalaciones se dedican en su mayoría a la producción hidroeléctrica.
En cuanto a la minería, el capital chino tiene concesiones para la extracción de cobre y hierro en Perú; de oro en Argentina, y de niobio, fosfato y hierro en Brasil. En Bolivia, los chinos extraen oro escondidos detrás de cooperativas locales, que son las únicas con licencia para esa labor. Debido al gran interés por el litio, han comprado empresas para la explotación de ese metal en Argentina y Chile, y buscan también concesiones en Bolivia.
En el sector petrolero, empresas chinas participan en operaciones de 'fracking' en Vaca Muerta, en Argentina, país en el que han adquirido firmas petroleras locales. También realizan trabajos en México, Colombia, Ecuador y Brasil (en Venezuela las sanciones de EE.UU. han limitado su actividad).
Gestión de puertos
China pone un notable interés en la construcción y gestión de puertos o de terminales marítimas. En Perú está desarrollando un puerto nuevo ubicado en Chancay. En Brasil impulsó el puerto privado de Itaquí, aunque ha dejado su participación. En Argentina, empresas chinas pujan por el dragado del Canal Magdalena, de acceso al Río de la Plata, y del río Paraná, en cuya estratégica 'hidrovía' los intereses chinos podrían alcanzar algún tipo de presencia más permanente.
En este ámbito logístico, China se ha acercado notablemente al área de directa influencia de Washington, con la gestión de terminales a ambos lados del Canal de Panamá (es el segundo cliente del canal, tras EE.UU.); del puerto jamaicano de Kingston, el de mayor tráfico del Caribe, y del de Freeport, en las Bahamas. China también se ha encargado de la ampliación del puerto de Santiago de Cuba. Además, la gran compañía naviera Cosco gestiona un terminal en territorio estadounidense, en Seattle.
Nuevas áreas de penetración son los servicios de suministros. En Chile, tras la compra de varias firmas chilenas, empresas chinas han llegado a gestionar más del 50% del suministro eléctrico; en Perú también han hecho varias adquisiciones y podrían quedarse con los negocios que Enel tenía en el país.
Por lo que se refiere a nuevas tecnologías, Huawei tiene más del 20% del mercado de telefonía móvil. En México, Colombia, Perú y los países centroamericanos está entre los tres primeros operadores. Huawei tiene perspectivas de licencia 5G en Brasil, Chile, Argentina y Uruguay. Además, China ha suministrado equipo de videovigilancia e identificación facial a diversos gobiernos; Cuba los ha utilizado para aplacar las protestas ciudadanas.
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/05/rusia-china-iberoamerica/rusia-china-iberoamerica-desktop.png?v=1683541036026)
La colonización
de China y Rusia
en Iberoamérica
RUSIA
CHINA
Pesca ilegal:
Entre 300 y 500 embarcaciones chinas navegan en grupos anualmente por el litoral sudamericano entre Ecuador y las Galápagos hasta el sur de Brasil, en ocasiones penetrando en las zonas de explotación exclusiva de los distintos países
Comercio China-Latinoamérica:
En 20 años se ha multiplicado por 30
En 2002 era de 17.000 millones de dólares
En 2019 era de 315.000 millones de dólares
En 2025 se prevé de 500.000 millones de dólares
2002
2019
2025
CHINA
Préstamos «políticos» a gobiernos
Préstamos «comerciales» a empresas
Comercio China-Latinoamérica
Minas
Petróleo y gas
Embalses
Puertos
Espacio
RUSIA
Telefonía móvil
Electricidad
Renovables
Permuta de divisas
Agricultura y Pesca
Pesca ilegal
Cooperación militar
Estaciones de Glonass
Armamento
Fuente: Elaboración propia / ABC
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/05/rusia-china-iberoamerica/rusia-china-iberoamerica-movil.png?v=1683541044798)
La colonización
de China y Rusia
en Iberoamérica
RUSIA
CHINA
Pesca ilegal:
Entre 300 y 500 embarcaciones chinas navegan en grupos anualmente por el litoral sudamericano entre Ecuador y las Galápagos hasta el sur de Brasil, en ocasiones penetrando en las zonas de explotación exclusiva de los distintos países
Comercio China-Latinoamérica:
En 20 años se ha multiplicado por 30
En 2002 era de 17.000 millones de dólares
En 2019 era de 315.000 millones de dólares
En 2025 se prevé de 500.000 millones de dólares
2002
2019
2025
CHINA
Préstamos «políticos» a gobiernos
Préstamos «comerciales» a empresas
Comercio China-Latinoamérica
Minas
Petróleo y gas
Embalses
Puertos
Espacio
Telefonía móvil
Electricidad
Renovables
Permuta de divisas
Agricultura y Pesca
Pesca ilegal
RUSIA
Cooperación militar
Estaciones de Glonass
Armamento
Fuente: Elaboración propia / ABC
Especial inquietud en el Comando Sur de EE.UU., que con frecuencia alerta de la expansión de China y Rusia en el hemisferio occidental, ha generado la estación de observación y seguimiento espacial en Neuquén, en la Patagonia argentina, gestionada con gran secretismo por un organismo dependiente del Ejército chino.
