China, gran ausente junto a Rusia de la cumbre de paz para Ucrania
Ante el encuentro de 90 países este fin de semana en Suiza, Pekín argumenta que cualquier negociación para acabar con la guerra debe contar con Putin, que no ha sido invitado
La cumbre del G7 consigue un principio de acuerdo sobre la ayuda a Ucrania con los activos rusos congelados
Con la presencia de 90 países y los principales dirigentes mundiales, este fin de semana se celebra en Suiza una cumbre de paz para Ucrania. A este importante encuentro está previsto que acudan la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris; el ... primer ministro británico, Rishi Sunak; el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; la primera ministra italiana, Georgia Meloni; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; el presidente español, Pedro Sánchez; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Pero las grandes ausentes son Rusia, que no ha sido invitada y ha desdeñado la cumbre, y China, su mayor aliado, que exige que cualquier intento de acabar con la guerra de Ucrania congregue a las dos partes enfrentadas. «China ha destacado repetidamente que una conferencia internacional de paz debe cumplir tres elementos importantes, como son el reconocimiento de Rusia y Ucrania, la participación igual de ambas partes y la discusión justa de todos los planes de paz», argumenta una de las portavoces de su Ministerio de Exteriores, Mao Ning. En su opinión, «el encuentro no engloba estos tres requisitos y es exactamente por eso por lo que China no puede tomar parte en el mismo». Aunque Mao Ning insiste en que «no participar no significa no apoyar la paz», lanza una seria advertencia: «Esperamos que esta cumbre de paz no se convierta en una plataforma para crear la confrontación de bloques».
La ausencia de una superpotencia como China empaña este esfuerzo titánico por hallar una salida a la guerra de Ucrania, que dura ya tres años y pone al mundo al borde de su peor pesadilla por las amenazas nucleares de Putin. Celebrada en un país tradicionalmente neutral como Suiza, pero que ha apoyado las sanciones de la Unión Europea contra Rusia, esta conferencia ha intentado atraer al máximo número de estados para ejercer la mayor presión diplomática sobre Moscú. De los 190 miembros de la ONU que han sido invitados, acudirán unas 90 delegaciones, lo que demuestra la preocupación mundial por el conflicto y la urgencia de encontrar una solución.
Aunque la mayoría de los participantes pertenecen al bloque occidental, también se han tendido puentes con países próximos a Rusia, como Hungría, que enviará a su titular de Exteriores pero no al primer ministro Orbán; Turquía, y Brasil, que no estará representado por su presidente, Lula de Silva, sino por su embajador en Suiza. Los organizadores también están a la espera de aclarar la participación de otras dos potencias del denominado Sur Global, la India y Sudáfrica.
Para esta primera cumbre, Suiza no ha llamado a Rusia, que ya ha dicho que no asistiría incluso aunque hubiera sido invitada. De todas maneras, los organizadores y Ucrania esperan contar con su presencia en una segunda cumbre que sirva para avanzar en un hipotético proceso de paz.
Junto a la de Rusia, la ausencia de China es la que más se notará en el lujoso Hotel Bürgenstock que se alza sobre el lago Lucerna, escenario de la cumbre. Aunque las autoridades suizas han intentado convencer a Pekín para que envíe una delegación, finalmente ha resultado imposible.
El enfado de Zelenski con China
Esta negativa china ha frustrado al presidente de Ucrania, Zelenski, quien recorre el mundo en busca de apoyo diplomático para hacer frente a la invasión de su país. Además de trabajar codo con codo con Suiza en la organización de esta cumbre, hace dos semanas se presentó en el Foro de Defensa Shangri-La de Singapur para convencer a los países asiáticos de que acudieran a Lucerna. Allí incluso acusó al régimen de Pekín de «hacer todo lo posible por descarrilar la cumbre de paz usando la influencia china en la región». En su opinión, «es lamentable que un gran país independiente y poderoso como China sea un instrumento en manos de Putin».
Como no podía ser de otra manera, Pekín negó esta «coerción» en boca de su portavoz de Exteriores, Mao Ning: «Quiero dejar claro que la posición de China es abierta y transparente, y en absoluto ejerce ninguna presión sobre otros países». Pero la ausencia de Pekín volverá a ser vista en buena parte de la comunidad internacional como una nueva muestra de su postura a favor de Rusia. Además de no condenar su invasión de Ucrania y de comprarle abundante gas y petróleo, el presidente Xi Jinping se ha reunido cuatro veces con Putin desde que empezó la guerra en febrero de 2022, justo tras su visita a Pekín para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno. La última, en mayo tras la reelección de Putin. En marzo del año pasado, durante su viaje a Moscú, Xi Jinping llegó a decirle a Putin que «se están produciendo cambios que el mundo no ha visto en cien años, y somos nosotros quienes los estamos liderando juntos».
Por otra parte, algunos analistas internacionales tampoco descartan que la ausencia de China se deba a su plan de organizar su propia conferencia de paz en Pekín para erigirse en mediador de la contienda y elevarse aún más como potencia global. El mes pasado, el propio ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, propuso esa posibilidad, en la que Rusia sí participaría.
Al margen de lo que ocurra finalmente, el plan de paz de diez puntos presentado por el presidente Zelenski obtendrá este fin de semana el apoyo diplomático de la cumbre de Suiza, pero no servirá para acabar con la guerra de Ucrania.
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