Las peligrosas relaciones de DSK con las mujeres

Las peligrosas relaciones de DSK con las mujeres

Ahora arrestado por una presunta agresión sexual, el director gerente del FMI tiene una notoria fama de mujeriego

Las peligrosas relaciones de DSK con las mujeres REUTERS

JUAN PEDRO QUIÑONERO

15/05/2011
Actualizado a las 15:24h.

Arrestado en Nueva York, acusado de una agresión sexual contra una limpiadora de hotel, Dominique Strauss-Kahn (DSK, 62 años) tiene fama de «mujeriego» empedernido, cuyo comportamiento «agresivo» con las mujeres ha sido denunciado en varias ocasiones, siempre al borde del precipicio de sucesivos escándalos.

Padre de cuatro hijos, divorciado en dos ocasiones, antes de contraer matrimonio con una periodista y millonaria famosa, Anne Sinclair (divorciada de otro periodista famoso), DSK ya tuvo que dimitir como ministro de Economía, en 1999, implicado en el escándalo de la Mutuelle nationale des étudiants de France (MNEF), una mútua estudiantil, socialista, que pagó a DSK 600.000 euros por unos trabajos mal esclarecidos.

Candidato desafortunado a la candidatura presidencial socialista, el 2007, derrotado por Ségolène Royal , DSK no dudó en pedir el apoyo de Nicolas Sarkozy , recién elegido presidente, para obtener el cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde sustituyó a Rodrigo Rato gracias al apoyo oficial del gobierno francés, al que él mismo había combatido meses atrás.

Ya instalado en Washington, DSK se enredó en la tela de araña de un escándalo sexual , con una amante y subordinada, revelado por el Wall Street Journal (WSJ). El director gerente del FMI se vió obligado a pedir perdón públicamente a su esposa por unas revelaciones que no le costaron el puesto, pero desenterraron una fama de «mujeriego» que venía muy lejos.

Según todos los testimonios más diversos y numerosos documentos, revelados entre el 2008 y el 2009, DSK sostuvo relaciones sexual «consentidas sin entusiasmo» con una subordinada del FMI , Piroska Naguy, entre el 2007 y el 2008, que llevaría a escribir: «Creo, sinceramente, que este hombre tiene un problema serio con las mujeres que trabajan a sus órdenes».

Una subordinada del FMI: «Creo sinceramente que este un hombre tiene un problema con las mujeres»

Los primeros rumores de cierta importancia sobre el comportamiento «osado y «atrevido» de DSK con las mujeres (subordinadas, periodistas) datan de su desafortunado paso por el ministerio de Economía y Finanzas , entre 1997 y 1999. Evocando aquellos años, el humorista Stéphane Guillon trató de «obseso sexual», en France Inter (cadena de radio pública), al actual director gerente del FMI .

Ese calificativo, medio en serio medio en broma, circuló durante meses y años por las redacciones de la prensa parisina, que, oficialmente, siempre ha tratado a DSK de «mujeriego». La novelista Tristane Banon fue más lejos. Durante une emisión de tv de gran audiencia, afirmó haber sido víctima de una «tentativa de violación» protagonizada por el dirigente socialista.

La fama de «mujeriego» ha estado apuntalada por numerosos testimonios masculinos y femeninos. En su día, Jean Quatremer, corresponsal de Liberation en Bruselas, contó por lo menudo como había sido testigo del comportamiento de DSK, rozando el limite» con mujeres de la más diversa condición, prostitutas incluidas. Por su parte, las mujeres periodistas que han cubierto la carrera del dirigente socialista y director del FMI hace años que hablan de la «osadía» del personaje.

Por las redacciones parisinas circulaba el apelativo de «obseso sexual»

Esos antecedentes personales no han desteñido, de ninguna manera, la popularidad de DSK en los sondeos. Lleva meses cotizado como el único candidato socialista que podría vencer a Nicolas Sarkozy en la próxima elección presidencial, dentro de once meses.

Desde hace semanas, DSK ya protagonizaba otro escándalo peligroso para sus aspiraciones políticas. Su patrimonio inmobiliario y su tren de vida , se han convertido en un rosario de «cacerolas» francamente mal vistas por electores y militantes socialistas.