Se abre la polémica en Cuba sobre la «desovietización» de la prensa oficial
Denunciada por la disidencia y criticada por el propio Raúl Castro, ha sido llamada a la «reflexión» ante su congreso de julio de 2013
La prensa cubana , toda bajo el control del régimen comunista de Fidel y Raúl Castro , ha sido llamada a la «reflexión» ante su IX congreso, previsto en julio de 2013, con la perspectiva de una apertura que se parezca a una verdadera «desovietización».
Denunciada por los disidentes, criticada por Raúl Castro y despreciada por los ciudadanos por la vacuidad de sus informaciones y divorcio con la realidad , la prensa oficial cubana está condenada al cambio.
La oficialista Unión de Periodista de Cuba (UPEC) ha hecho un llamamiento a sus miembros a meditar sobre el periodismo que «necesita el socialismo cubano de hoy».
El Partido Comunista de Cuba (PCC, único) exigió el pasado enero que «los medios informen de manera oportuna, objetiva, sistemática y transparente de los problemas, dificultades, insuficiencias y adversidades que afrontamos», informa Afp. El PCC reclamó que abandonen «el culto al secreto».
Dos diarios y un semanario nacionales, diez periódicos provinciales, dos agencias de noticias, cinco cadenas de televisión, una decena de revistas mensuales y una cincuentena de radios nacionales o locales, forman el panorama mediático cubano. A menudo reproducen las mismas informaciones, que tienen como referencia el órgano oficial del Comité Central del PCC, «Granma» .
Deserción en «Granma»
Entre los decepcionados con el periodismo oficial cubano figura la propia jefa de edición de «Granma», Mairelys Cuevas Gómez, que a finales de septiembre desertó en Miami, informa el portal digital Café Fuerte .
No hay que olvidar las trabas para acceder a internet a la mayor parte de los cubanos. El acceso queda reservado a determinadas categorías profesionales.
«Los periodistas no son responsables de esta situación», sostiene Jorge Gómez Barata, un ex alto cargo del departamento ideológico del PCC, hoy editorialista de diversos medios.
Gómez explica en el blog procastrista cubano1erplano que el problema «es estructural, no funcional». El editorialista señala que antes de 1975, el régimen de Fidel Castro «no buscaba controlar a la prensa», pero después «importó la experiencia soviética».
En ese momento, «la centralización y la burocracia que se aplicaba a la economía se impuso en los espacios ideológicos, culturales, políticos y, en particular, en la prensa», agregó Gómez Barata.
Veinte años después de la caída de la Unión Soviética, el periodista lamenta que «no circula ninguna idea renovadora, ni iniciativa». Le gustaría que los diarios pudieran «nombrar a sus dirigentes, liberarse de sus obligaciones administrativas, desconectarse de los órganos de poder y dejen de ser los medios oficiales».
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