Mata a siete personas por un «pacto de protección» con un santo

Se llama Marcelo Alejandro Antelo, tiene 22 años, mató a siete personas y lo intentó con cuatro más. Quería cumplir su pacto con «San La Muerte», un santo pagano muy popular al norte de Argentina del que son especialmente devotos los criminales.

Su promesa, según la Policía, consistía en cometer un asesinato por semana a cambio de droga, prosperidad y protección. Su modus operandi no era siempre el mismo. A veces prendía fuego a sus víctimas, en otras ocasiones terminaba con ellas a balazos. Este es el perfil y el móvil que le adjudica la Policía al presunto asesino en serie que operaba, hasta su detención, en uno de los barrios más humildes de Buenos Aires.

Al acercarse al Bajo Flores, el GPS advierte que se entra en zona peligrosa. Allí, en uno de los puntos más alejados de la ley y el orden, en la esquina de Bonorino y Ocesanía, los agentes arrestaron el sábado a «Marcelito», como le conocen sus vecinos. El juez Enrique Velázquez había ordenado su captura por el asesinato de Rodrigo Ezcurra, un estudiante de Filosofía cuyo cuerpo fue hallado sin vida el 11 de abril. Al joven le habían arrebatado la bicicleta, la cartera y el teléfono móvil. El robo parecía ser el motivo del crimen del muchacho pero, una vez en la Comisaría, se descubrió que no era así. Gracias a la identificación de otras víctimas que lograron sobrevivir a los ataques de «Marcelito», descubrieron que el detenido venía ejecutando desde hace tiempo un plan sistemático de crímenes.

Según los investigadores, la oleada de crímenes de Marcelito comenzó en febrero. A la mayoría de sus víctimas, como Ezurra, las mataba con una pistola de 9 milímetros, pero en ocasiones recurría a una escopeta y posteriormente incineraba el cadáver. Disparaba a las piernas o al rostro, según el ángulo y la proximidad de sus objetivos. Cuatro de estos, pese a sufrir heridas de bala en las piernas, como Jorge Díaz, lograron salvar la vida y describir al agresor. Ellos fueron los que le identificaron.

El «pacto con San La Muerte», del que da cuenta hoy la prensa local, sería conocido por algunos vecinos que aseguraron que el propio «Marcelito» lo explicó y dejó grabado en un teléfono celular que la Policía busca desesperadamente ya que el asesino, todavía, no ha confesado sus crímenes.