Barbecue, el policía corrupto que se convirtió en líder de la pandilla más peligrosa de Haití
Jimmy Chérizier, que hoy causa terror en las calles de Puerto Príncipe, obtuvo su poder criminal durante la presidencia de Jovenal Moïse
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![Barbecue aparece rodeado por sus pandilleros en las calles de Puerto Príncipe](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/03/05/barbecue-haiti-RHH7KTS2GkEuCm8IlsorlHP-1200x840@diario_abc.jpg)
La suya es la historia del sombrío personaje multifacético de las sagas más populares de cine. Un policía -quizás hasta un héroe, es su momento- que se corrompe hasta el punto de convertirse en todo aquello que juró destruir: en un criminal poderoso y atemorizante ... que desestabiliza a un país. En Haití, el nombre de Jimmy Chérizier es menos conocido que el de su alias de pandillero, Barbecue. Este mote es sinónimo de terror en las peligrosas calles de la capital Puerto Príncipe; las mismas calles que este personaje recorrió, más de alguna vez, con un traje de policía y la promesa de salvaguardar a una ciudadanía empobrecida a la que luego, en operaciones encubiertas, asesinó sistemáticamente.
Pero ¿cómo un policía se convierte en uno de los líderes pandilleros más importantes del país, fundador de la megapandilla G9 y Familia, agitador de masas y en el autor intelectual de la liberación de más de 3.000 reos haitianos para sembrar el caos en la isla?
El punto de quiebre -el día en que Jimmy Chérizier pasó a ser Barbecue- es muy recordado en Haití. Medios de investigación y múltiples testigos ubican al policía como uno de los actores en la Masacre de La Saline, ocurrida un 13 de noviembre de 2018 y que dejó un saldo de 71 muertos. La peor masacre que sacudió a Haití fue una serie de ataques contra civiles que tuvo lugar en los barrios marginales de las afueras de Puerto Príncipe. Chérizier, aparentemente, lideró el ataque junto con un grupo de hombres armados que luego fueron conocidos como la pandilla Delmas 6, en coordinación con otras pandillas como Cité Soleil, Baz Pilate y Ti Bwa. En diciembre, el policía fue expulsado de las fuerzas armadas y se emitió una orden de captura en su contra; una que nunca fue ejecutada y que fue solo una especie de maquillaje del gobierno de turno para calmar a la prensa. Porque, en realidad, el gobierno no tenía intenciones de acabar con Chérizier.
Altas esferas
Aquel suceso, sin embargo, no puede entenderse sin los estrechos vínculos que había entre Chérizier y el expresidente Jovenel Moïse, que gobernó la isla desde el 7 de febrero de 2017 hasta su magnicidio el 7 de julio de 2021. Moïse y Chérizier eran cercanos. Una investigación del medio 'Insight Crime', especializado en el estudio de pandillas en toda Latinoamérica, confirma que el policía y su pandilla Delmas 6 recibían apoyo material, logístico y financiero de altos funcionarios del gobierno de Moïse, quienes le proporcionaban dinero, armas, uniformes policiales y vehículos del gobierno para llevar a cabo «el trabajo sucio» que usualmente, eran operaciones asesinas dirigidas para acallar a la oposición. De estas operaciones secretas nació Delmas 6 y, con ellas, Chérizier se vio obligado de buscar un nuevo nombre, un alter ego a su labor policial. Así nació Barbecue.
Reportajes de 'Le Nouvelliste', la BBC e 'Insight Crime' recaban que, antes del asesinato de Moïse, «el 50% de los fondos del grupo de pandillas coordinadas por Barbecue -que ahora se llaman G9 y Familia, una federación criminal de nueve de las pandillas más poderosas en la capital isleña- provenían de fondos del Gobierno», mientras el 30% se financiaba con las ganancias por los secuestros y el 20% restante a través de las extorsiones. Tras el asesinato de Moïse, el financiamiento del gobierno a Barbecue se redujo considerablemente. Fue entonces cuando Barbecue, armado hasta los dientes y ejerciendo un liderazgo poderoso entre las pandillas de la isla, decidió que quería controlar el país desde el Gobierno, pero por las bravas.
