La Autoridad Nacional Palestina, una Administración de papel
El Gobierno de la ANP, presidido por Mahmud Abás, es un cuerpo político y administrativo con poderes muy limitados, con competencias en Cisjordania y desaparecido de Gaza
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El Gobierno que actúa como representante del flamante Estado palestino reconocido por España, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) presidida por Mahmud Abás, es un cuerpo político y administrativo de poderes muy limitados y con un prestigio en caída libre desde su creación en 1994. ... El Ejecutivo que dirige Abás, de 87 años, cuenta con el reconocimiento internacional como gobierno provisional y de transición en los llamados Territorios Ocupados, a la espera de una solución negociada con Israel. A pesar de ello, sus competencias en Cisjordania y en Gaza se han visto disminuidas de modo progresivo.
El proceso de jibarización de la ANP se disparó a partir de 2007, cuando dejó de tener competencias en Gaza tras el choque armado con el movimiento radical islamista de Hamás, que se adueñó de la Franja.
La Autoridad Palestina tiene una estructura formal similar a la de un Estado: cuenta con un presidente, un gabinete de ministros, un Parlamento y un amplio cuerpo de funcionarios que incluye la policía local. No obstante, los poderes reales en el territorio de su competencia en Cisjordania reposan en Israel; el Gobierno hebrero controla el grifo de los impuestos y los movimientos de los palestinos dentro de los Territorios Ocupados. Tras la llegada de la derecha nacionalista al poder en Israel, los permisos para la construcción de asentamientos de colonos judíos en Cisjordania se han multiplicado. El resultado es que el Ejército israelí vela por la seguridad de los colonos, y controla los movimientos de los palestinos.
Hamás denuncia a la ANP y a su presidente Abás como «ilegítimos». Es cierto que el sucesor de Arafat llegó a la presidencia palestina en 2005 en unas elecciones abiertas, pero también lo es que desde entonces no se han vuelto a repetir elecciones. La libertad de expresión y el trato con disidentes en Cisjordania deja que desear, pero Hamás -que se impuso en Gaza con la fuerza de las armas, y estableció un régimen islamista opresivo hacia la mujer- no es el más indicado para la crítica.
La Autoridad Palestina y su líder, Abás, son también vapuleados -tanto en los medios árabes como en los occidentales- por su «debilidad» en la relación con Israel, pese a que periódicamente Ramala, la capital provisional palestina, y Tel Aviv escenifican la ruptura; en particular cada vez que el Ejército israelí pasa por encima de la policía palestina para actuar en aldeas y campamentos en busca de terroristas. No obstante, la ANP sigue siendo el último refugio de legitimidad y representación del pueblo palestino, a pesar de las incógnitas que levantan la guerra en Gaza y la edad de Abás.
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