China busca una hoja de ruta para el próximo lustro
La cúpula del Partido Comunista comienza el Tercer Pleno con expectación ante posibles reformas económicas y urgencia ante los riesgos estructurales
La disuasión aliada contra Rusia y China se extiende por todo el globo
![El presidente chino Xi Jinping con altos cargos del Partido Comunista Chino](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/07/15/cupulapartidocomunista-RkF4c3WhltxHUbjpTJlOxIO-1200x840@diario_abc.jpg)
El futuro de China se dirime, como de costumbre, a puerta cerrada. Este lunes ha comenzado en Pekín el Tercer Pleno, una reunión de la cúpula del régimen celebrada en principio cada cinco años y que tradicionalmente ha servido para fijar el rumbo del ... país en materia económica y social a largo plazo. En esta ocasión llega con un enigmático retraso, lo que sumado a la urgencia que demanda el declive sistémico del modelo productivo alimenta las expectativas de novedades sustanciales.
La cita se llama Tercer Pleno por suponer la tercera sesión plenaria del vigente Comité Central del Partido Comunista Chino desde su establecimiento en el XX Congreso de octubre de 2022, cita en la que Xi Jinping inició un histórico tercer mandato consecutivo que le convirtió en el líder chino más poderoso desde Mao Zedong.
La composición de este organismo dura cinco años –entre un Congreso y el siguiente– y a lo largo de este tiempo sus 205 miembros permanentes y 171 alternos acuden a siete plenos. El primero, el segundo y el séptimo suelen estar dedicados a la transferencia de funciones antes y después de la renovación de cargos, el cuarto y el sexto a la ideología, el quinto a los planes quinquenales de desarrollo y el tercero a reformas económicas y sociales de calado.
Así, en el Tercer Pleno de 1978 Deng Xiaoping inició su Reforma y Apertura con la que puso fin al maoísmo y sentó las bases para el vertiginoso crecimiento de décadas posteriores. En el de 1993, China oficializó su «economía socialista de mercado» y en 2013 reconoció el «papel decisivo» del mercado en la asignación de recursos.
«El Tercer Pleno de 2013 desató importantes reformas que abarcan una amplia gama de áreas políticas, desde la tecnología, el poder judicial, la cultura y la ideología, hasta la construcción del Partido, el sistema social, el Ejército y la seguridad nacional», explicaba la consultora especializada Trivium en una publicación reciente. «El próximo dará a conocer una nueva ronda de reformas similar al paquete expansivo lanzado en 2013. A diferencia de las reformas relativamente pro-mercado de 2013, es probable que ponga mucho más énfasis sobre el control estatal y la garantía de la seguridad nacional».
El régimen ya comenzó a recorrer dicha senda en el Tercer Pleno más reciente. Este, organizado en febrero de 2018, llamó al Partido Comunista a «unirse de cerca» con Xi como «núcleo». Días después, el parlamento del aparato aprobó la retirada del límite de mandatos, condición y evidencia del personalismo emergente actual.
Las conversaciones se producirán en secreto hasta su conclusión el jueves. La costumbre dicta que entonces se publique un comunicado inicial, seguido días después de un documento completo que exponga las conclusiones. La prensa oficial adelantó el mes pasado que el Politburó había presentado un borrador, cuyo título representa la única pista: «Seguir profundizando comprehensivamente la reforma y avanzar en la modernización al estilo chino».
Inquietud y apremio
El estado de la economía, amenazada por riesgos estructurales cada vez más punzantes –colapso inmobiliario, desempleo juvenil, crisis demográfica, sombra de deflación, tensión geopolítica–, supone el gran reto. A modo de recordatorio, la apertura del encuentro ha coincidido con la publicación esta mañana de la cifra oficial de PIB. La economía china repuntó un 4,7% interanual en el segundo trimestre del año, por debajo de las expectativas y de la marca del periodo anterior, 5,3%. El Gobierno se ha propuesto para 2024 un crecimiento anual «alrededor del 5%», cota humilde en comparación con la serie histórica, plagada de dobles dígitos, pero ambiciosa ante la marcha del país.
«La confianza en la economía ronda mínimos históricos, mientras que la ansiedad por las crecientes tensiones con Occidente ha aumentado aún más la incertidumbre sobre el futuro de China», continuaba la previsión de Trivium. «La comunidad empresarial y el público esperan del Partido un plan creíble para afrontar los desafíos actuales del país. Entre los dirigentes es palpable el temor de que si no aciertan con estas reformas, Occidente puede lograr contener el ascenso de China y el Partido podría correr el riesgo de perder su mandato de gobierno».
La sensación de urgencia resulta mayoritaria entre los expertos. «La reunión representa una oportunidad para que Pekín restablezca las expectativas –sobre la dirección de la economía, la capacidad de acción política y el futuro alineamiento con el resto del mundo– en un momento en que el rechazo global contra el exceso de capacidad de las exportaciones chinas se está intensificando», apuntan desde Rhodium Group. «El desafío reside en transmitir de manera creíble una nueva dirección en la economía al público nacional y extranjero después de años de cansancio por promesas incumplidas. Los costes de ajustar la economía son ahora mucho mayores que cuando se dio a conocer la agenda de reformas del Tercer Pleno en 2013, y un tiempo valioso se ha perdido».
La prensa oficial ha venido alimentando las expectativas de ambiciosas iniciativas ante una cita calificada como «creadora de una época». Entre las posibilidades se cuenta un mayor apoyo a la innovación tecnológica en línea con el énfasis en «nuevas fuerzas productivas», una regulación renovada para el sector inmobiliario, una reforma fiscal o un gran programa de estímulos. Sin embargo, el creciente hermetismo del régimen ahuyenta certeza alguna.
«Las expectativas deberían ser modestas», advierten los investigadores Neil Thomas y Jing Qian en un informe de Asia Society Policy Institute. «Históricamente, los Terceros Plenos suelen sobrevalorarse como catalizadores de un cambio transformacional, más bien presentan planes que amplían los temas políticos preexistentes. El primer Tercer Pleno de Xi en 2013 parecía inusualmente ambicioso y generó esperanzas de liberalización económica y política, pero su verdadera importancia fue permitir la centralización de su poder».
«Las señales políticas para el pleno de este mes sugieren un marcado énfasis en los objetivos de Xi de lograr la autosuficiencia tecnológica, abordar los riesgos financieros, racionalizar las relaciones entre las administraciones locales y central, y mejorar el bienestar social», añaden. «Hay indicios de que Pekín podría intentar aliviar las condiciones para las empresas privadas y los inversores extranjeros en sectores de alta tecnología, así como esfuerzos para mejorar la gobernanza interna del Partido». La mitad de la respuesta llegará en un par de días. La otra mitad, también como de costumbre, quedará puertas adentro.
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