Strauss-Kahn admite que cometió una «falta moral grave»

Dominique Strauss-Kahn (DSK), ex director gerente del FMI y líder socialista, reconoce una “falta moral grave, hacia mi esposa, hacia mi familia, hacia los franceses”, niega violencia física en su “relación íntima” con una empleada de un hotel neoyorquino, pero no renuncia completamente a la vida política nacional, como desea el 56 por ciento de los franceses.

Cuatro meses después del estallido del hotel Sofitel de Nueva York, donde Nafissatou Diallo lo acusó de violencias sexuales e intento de violación, dos semanas después de su vuelta a París, DSK se sometió a una púdica entrevista en el primer canal privado de Francia, TF1, entrevistado por una antigua colega de su esposa , Anne Sinclair.

Pálido, ultra maquillado, de traje negro, camisa blanca y corbata azul muy oscuro, DSK respondió con púdica franqueza a la primera pregunta: “¿Qué ocurrió aquella noche en el hotel de Nueva York?”:

-No hubo violencia. No hubo violación. Hubo algo peor que una debilidad. Una falta moral grave, hacia mi esposa, hacia mi familia, hacia los franceses que habían confiado en mí.

Ni DSK ni su entrevistadora desearon ir más allá en el detalle de lo sucedido en Sofitel de Nueva York, apartando púdicamente un largo rosario de detalles: sucesión de mujeres en la habitación, restos de semen en la moqueta, indicios de violencia el cuerpo de Nafissatou Diallo .

Grave, compungido, pero muy firme y elíptico en el fondo, DSK dice haber “comprendido” el dolor causado a su esposa y dice haber “cambiado”. El antiguo candidato socialista a la presidencia de la República afirma “comprender” a las mujeres que se dicen “chocadas”, “inquietas”, “perturbadas”, “escandalizadas” por las revelaciones que se han sucedido sobre su vida íntima. Pero estima que se han contado muchas mentiras y niega rotundamente haber abusado nunca de sus posiciones de poder.

DSK dice “no descartar” haber sido víctima de una tentativa de chantaje o una “trampa”, sin avanzar detalles concretos. Por el contrario, no descarta en absoluto su próxima participación en la vida pública francesa.

El antiguo candidato socialista a la presidencia de la República insiste en que no participará ni tomará posición ante las elecciones primarias del Partido Socialista . Pero deja todas las puertas abiertas para una participación “cívica” de otra naturaleza , “más adelante”, afirmando: “En Francia, es necesaria una victoria de la izquierda en la próxima elección presidencial”.