En su intento de convertir el yuán en moneda de reserva internacional, Pekín ha llegado a acuerdos de permuta de divisas trienales con Argentina (por valor del 42% de las reservas internacionales argentinas) y con Chile (en este caso, durante la crisis de la pandemia). Ahora está negociando una operación de este tipo con Brasil.
Con frecuencia, la actuación china es denunciada por estándares poco respetuosos con el medio ambiente. Así ha ocurrido en diversas áreas del Amazonas. Una erosión particular de los recursos naturales ocurre con la pesca ilegal, que afecta sobre todo al litoral sudamericano entre Ecuador-Galápagos y el sur de Brasil. Enjambres de hasta 500 embarcaciones navegan cerca de las zonas de explotación exclusiva de los distintos países y en ocasiones penetran en ellas pescando de modo furtivo y esquilmando los bancos de pesca.
Colaboración militar rusa
La relación de Rusia con los países americanos es claramente menor que la de China: el petróleo y gas rusos no interesan en una Suramérica que en general ya tiene hidrocarburos, ni las materias primas de esta importan a una industria rusa con suministros básicos propios. Solo la oferta de armamento ha creado cierta relación comercial, pero venida a menos los últimos años por los déficits presupuestarios latinoamericanos.
No obstante, Rusia ha cultivado un estrecho vínculo con Venezuela, Nicaragua y Cuba, cuya ubicación geográfica permite al Kremlin proyectar una sombra de amenaza sobre EE.UU. en su vecindad más próxima. En momentos de roces entre Moscú y Washington, como la invasión rusa de Ucrania de 2014 y la actual, las autoridades rusas han expresado su intención de abrir bases militares en esos tres países. Aunque esto no se ha materializado, sí existe una comprometida colaboración militar, con la presencia de observadores y técnicos militares rusos en Venezuela y el uso de una base nicaragüense en el Pacífico por un pequeño contingente naval ruso. La cooperación también incluye a Bolivia.
![El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, visitó Nicaragua el pasado mes de abril. En la imagen, con el presdiente Daniel Ortega](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2023/05/09/daniel-ortega-serguei-lavrov-U75287200700MiH-624x350@abc.jpg)
Esa especial sintonía se traduce en las votaciones de la ONU sobre la agresión a Ucrania. La resolución del pasado 23 de febrero, por ejemplo, tuvo el rechazo de Nicaragua y la abstención de Bolivia, Cuba y El Salvador, además de registrarse la ausencia de Venezuela. Pero, además, en este año de guerra los Gobiernos de Argentina, Brasil y México con frecuencia han tendido la mano a Putin, asegurando ser equidistantes entre las partes en conflicto.
Estos últimos países, precisamente, han firmado acuerdos en el último año con Rusia para acoger estaciones terrestres de apoyo al sistema ruso de navegación satelital, conocido como Glonass. A las instalaciones ya en funcionamiento en Brasil y Nicaragua, se sumarán las previstas en Venezuela, México y Argentina. Washington ha expresado temores de que desde México los rusos puedan llevar a cabo interceptación de señales estadounidenses.
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