Biden insta a Israel a no caer en la «rabia» y cometer los mismos errores que EE.UU. tras el 11-S
El presidente estadounidense anunció que la ayuda humanitaria comenzará a entrar en la Franja desde Egipto y prometió 100 millones de dólares de apoyo a Gaza y Cisjordania
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La visita relámpago de Joe Biden a Israel volvió a demostrar el apoyo firme y sin fisuras de Estados Unidos al Estado judío en una guerra de Gaza que ya puede pasar a una nueva fase tras esta demostración total de respaldo. El presidente ... estadounidense llegó tras la masacre en un hospital de Gaza en la que 471 personas perdieron la vida y abrazó la versión del Ejército, que apunta a un cohete fallido de Yihad Islámica. Tras su encuentro con Benjamín Netanyahu en Tel Aviv, Biden anunció que la ayuda humanitaria comenzará a entrar en la Franja desde Egipto, prometió 100 millones de dólares de apoyo a Gaza y Cisjordania y cerró su visita con el adelanto de que pedirá al Congreso una ayuda «sin precedentes» para Israel.
Al tiempo que el Air Force One tomaba tierra en Tel Aviv, los palestinos seguían rescatando pedazos de cuerpos en el aparcamiento del hospital Al Ahli Arab, propiedad de la iglesia anglicana, en el corazón de la Ciudad de Gaza. Las autoridades de la Franja acusaron a Israel de lanzar un misil el martes por la tarde contra este centro médico que, como el resto, estaba repleto de desplazados llegados de la zona norte en busca de un lugar seguro. El Ministerio de Salud dijo que murieron 471 personas y que más de 300 resultaron heridas a consecuencia de la explosión.
El Ejército reaccionó de manera inmediata a las acusaciones y compareció ante los medios con fotografías y mapas para demostrar que el impacto en el hospital fue obra de un misil lanzado por Yihad Islámica. Los militares difundieron también una conversación que presentaron como interceptada amilicianos de Hamás en la que reconocían el error y acusaron a los medios occidentales de aceptar «las mentiras» de Hamás.
Apertura de Rafah
Biden no tuvo dudas y dijo que el ataque contra el hospital «fue provocado por un cohete fuera de control lanzado por un grupo terrorista de Gaza». Los servicios de Inteligencia estadounidenses aseguraron que sus primeras investigaciones también van en esta misma dirección. Sin fisuras en este tema tan delicado, el presidente estadounidense confirmó que «estamos trabajando en estrecha cooperación con el Gobierno de Egipto, Naciones Unidas y sus agencias, como el Programa Mundial de Alimentos y otros socios en la región para que los camiones crucen la frontera lo antes posible». La vía de entrada será el paso de Rafah, no se precisó la fecha concreta, pero sí que cada uno de los camiones será revisado de forma exhaustiva antes de su entrada.
A los pocos minutos, llegó la confirmación oficial del Gobierno israelí que aseguró que «no obstaculizará los suministros procedentes de Egipto mientras se trate únicamente de alimentos, agua y medicinas para la población civil situada en el sur de la Franja de Gaza». En este mismo texto, los israelíes detallaron que no permitirán la entrada de ayuda desde su territorio «hasta que no se libere a los rehenes», más de 200 personas, entre ellas varias extranjeras, según Hamás.
Y horas más tarde, ya a bordo del Air Force One de regreso a Washington, Biden aseguró que el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, «ha autorizado la entrada a Gaza de camiones con ayuda humanitaria» Precisó que habló por teléfono con Al Sisi desde el avión, y que «se comenzará con la entrada de una veintena de vehículos y se ampliará de forma progresiva».
Biden no se olvidó de los rehenes, lamentó que no podía hablar públicamente sobre todos los detalles, pero que, como presidente, «no había mayor prioridad» que su regreso sano y salvo. De momento, el grupo islamista ha comunicado que estaría dispuesto a liberar a los extranjeros «cuando llegue el momento oportuno».
Durante la rueda de prensa tras reunirse con el primer ministro israelí, el mandatario estadounidense señaló que el Gobierno israelí no puede cometer «los mismos errores» que la Administración Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que los recientes ataques de Hamás en Israel son equivalentes a «quince 11-S».
«Le advierto esto. Si bien sienten esa rabia, no se dejen consumir por ella. Después del 11 de septiembre, estábamos enfurecidos en Estados Unidos. Mientras buscábamos justicia y la obtuvimos, también cometimos errores», sentenció, según recoge Ep.
Biden afirmó que el ataque contra el hospital «fue provocado por un cohete fuera de control lanzado por un grupo terrorista de Gaza»
La llegada de ayuda es fundamental tras 12 días de intensos bombardeos que deja más de 3.000 muertos y un millón de desplazados. El bloqueo total impuesto por Israel ha dejado a la población sin agua y Martin Griffiths, jefe humanitario de la ONU, aseguró que el agua estaba siendo racionada a un litro por persona y día, en los centros de la organización para desplazados. Griffiths habló ante el Consejo de Seguridad y lamentó que «la gente se ha visto cada vez más obligada a consumir de fuentes inseguras». Estados Unidos vetó en esta reunión del Consejo una resolución que pedía el establecimiento de «pausas humanitarias» para la entrada de ayuda.
Protestas regionales
Las imágenes del hospital atacado provocaron una fuerte oleada de protestas en la región y sorprendió la reacción de los mandatarios de países como Emiratos Árabes Unidos, Marruecos o Bahréin, que recientemente han normalizado relaciones con Israel. La versión israelí de los hechos no convence en las calles del mundo árabe y los dirigentes de estos países saben que se enfrentan a la ira popular. Hizbolá llamó a los suyos a un «día de la ira» y en los territorios palestinos se vivió el primero de los tres días de luto decretados por el presidente Mahmoud Abbás.
Biden se subió a su avión a media tarde y regresó directo a Estados Unidos. Los líderes de Palestina, Jordania y Egipto decidieron cancelar el encuentro que tenían previsto en Ammán en señal de protesta por el ataque al hospital. La oficina de Biden anunció que hablaría con ellos durante el vuelo de regreso. El mensaje esencial que quiso enviar el presidente estadounidense con su viaje ya estaba dado y, por si alguien lo dudaba, Estados Unidos e Israel van de la mano en esta guerra.
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