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Rosario Murillo: la otra mitad del gobierno nicaragüense

La primera dama, sancionada por la UE por violar derechos humanos, ha alcanzado tanto poder como Ortega

La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en 2018 Afp

Nerea Chicote

No hay Daniel Ortega sin Rosario Murillo . Siempre juntos, el presidente y la vicepresidenta de Nicaragua no dan un paso al frente sin meditarlo antes entre los dos. Dentro del gobierno, esta mujer ha llegado a ostentar el mismo poder que Ortega. Según declaró el propio dirigente sandinista, «en la presidencia, Rosario es 50% y Daniel, 50%». Murillo, natural de Managua, nació el 22 de junio de 1951. El sandinismo le corre por sus venas, puesto que su madre, Zoilamérica Zambrana Sandino, es sobrina nieta de Augusto Sandino.

La actual primera dama conoció a Daniel Ortega en los años setenta, cuando el actual presidente se exilió en Costa Rica por su participación en el movimiento sandinista que sacó del poder a los Somoza en 1979. La relación sentimental prosperó y el padre Gaspar García Laviana -conocido guerrillero de origen español que luchó contra los Somoza - los casó de forma clandestina en plena insurrección, en 1978 , según recoge ‘El Nuevo Diario’. La pareja, que suele aparecer unida en todos los actos políticos importantes, no se separó desde ese momento.

Para reforzar públicamente su unión, y tras 27 años conviviendo, el matrimonio renovó sus votos en una ceremonia religiosa privada en presencia del cardenal nicaragüense Miguel Obando y Bravo -figura crítica con el sandinismo hasta 2004, año en el que se reconcilió con el régimen de Ortega- en la capilla de la Universidad Católica. Esta noticia fue difundida en un comunicado de la propia Murillo, que indicaba que se consolidaban así «no solo como pareja, sino también como revolucionarios».

El matrimonio renovó sus votos en una ceremonia religiosa privada para consolidarse «no solo como pareja, sino también como revolucionarios»

A partir de 2006, y coincidiendo con el segundo período presidencial de Daniel Ortega, Murillo se renovó y se implicó del todo en el panorama político. Ostentó diversos cargos y fue la imagen y voz del partido sandinista, en el que lideró el Consejo de Comunicación y Poder Ciudadano, cargo que usó para darle un aire nuevo a los símbolos institucionales del partido.

Siempre haciendo uso de tonalidades llamativas, cambió desde el color de las flores de los actos públicos hasta el escudo de la nación. El 10 de enero de 2017 Murillo asumió el cargo de vicepresidenta , afianzándose más aún en el poder nicaragüense.

Murillo ha sido sancionada por la UE esta semana por violación de derechos humanos, pero no es la primera vez que se enfrenta a este tipo de medidas. En 2018 una ola de protestas sacudió Nicaragua y miles de manifestantes exigieron la renuncia de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a los que acusaron de instaurar una dictadura , además de tacharlos de «corruptos» y «nepotistas». EE.UU. consideró que Murillo, por su relación con la organización juvenil del Frente Sandinista de Liberación, habría influido en las personas que cometieron asesinatos extrajudiciales, torturas y secuestros.

Saqueo a la riqueza del país

Steven Mnuchin, el entonces secretario del Tesoro norteamericano., la acusó de «desmantelar de forma sistemática las instituciones democráticas y saquear la riqueza de Nicaragua para consolidar su control en el poder». Las sanciones , impuestas por el expresidente Donald Trump -en el poder entonces y quien dio la orden ejecutiva- bloqueaban cualquier «propiedad o intereses en propiedades» bajo jurisdicción estadounidense.

Murillo es una mujer de letras , gran amante de la poesía en la patria de Rubén Darío. Domina el inglés y el francés gracias a su época de estudiante en Gran Bretaña y Suiza. El mundo de la poesía la atrapó en los setenta, pasión que se intensificó al morir uno de sus diez hijos, de un año de edad, en un terremoto que sacudió la capital nicaragüense en 1972. La vicepresidenta es autora de dos libros: ‘Rosario Murillo’, en 1989, y ‘Angel in the deluge’, en 1992.

La cultura es su pasión. Durante el primer período presidencial de Ortega (1985-1990), Murillo se implicó a fondo para que la cultura tuviese un papel trascendental en el panorama político y, sobre todo, en el programa de Ortega. Aunque no todo fue un camino de rosas, puesto que la mujer del presidente tuvo que enfrentarse a otras personalidades importantes en el mundo de la cultura por su personal visión de esta.

Vidaluz Meneses, poeta y decana de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad Centroamericana, reconoció en una entrevista al medio nicaragüense Canal 2 que tuvieron «choques con Rosario porque en muchas ocasiones» sintieron «autoritarismo en su estilo». «Yo nunca terminé de entender cuál era la concepción que tenía de cultura», finalizó. Asimismo, y en línea con estos intereses, también llegó a ser directora del Instituto de Cultura de Managua.

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