China simula la invasión de Taiwán en respuesta a la investidura de Lai
Pekín define al nuevo mandatario taiwanés como «peligroso separatista»
Lai Ching-te asume la presidencia defendiendo la autonomía de Taiwán
![Cazas taiwaneses sobrevuelan Taipei durante la investidura del nuevo presidente](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/05/23/1481405513.jpg)
China ha iniciado a primera hora de este jueves unas maniobras militares alrededor de Taiwán. Estos inesperados ejercicios simular una invasión de la isla y representan, según han proclamado las fuerzas armadas del régimen, «un fuerte castigo» ante «actos separatistas», en referencia a la ... investidura el lunes de William Lai Ching-te, nuevo presidente del territorio independiente de facto.
La operación del Ejército Popular de Liberación ha comenzado a las ocho menos cuarto de la mañana –hora local– con la movilización de sus fuerzas de tierra, mar, aire y misiles, distribuidas en cinco posiciones alrededor de la isla. Este esquema ensaya el bloqueo que acompañaría a un supuesto asalto anfibio, con el propósito de bloquear el auxilio militar proporcionado por países aliados como Estados Unidos, Japón o Australia. Las maniobras, bautizadas por su nombre en clave como «Lianhe Lijian-2024A» –traducible como «Espada Unida»– durarán en principio dos días, aunque al estar clasificadas con el máximo nivel podrían prolongarse más allá.
Estos ejercicios replican los puestos en práctica en el verano de 2022 en respuesta a la visita de la por entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la mayor autoridad estadounidense en pisar el territorio en un cuarto de siglo; una acción militar de dimensiones sin precedentes a lo largo de cuatro jornadas. En esta ocasión, sin embargo, los efectivos chinos acechan también las islas bajo control taiwanés más próximas al continente –Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin–.
El Ejército de Taiwán, por su parte, ha reaccionado activando sus sistemas defensivos y manifestando confianza en su capacidad de repeler una hipotética ofensiva. «En los últimos años, el continuo acoso por parte de aviones y barcos chinos ha dañado significativamente la paz y la estabilidad global», ha denunciado el ministerio de Defensa por medio de un comunicado oficial. «Este ejercicio no solo no contribuye a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, sino que también pone de manifiesto la agresiva mentalidad militarista [de China]».
La Oficina Presidencial, por su parte, ha calificado de «lamentable» el empleo de «provocaciones militares unilaterales para amenazar la democracia y libertad de Taiwán». El régimen chino, en efecto, recurre a las armas para expresar su rechazo a Lai, ganador de las elecciones celebradas el pasado mes de enero, a quien en el pasado ha tachado de «secesionista» y «grave peligro».
Democracia enemiga
El nuevo presidente inició su mandato este lunes, el tercero consecutivo para el Partido Democrático Progresista (PDP), marca inalcanzable desde las primigenias elecciones libres de 1996 y evidencia del afianzado sentir soberanista de la sociedad taiwanesa, cada vez más alejada de las agresivas aspiraciones del régimen chino. El Partido Comunista, por su parte, considera a la isla una provincia rebelde a la que nunca ha renunciado a someter mediante la fuerza.
Durante su discurso de investidura, Lai defendió el statu quo, reclamando a China que abandonara «la intimidación militar y política» para en su lugar «tomar medidas concretas hacia la reconciliación». El mandatario señaló asimismo que «la República de China [nombre oficial de Taiwán] y la República Popular de China no están subordinadas entre sí», una máxima ya empleada por Tsai pero que suscitó iracundas reacciones al otro lado del Estrecho de Formosa.
La intervención de Lai «estuvo llena de hostilidad, provocación, mentiras, engaños y una postura más radical y arriesgada sobre la 'independencia de Taiwán'», criticó Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado chino. «El discurso promovió ampliamente falacias separatistas como la llamada 'independencia soberana', la 'no subordinación entre los dos lados del Estrecho de Taiwán' y la 'autodeterminación de los residentes de Taiwán' y buscó desesperadamente el apoyo de fuerzas externas». En resumen, «una confesión total de la 'independencia de Taiwán'».
El ministro de Exteriores, Wang Yi, tampoco se mordió la lengua: «Los actos desleales de Lai Ching-te y su calaña, que traicionan a la nación y sus antepasados, son despreciables. [...] Todos los separatistas de la 'independencia de Taiwán' serán clavados al pilar de vergüenza histórica». Unas palabras belicosas que anticipan las armas, de momento a modo de simulación.
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