Zapatero pisa por fin la Casa Blanca en un G-20 lastrado por la ausencia de Obama
Intentará continuar en los órganos de decisión a través del Foro de Estabilidad Financiera

Zapatero pisa por fin la Casa Blanca en un G-20 lastrado por la ausencia de Obama
José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó por fin uno de los momentos cumbre de su carrera y de la de todo político que se precie. A las 18.40, hora de la costa este estadounidense (las 00.40 de la madrugada en España), fue recibido en el umbral de la Casa Blanca, el mayor centro de poder político en el último siglo, por quien todavía ostenta ese poder formalmente, el presidente de los EE.UU., George W. Bush, y por su esposa, Laura, que ofrecieron una cena de bienvenida.
No estuvo Barack Obama, pero la foto de Zapatero con los Bush cuatro años y 248 días después de haber ganado las primeras elecciones tiene algo de normalización que, no es de extrañar, le allanará el camino para futuras visitas con otro inquilino. Zapatero entró el noveno en el protocolo de recibimiento. Tras realizarse una foto oficial y estampar su firma en el libro de honor, el jefe del Ejecutivo presentó a Bush al ministro de Economía, Pedro Solbes, y al secretario de Estado de Economía, David Vegara. Estos abandonaron luego la Casa Blanca para ir a una cena ofrecida a su vez por el secretario del Tesoro, Henry Paulson.
Zapatero pasó entonces al salón de banquetes para sentarse sin intérprete —se ha habilitado un sistema de traducción simultánea con cascos— entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el «MC1»primer ministro holandés, Jean Peter Balkenende, el mismo que le disputa el sillón a España cuando se decida ampliar el G-20.
La presencia de Zapatero y Balkenende en Washington le ha traído más de un dolor de cabeza al presidente francés, Nicolás Sarkozy. Este dijo en Bruselas que Zapatero vendría «como España», algo que ratificó el presidente del Gobierno. Pero al final no ha sido así. De hecho, el jueves el secretario de Estado de Economía, David Vegara, no pudo entrar en la reunión preparatoria en el departamento del Tesoro de EE.UU. y finalmente tanto Zapatero como Balkenende hablarán como representantes europeos.
En la cena de ayer, cuya duración estaba prevista en una hora aproximadamente, tomó la palabra el anfitrión, George Bush, durante el brindis, aunque fuentes gubernamentales españolas explicaron que se ha elegido un formato lo suficientemente flexible como para empezar, sin esperar a las sesiones oficiales de hoy, el debate sobre las reformas que hay que realizar en el sistema financiero internacional.
El jefe del Ejecutivo español tiene previsto plantear en esta cumbre del G-20 mayores controles sobre las agencias de «rating». Además de dotar al Fondo Monetario Internacional de un nuevo status, Zapatero propondrá que sea el Foro de Estabilidad Financiera (FEF) el que controle a partir de ahora los mercados. El FEF está formado actualmente por doce naciones, entre las cuales no se encuentran ni nuestro país ni otros importantes como China, Rusia, Brasil o India. Con la ampliación e inclusión de España en dicho foro, Zapatero aseguraría su continuidad en los órganos de decisión.
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