El auge de AfD, el nacimiento del partido proErdogan... Estos son los actores que agitan con fuerza la política alemana
Las medidas adoptadas por este gobierno, como la polémica Ley de la Calefacción, sumadas a los dos años de legislatura todavía por delante y sin dinero para gobernar, están causando un enorme malestar en el electorado
El Gobierno alemán alcanza un acuerdo para aprobar los presupuestos generales
La huelga de este viernes dejará 80 ciudades alemanas sin transporte público y es sólo una más de las múltiples protestas que en las últimas semanas aquejan al día a día de Alemania. La 'coalición semáforo' de Olaf Scholz aprobará este viernes en el ... Bundestag unos exiguos presupuestos, mucho más ahorradores de los planeados en principio y que tumbó en diciembre el Tribunal Constitucional.
Las medidas ya adoptadas por este gobierno, como la polémica Ley de la Calefacción, sumadas a los dos años de legislatura todavía por delante y sin dinero para gobernar, están causando un enorme malestar en el electorado, que se había entregado en masa al partido populista Alternativa para Alemania (AfD), una formación dispuesta a sacar a Alemania del euro y a deportar a los extranjeros, aunque tengan la nacionalidad alemana.
AfD
AfD ha escalado en las encuestas hasta el segundo lugar a escala federal, sólo por detrás de la conservadora CDU, y al primer lugar en la mitad este del país, aunque después de las multitudinarias manifestaciones contra la extrema derecha de los dos últimos fines de semana su dato de intención de voto comienza a resentirse. En la última «tendencia alemana» de ARD pierde tres puntos porcentuales y por primera vez cae, aunque ligeramente, por debajo del 20%.
El electorado, descontento y en busca de voto de castigo, dispondrá en las próximas elecciones de nuevos partidos en los que proyectar su enojo. El que llega con más fuerza es el controvertido 'Alianza Democrática para la Diversidad y el Despertar' (Dava), prolongación del AKP turco de Recep Tayyip Erdoğan, que pretende hacerse con el millón y medio de votos de ciudadanos turcos y, por extensión, con el de los ciudadanos de origen extranjero y de inspiración islámica.
Dava
Dava ha anunciado que no sólo se presentará a las europeas de junio, sino que su intención es presentarse también a las elecciones federales del próximo año. «Primero queremos concentrarnos en las elecciones europeas y ver hasta qué punto podemos movilizar a nuestros votantes potenciales», ha dicho su líder, Teyfik Özcan, «entonces queremos establecernos en todo el país y suponemos que nos presentaremos a las elecciones federales del próximo año». «Si tomo todas las cartas positivas como indicador, asumo firmemente que entraremos en el Parlamento Europeo», calcula Özcan, que cuenta con un potencial de cinco millones de votos.
Escisión de la CDU
También se propone pescar en ese río revuelto la Unión de Valores, ultraconservadora escisión de la CDU, que se apresta a convertirse también en partido político liderado por el exjefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, Hans-Georg Maaßen. Llegado el momento, Maaßen descarta una posible coalición con AfD pero no la aprobación de proyectos de ley de AfD.
Se está rompiendo un tabú que la derecha alemana ha respetado desde después de la II Guerra Mundial
«Si el AfD lanzara una iniciativa legal sensata y con el contenido adecuado, no tengo ninguna duda de que puedo apoyarla. Quizás simplemente me enfadaría: ¿Por qué no se nos ocurrió la idea?», ha declarado sobre esa posibilidad. «Queremos un cambio de política en Alemania», insiste, y reitera que no tendría ningún problema en que un jefe de gobierno regional fuera elegido con la ayuda de AfD, por ejemplo en Turingia: «Si alguien de la Unión de Valores se convierte en el principal candidato en Turingia y tiene la oportunidad de convertirse en presidente regional, entonces no importa quién vote por él», resuelve, «lo que importa es qué política se lo que se hace, no con quien».
Con estas palabras, Maaßen está rompiendo un tabú que la derecha alemana ha respetado desde después de la II Guerra Mundial. No es la primera vez que transgrede y su principal enemigo no está en las urnas, sino en el Estado, más concretamente en el brazo de la inteligencia alemana que anteriormente dirigió. Está siendo investigado como presunto extremista de derecha y ha sido designado «caso de observación» por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), de la que fue expulsado como presidente en 2018 por un escándalo que sugería su proximidad a la extrema derecha.
La extrema derecha
El actual jefe de la BfV, Thomas Haldenwang, clasifica el extremismo de derecha en Alemania como la mayor amenaza interna al modo de vida del país. La agencia, el equivalente del MI5 británico, o el FBI en Estados Unidos, tiene la tarea de identificar amenazas al orden democrático alemán y está investigando tres ramas estatales del partido de AfD, durante su mandato, Maassen se negó a vigilar.
Extrema izquierda
Desde la izquierda más radical también aparecen actores dispuestos a sacar rédito de la decepción del electorado alemán. El más visible y que en las últimas encuestas obtiene hasta el 7% de los votos es el partido que lleva el nombre de su fundadora, Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).
Anterior miembro del partido izquierdistaDie Linke, que abandonó el pasado octubre mantiene posiciones prorrusas, eurófobas y en defensa de los combustibles fósiles con las que amenaza con dar un buen mordisco al Partido Socialdemócrata (SPD) en las elecciones generales del otoño de 2025. Este conjunto de nuevos actores es capaz de sacudir el panorama actual de partidos y aumentar la fragmentación del espectro, dificultando todavía más las coaliciones de gobierno y haciendo de la política alemana, tradicionalmente estable y casi aburrida, un escenario bastante más voluble e imprevisible.
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