Las amenazas del ELN hacen peligrar la 'Paz total' de Petro en Colombia
La guerrilla anunció esta semana, días antes de una nueva mesa de negociación, que vuelve a los secuestros con fines económicos
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Petro durante un acto el pasado martes en Barranquilla
En un comunicado escueto, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla más vieja de Colombia y del continente, anunció el pasado lunes que regresará a secuestrar personas. Su argumento para insistir en cometer unos de los delitos más despreciables y repudiados por ... los colombianos, es que el Fondo Multidonante que debería asumir la financiación del grupo para evitar que siga sacando rentas del secuestro, no ha sido creado a la fecha y, por tanto, se ven obligados a retomar esta práctica que viola los derechos humanos. «A la fecha, 3 de mayo de 2024, el Fondo aún no está constituido, el Gobierno muestra poca voluntad para avanzar en este campo. Dado lo anterior, el ELN da por terminada su oferta de suspensión unilateral de retenciones económicas», dijo en las redes sociales.
El mensaje cayó como un balde de agua fría y se considera no solo un golpe para la 'Paz total' que busca el Gobierno del presidente Gustavo Petro, sino también para los países garantes y que acompañan el proceso, entre ellos, España, para las Naciones Unidas y la Iglesia católica, que han ejercido sus buenos oficios. Y sucede en vísperas de la próxima ronda de conversaciones, que se llevará a cabo en Caracas entre el 20 y 25 de mayo, por lo cual también estarían utilizando este mensaje como arma para la mesa con el Gobierno.
El Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, afirmó ayer que el Gobierno reitera su determinación a realizar «los esfuerzos necesarios para que se retome el cumplimiento del compromiso adquirido por la guerrilla en el sexto ciclo de diálogos», refiriéndose a dejar el secuestro con fines económicos. Cabe recordar que el compromiso surgió después de que esa guerrilla secuestrara al padre del futbolista de la selección de Colombia y del Liverpool, Luis Díaz, quien permaneció secuestrado 12 días a mediados de diciembre de 2023. La presión mediática y el rechazo nacional e internacional jugaron a favor para que anunciara que dejaría de cometer ese delito.
La víspera, el presidente Petro rechazó la decisión de los 'elenos' y respondió diciendo que «un secuestro no es más sino la transacción mercantil del ser humano, cualquiera que sea», mientras su delegada en la mesa de negociación, Vera Grabe, afirmó que dicho fondo «está diseñado para financiar las actividades de paz entre ambas partes» y no se creó «como contraprestación a la suspensión del secuestro o la interrupción de otra acción específica incluida en el cese al fuego». Y añadió: «El comercio con seres humanos no tiene ninguna clase de justificación y su eliminación no es objeto de ninguna transacción por parte del Estado colombiano».
Paz parcial
El mensaje del ELN llegó justo en el momento en el que resulta cada día más evidente el fraccionamiento de la llamada 'Paz total', que ya muchos llaman la paz parcial. Como lo afirma el International Crisis Group, «con su política de 'Paz total', el Gobierno colombiano pretende dialogar con todos los grupos armados del país, pero no ha entablado diálogo alguno con el mayor grupo criminal armado del país, el autodenominado Ejército Gaitanista del Pueblo, también conocido como Clan del Golfo, con orígenes en el paramilitarismo de finales de los años 90, pero formalizado en 2007, y el cual cuenta con unos 9.000 integrantes y controla buena parte de las rutas del narcotráfico y rentas ilícitas en el país, además de ser el gran enemigo del ELN y las disidencias de las FARC, con los cuales se disputan territorios y rentas ilegales. Su control territorial, capacidad armada y crecimiento son una bomba de tiempo para cualquier avance real de las mesas de negociación con las guerrillas».
El presidente Petro, dispuesto a negociar con todos los grupos armados, hace un mes invitó a la comandancia del Clan a iniciar una negociación, a lo que esta semana respondió pidiendo la suspensión de las órdenes de captura de lo que dice es su Estado Mayor Conjunto, en un esfuerzo por mostrarse como una organización política armada y no un grupo delincuencial más.
Este triángulo de violencias y negociaciones que no han arrojado resultados y parecen fraccionar cada día más la paz regional, en especial en el suroccidente del país, se cierra con los grupos de las disidencias de las FARC, el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia, que buscan espacios y alianzas ya sea con el ELN o con bandas criminales en las regiones donde actúan. En el caso de este último grupo, liderado por Iván Márquez y que ha perdido capacidad, el gobierno le dio estatus político en abril pasado, decisión muy cuestionada pues el grupo lo conforman firmantes de la paz de 2016 con las FARC, que incluía un 'no' rotundo de negociación a futuro y toda disidencia sería tratada como delincuencia común.
Y en este juego a varias bandas, que no avanza mientras la violencia territorial aumenta, está el EMC, con unos 3.500 hombres en armas y liderado por Iván Mordisco, el cual dijo esta semana, ante la «ofensiva total» que el presidente anunció el pasado domingo tras la muerte de soldados en el Cauca, que se cierran las posibilidades de negociación, iniciadas a final del año pasado. Es decir, la paz total se traduce en más guerra y prolongada.