Orbán retira su apoyo al candidato del PP europeo para presidir la Comisión

«Estamos buscando a otro candidato», ha dicho, y ha criticado a Weber, miembro de la CDU de la canciller alemana Angela Merkel, por haber desairado a Hungría, «ya que no quiere contar con nuestro apoyo para ser el nuevo presidente de la Comisión Europea»

El primer ministro de Hungría, el nacionalista conservador Viktor Orbán , acaba de devolver al Partido Popular Europeo la carta de distanciamiento que este le ha venido entregando durante los últimos meses. En la rueda de prensa celebrada junto al vicecanciller austriaco y líder del partido de extrema derecha FPÖ, que gobierno en coalición con los populares en Viena, ha asegurado que ya no apoya a Manfred Weber como candidato a presidir la Comisión Europea por el Partido Popular Europeo, formación en la que su propia formación política, el partido Fidesz, ha sido suspendida el pasado mes de marzo. «Estamos buscando a otro candidato», ha dicho, y ha criticado a Weber, miembro de la CDU de la canciller alemana Angela Merkel, por haber desairado a Hungría, «ya que no quiere contar con nuestro apoyo para ser el nuevo presidente de la Comisión Europea».

«Cuando alguien ofende a un país así, entonces el primer ministro de ese país no puede apoyar más su candidatura», ha explicado Orbán Budapest, tras la reunión en las que ha hablado con el ultranacionalista Heinz-Christian Strache sobre posibles candidatos tras los que pudiera hacer frente común un futuro grupo parlamentario de extrema derecha que se formaría en el seno del Parlamento Europeo tras las elecciones del 26 de mayo.

Orbán recordó que hasta que Weber pronunció esas palabras, su Gobierno y su partido apoyaba al candidato del PPE. «Para nosotros podría haber sido un buen candidato», ha subrayado, dejando todavía abierta su posible salida del grupo parlamentario popular si ese grupo «sigue virando hacia posturas de izquierdas» en materia de inmigración.

La visita del austriaco Strache se produce después de la que ya realizó a Budapest la semana pasada el italiano Salvini y supone toda una provocación al canciller austriaco y líder del conservador ÖVP, Sebastian Kurz. Desde París, Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha francesa, ha tendido la mano también este pasado domingo al húngaro, Viktor Orban, así como al gobierno conservador polaco, para formar ese nuevo grupo parlamentario. «Son bienvenidos, les tendemos la mano», declaró la presidenta de Reunificación Nacional (RN), que viajó a Bruselas para apoyar a su aliado en la eurocámara, el partido de extrema derecha flamenco Vlaams Belang. «Orban debe ver si se encuentra más en coherencia con los miembros del PPE que votaron en su contra (...) o si se encuentra más en coherencia política con movimientos como el nuestro», sugirió, después de que el primer ministro húngaro declarase recientemente al semanario francés Le Point « no tener relación » con Marine Le Pen, asegurando que «en ningún caso» forjaría una alianza con ella.

La canciller alemana Angela Merkel, mientras tanto, ha defendido desde la gira que está realizando por África, concretamente desde Niamey, que un trabajo en común de los cristianodemócratas europeos con partidos populistas de derechas tras las elecciones del 26 de mayo «queda totalmente descartada» por motivos que el personal de su oficina resume como «antieuropeos y antisemitas». La opinión pública alemana ha sufrido recientemente el impacto de un informe que Naciones Unidas ha publicado en Ginebra y según el cual el gobierno de Hungría ha estado privando deliberadamente de alimentos refugiados a los que se les había denegado el derecho de asilo, lo que constituiría una violación del derecho internacional. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos afirma que tiene pruebas según las cuales «al menos 21 personas que esperan a ser expulsadas de Hungría fueron privadas de comida por las autoridades húngaras [...] en algunos casos hasta durante cinco días», desde agosto de 2018. En septiembre de ese año, la Alta Comisionada Michelle Bachelet ya había acusado a Hungría de no distribuir comida a los migrantes retenidos en zonas de tránsito en la frontera con Serbia.

Las autoridades húngaras prometieron poner fin a esta práctica tras una advertencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. «Sin embargo, lamentamos que, en ausencia de una modificación clara del marco legal, los informes sugieren que esta práctica continúa », ha declarado la portavoz del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani.

Junto a la deriva autoritaria del gobierno de Hungría, estos son los motivos por los que el PPE desea distanciarse de Orbán, que por su trabaja con otros partidos ultranacionalistas europeos en un acuerdo que podría llegar a dificultar la elección de Weber al frente de la Comisión Europea.

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