CLAVES DE LATINOAMÉRICA
Nicaragua oficializa el fin la era de la «ola democratizadora» en Latinoamérica
Las democracias se extendieron en 1990 tras dictaduras, guerrillas y guerras civiles; ese año Ortega perdió el poder absoluto, ahora lo ha recuperado del todo

La mayor velocidad con que Daniel Ortega ha cortado las libertades en Nicaragua, comparado con el más lento proceso seguido por Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela , ha dado a la parodia de elecciones que tuvo lugar el pasado domingo ... el carácter de símbolo de la vuelta de una dictadura a Latinoamérica (Cuba, que lleva seis décadas bajo el comunismo, constituye un caso aparte).
Lo ocurrido en Nicaragua acaba por dar contornos más definitivos a lo que hemos ido viendo previamente en Venezuela y permite dar por concluida la ola democratizadora que se extendió por Latinoamérica a comienzos de la década de 1990, tras años de dictaduras, guerrillas y guerras civiles. Justamente en 1990, en Nicaragua terminó el régimen comunista del Frente Sandinista , cuando el propio Daniel Ortega perdió las elecciones (que creía ganadas, por eso aceptó su celebración) frente a Violeta de Chamorro, a cuyos descendientes Ortega ha ordenado ahora detener, junto a otros opositores, para que no le ganaran electoralmente en este 2021.
Tres décadas atrás, pues, nuevas democracias fueron extendiéndose por todo el continente, formando parte de lo que, para el conjunto del mundo post-URSS , Huntington llamó «tercera ola democratizadora». Aunque hubo tropiezos iniciales, como el autogolpe de Fujimori en Perú en esos primeros años, la mayor institucionalidad, los límites al presidencialismo puestos en las nuevas constituciones y un clima internacional que hacía de la buena práctica democrática el único objetivo políticamente correcto permitieron una intensa vida política de normal debate entre oficialismos y oposiciones.
Pero con el tiempo hubo una izquierda que comenzó a romper el juego para permanecer en el poder. El chavismo impulsó el « boliviarianismo » regional, un socialismo que se decía del siglo XXI porque ya no era marxista ni desembocaba en el comunismo y aceptaba la celebración de elecciones. Sin embargo, cuando sus líderes dejaron de poder ganar limpiamente en las urnas comenzaron a hacerlo mediante fraude legal, propiciando reelecciones indefinidas a pesar de lo que decía la Constitución, y electoral.
La marea bolivariana remitió alrededor de 2015, con algunos cambios de color gubernamentales. El péndulo ideológico en Latinoamérica puede ir hacia un lado o hacia otro, pero los regímenes de Maduro y Ortega-Murillo han traspasado el límite y han vuelto a traer la dictadura a la región. En un clima internacional muy afectado por los populismos, de izquierda o de derecha, la democracia ya no es el sistema por defecto que los países deben asumir y mantener: la ola democratizadora se agotó.
A los 20 años de la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA) –aprobada justamente en Lima en 2001 para intentar impedir que el ejemplo de Fujimori , expulsado del poder un año antes, pudiera seguir seguido por algún aspirante autócrata–, nos encontramos en Latinoamérica con su flagrante vulneración, sin que el resto de los países pueda en realidad hacer mucho para revertir esa situación.
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