Durante 2021, mientras el ya inestable país se desestabilizaba aún más, Barbecue se alzó como líder revolucionario, y, cuando Ariel Henry asumió como presidente interino, éste pidió su renuncia y amenazó con sacarle del poder a la fuerza. El vacío de poder dejado por el asesinato Moïse y su cercanía con los pandilleros parecía ser el momento perfecto para hacerse con un país.
Pero no fue posible. En los años posteriores, Henry se mantuvo en el poder, aplazando año tras año la promesa de convocar a elecciones, algo que ha enfadado a los grupos opositores y a las pandillas. A esto se le sumó la polémica que protagonizó Henry en febrero de 2022, cuando los oficiales que investigaron el caso del magnicidio de Moïse, revelaron sus sospechas de que el presidente interino estaba involucrado en la planificación del asesinato del expresidente y dieron a conocer los vínculos que éste tenía con Joseph-Félix Badio, uno de los sospechosos acusados de orquestar el crimen.
Durante el gobierno de Henry, Barbecue ha coordinado múltiples ataques en los barrios de Pont-Rouge, Chancerelles, La Saline y Fort Dimanche, para ampliar el control territorial de la G9 y Familia, sembrar el caos y desorden en la isla e insistir en la renuncia del presidente interino. Su modus operandi es ya conocido: el fuego. Incinera a sus enemigos e incendia sus casas. A quienes tienen más suerte, solo los sentencia con un tiro en la sien.
El ahora expolicía también ha llevado su lucha contra las empresas privadas de Haití. Por ejemplo, en noviembre de 2021 condujo un bloqueo a la terminal petrolera más grande del país, la Terminal Varreux. Restringió el acceso al combustible en todo Haití, para presionar la renuncia de Henry y desestabilizar al gobierno. Sin embargo, la batalla del pandillero no solo es contra el gobierno ni las empresas. También es contra otros pandilleros. En 2022, Barbecue lideró una brutal guerra entre el G9 y Familia contra los 400 Mawozo, la pandilla de oposición más fuerte que aún controla ciertos barrios capitalinos de peso. La guerra se extendió por 12 días en las comunas del norte de Puerto Príncipe.
Como él mismo explica en sus publicaciones en las redes sociales, Barbecue se ve a sí mismo como un revolucionario
Restaurar 'la paz'
Para Barbecue, sin embargo, la conformación de G9 y Familia, y las «limpiezas sociales» no son ataques terroristas sino más bien una forma de restaurar la paz en la isla, tal como lo ha dicho en múltiples videos en YouTube. El caos del pasado domingo 3 de marzo, que llevó a la liberación de más de 3.000 reos -en su mayoría pandilleros aliados al G9 y Familia- de la prisión principal de Puerto Príncipe, pretende reforzar los ejércitos pandilleros para forzar la renuncia de Henry y la convocatoria a elecciones.
Barbecue, entonces, no se ve como un pandillero ni un criminal. De acuerdo con las publicaciones en sus redes sociales, se considera un revolucionario y un antisistema que lidera una batalla contra la corrupta élite política del país. «Pedimos a la Policía Nacional de Haití y al ejército que asuman su responsabilidad y arresten a Ariel Henry. Una vez más, la población no es nuestro enemigo. Los grupos armados no son sus enemigos», ha dicho en múltiples videos en redes sociales, en los que se filma acompañado de otros pandilleros con armas y los rostros cubiertos.
Sea como sea, Haití continúa siendo una isla ingobernable, el paraíso del crimen y la inestabilidad, la antítesis de todo lo que es su vecina República Dominicana, y el perfecto ejemplo de un 'Estado fallido'. Mientras en Haití reine el caos, siempre será un estado capturado. Así como Jimmy Chérizier siempre será Barbecue.
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