Argentina tensa las relaciones con Chile tras afirmar que el Gobierno comunista de Boric está hundiendo el país

La reacción de la Administración Boric no se hizo esperar. A primera hora de este jueves el secretario general de Política Exterior de la Cancillería, Rodrigo Olsen, citó al embajador Jorge Faurie para entregarle la nota y marcar así un punto.

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Horas después, la jefa de gabinete, ministra del Interior Carolina Tohá, reforzó el punto señalando que las palabras de Caputo pueden estar inspiradas en «el estilo del Gobierno venezolano», en donde distintas autoridades insultan a Boric con distintos adjetivos, tales como bobo y flojo.

Tohá, además de señalar que hasta ahora no se ha tenido ninguna respuesta del gobierno de Buenos Aires y que no es costumbre de Chile abordar estas materias por la prensa ni hacer advertencias, afirmó que sí es un hecho que Chile asume esto de manera seria.

«Creo que hemos demostrado que no somos un país que se pasa a llevar, que somos respetuosos, dialogantes, que en el marco de las relaciones internacionales cumplimos nuestros compromisos… Somos un país pequeño, pero no somos un país que se deja arrasar, por nadie», afirmó.

Las declaraciones de Caputo se dieron en una entrevista en Radio Mitre, ocasión en la que señaló que Chile descuidó la «batalla cultural» que sí está dando Milei en su país.

En la tarde de este jueves, la tensión, en vez de aminorar, escaló. Lo anterior, porque el presidente Javier Milei respaldó a su ministro Caputo con un mensaje en la red social X. Ante un comentario del periodista Agustín Laje que daba la razón al secretario de Estado trasandino, Milei escribió: «Poniendo zurdos en su lugar».

El comentario del mandatario no fue recibido bien por su homólogo Gabriel Boric, quien, en gira por el sur del país afirmó a la prensa: «Antes de partir tenemos que mandar un pequeño mensaje para el otro lado de la cordillera. Le quiero decir al señor presidente Javier Milei que yo soy presidente de Chile. Argentina para mí y para todos nuestros compatriotas es un país hermano. Que la cordillera que nos funda, que los 5.000 kilómetros de frontera que compartimos van a seguir allí cuando usted y yo nos vayamos».

Los desencuentros de Boric con Milei suman varios capítulos. El mandatario argentino vino a Santiago en agosto durante algunas horas y no agendó entrevistas con nadie. Después, en la cumbre de los países del G-20 en Brasil, el gobernante trasandino solicitó una reunión bilateral y el presidente Boric se excusó por problemas de agenda.

Este 'impasse' que fue duramente criticado por la oposición chilena, que acusó al Gobierno de afectar las relaciones bilaterales por diferencias ideológicas, tuvo un efecto inmediato: el canciller argentino, Gerardo Werthein, no se presentó en el encuentro acordado con el Papa, en el Vaticano, para celebrar los 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina firmado en 1984. El acuerdo promovido por el Papa Juan Pablo II evitó la guerra en 1978 por las diferencias sobre el canal Beagle y el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alberto Van Klaveren, debió enfrentar el desaire sorpresivamente pues Argentina tampoco envío a otro representante a la cita.

Werthein, luego, no escondió que su ausencia se debió «al desencuentro» vivido en Río de Janeiro, donde Boric, además, refutó parte del discurso de Javier Milei sobre la importancia del Estado.