Una candidata de ultraderecha consigue un escaño en Berlín desde la cárcel tras planear un asalto armado al Bundestag

Birgit Malsack Winkemann fue detenida en 2022 como miembro del Movimiento Ciudadanos del Reich, que había planeado una incursión armada en el Bundestag y el derrocamiento del gobierno democrático

La Policía alemana lanza una macroperación contra los ultraderechistas 'Ciudadanos del Reich'

Birgit Malsack-Winkemann Wikimedia

Rosalía Sánchez

Corrresponsal en Berlín

Exactamente 868 días después de las elecciones alemanas de 2021, conocemos su resultado final. La repetición de las votaciones en Berlín ha resultado un serio disparo de advertencia para el gobierno de Olaf Scholz y da nuevos bríos al giro a la derecha. La ... conservadora CDU avanzó casi un 7% respecto a la votación de 2021 y el partido antieuropeo Alternativa para Alemania (AfD), a pesar de las multitudinarias manifestaciones de las semanas pasadas en la capital alemana contra la extrema derecha, escala un 5,6% , hasta el 12,6% de los votos. En el lado contrario, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Scholz retrocede un 14,6% y, aunque esta repetición parcial de las elecciones no altera el equilibrio de fuerzas parlamentario, habla muy claramente de un cambio de signo que tendrá la próxima oportunidad de manifestarse en las regionales de otoño.

De momento, sólo sufren directamente las consecuencias los cuatro diputados que pierden su mandato. El SPD, los Verdes y la Izquierda ceden cada uno un escaño para candidatos de otros estados federados: Ana-Maria Trasnea pierde su mandato del SPD, Nina Stahr de los Verdes y Pascal Meiser de la izquierda, en beneficio de Angela Hohmann de Baja Sajonia por el SPD, Franziska Krumwiede-Steiner de Renania del Norte-Westfalia por los Verdes y a Christine Buchholz de Hesse por la izquierda. El Partido Liberal (FDP) pierde sin embargo un escaño sin reemplazo, el de Lars Lindemann, de manera que el Bundestag se reduce y tendrá en adelante sólo 735 miembros en lugar de 736. El resto de las lecturas se proyectan hacia las próximas elecciones generales.

La conservadora CDU se xonsolida como alternativa y, además del evidente desgaste de la „coalición semáforo«, todos los analistas destacan el ascenso de AfD, que hasta ahora tenía más o menos vedada la capital alemana y del que se esperaba un debilitamiento tras la sucesión de manifestaciones y protestas. De un supuesto fenómeno de nicho, AfD se consolida como partido de mayorías y la fuerza política más fuerte en algunas regiones. Un dato en particular se presenta como síntoma de la evolución: en el distrito berlinés de Steglitz-Zehlendorf, ha obtenido un escaño la candidata de AfD Birgit Malsack Winkemann, actualmente en prisión.

Fue detenida en 2022 como miembro del Movimiento Ciudadanos del Reich, que había planeado una incursión armada en el Bundestag y el derrocamiento del gobierno democrático para instaurar una dictadura encabezada por el pretendido monarca Enrique XIII. Dado que el reglamento de repetición de elecciones señala que debían presentarse los mismos candidatos que en 2021, Birgit Malsack Winkemann concurrió desde la cárcel y ha obtenido un nuevo mandato.

Incursión armada en el Bundestag

De cara a unas próximas elecciones generales, AfD casi ha duplicado su potencial de votantes en los últimos cinco años y según la pregunta del domingo del instituto de encuestas Infratest dimap, el 22% de los alemanes estarían dispuestos hoy a entregarle su voto. «Casi una cuarta parte de los alemanes quiere votar a un partido que pide activamente la expulsión de grupos de personas, en algunos casos incluso de ciudadanos con nacionalidad alemana», analiza Daniel Erk en Tagesspiegel, «esto es aterrador y alarmante, pero en modo alguno sorprendente. Si se mira de cerca, la popularidad actual del AfD sigue una larga tradición. La historia alemana desde 1945 está plagada de ejemplos de cómo el pensamiento étnico y racista fue tolerado hasta por la mitad de la sociedad». «Nos gusta imaginar que en 1949 presionamos un botón y de repente el país se volvió democrático», dice Beate Küpper, profesora la Universidad Niederrhein, «pero no fue así».

Franka Maubach, especialista en nacionalsocialismo de la Universidad Humboldt de Berlín, tampoco ve «un verdadero punto de inflexión» después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial y recuerda que „la influencia que tuvo el régimen nazi en la democracia alemana también fue evidente desde el principio a nivel político: muchos puestos cruciales en la joven República Federal fueron ocupados por ex miembros del partido NSDAP y soldados de la Wehrmacht. Esto fue tolerado en el mejor de los casos y alentado activamente en el peor«.

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