CLAVES DE LATINOAMÉRICA
Bolivia, el país menos cohesionado de Sudamérica
El intento de golpe de estado pone en evidencia las fracturas del país, donde chocan el altiplano andino y la llanura amazónica
Argentina toma posiciones frente a Chile en la proximidad de la Antártida
![Manifestación en apoyo al presidente Arce tras un fallido intento de golpe de Estado en bolivia](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/07/03/Demonstration-Ro0bUMk3vXEBKRGp1RrvuHK-1200x840@diario_abc.jpg)
El fallido golpe militar de la semana pasada en Bolivia ha puesto en evidencia, una vez más, las fracturas internas que sufre el país: la cruda lucha en el seno del partido gobernante –el Movimiento al Socialismo que se disputan su fundador, Evo ... Morales, y su sucesor en la Presidencia, Luis Arce– y la confrontación política entre el oficialismo, fuerte en la zona andina, y la oposición, que domina en las bajas altitudes del oriente boliviano, la llamada «Media Luna», menos indígena y más dinámica socioeconómicamente (donde está el gas).
Si algún país latinoamericano tiene números para romperse ese es Bolivia. No es que vaya a ocurrir y cuantas más décadas pasan juntos los bolivianos menos viables se diría que son los derroteros alternativos. Sin embargo, la tensión entre La Paz-El Alto, a 4.000 metros de altitud, y Santa Cruz de la Sierra, en el llano, es un elemento constitutivo del país, el más definitorio. Ambas áreas metropolitanas, con unos dos millones de habitantes cada una, compiten política y económicamente.
No es solo una tensión territorial, sino continental: en ningún lugar de Sudamérica sus dos masivos componentes geográficos –Andes y Amazonía– chocan con la brutalidad con la que lo hacen aquí. En apenas 500 kilómetros de distancia se pasa del altiplano andino a las tierras calientes de Santa Cruz, que por la latitud ya no son selva, sino transición a la sabana del Chaco.
Ningún otro punto del ribete oriental de los Andes, en la cuenca amazónica, tiene tanta población como Santa Cruz. De hecho, en el tronco central del interior sudamericano, solo Brasilia y Manaus tienen más habitantes. La dualidad también multisecular entre Quito y Guayaquil, en Ecuador, o la que inicialmente mantenían Cuzco y Lima o Bogotá y Cartagena, ocurría entre las capitales en las alturas de la cordillera (en la zona tropical, la altitud convierte el clima en templado) y los principales puertos. Pero en todos esos países, al este de los Andes, en el llano interior, apenas hay población, a diferencia de lo que ocurre en Bolivia.
El pensamiento militar brasileño ha visto justamente en este enclave el «corazón» (el 'heartland' en términos geopolíticos) de Sudamérica. Para el general Mario Travassos, el padre de la geopolítica brasileña, la potencia vecina que controlara este espacio, controlaría el continente. Travassos hablaba del triángulo formado por las ciudades bolivianas de Santa Cruz, Cochabamba y Sucre. Se trata de un triángulo que, justo en el centro de la masa continental, actúa como grapa entre las dos mitades conceptuales de Sudamérica (los países andinos presentan en realidad tres tercios, sin embargo costa y sierra tienen una mayor vinculación por su relación funcional, mientras que en el tercio amazónico, «sin salida», apenas hay presencia del Estado).
Pero es una grapa forzada, porque Bolivia es un invento. El altiplano formaba parte del Imperio Inca y fue conocido por los españoles como el alto Perú. A medida que se extendió la colonización, surgió la Audiencia de Charcas (que con la independencia derivaría en Bolivia), como un colchón entre el Virreinato del Perú y el del Río de la Plata, perteneciendo inicialmente al primero y luego al segundo.
Habiendo perdido la salida al mar en la guerra con Chile de la segunda mitad del siglo XIX, Bolivia ha basculado entre su orientación hacia el Pacífico o su inclinación hacia el Atlántico. La negativa de Chile, ya en democracia, a cualquier soberanía compartida sobre algún tramo del norte chileno ha llevado a Bolivia a llamar a la puerta de Mercosur, el mercado común formado por sus vecinos del sureste y al que se unió de manera formal y plena en diciembre de 2023.
El ingreso en Mercosur supone la aceptación de Bolivia de su realidad de país sin costa al que le conviene integrarse en un ente mayor que, entre otras cosas, le facilite exportar o importar por mar. Y bien haría igualmente Bolivia en buscar modos de integración que le permitan superar su complicación geográfica interna.
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